Así intentaron destruir a Ingroia, Di Matteo, de Magistris y a otros magistrados independientes

Por Giorgio Bongiovanni-28 de enero de 2021

"Si se desafía al 'Sistema' se está fuera, sin importar si se tiene razón o no. Y yo lo sé bien porque estuve allí: en ese momento el Sistema era yo". Luca Palamara, expresidente de la Asociación Nacional de Magistrados y exmiembro del CSM, expulsado del orden judicial por primera vez en la historia de la magistratura, entrevistado por Alessandro Sallusti, así lo cuenta en el libro "El Sistema-Poder, política y negocios: historia secreta del poder judicial italiano" (Editorial Rizzoli), su verdad.

Lo decimos de inmediato. No nos corresponde juzgar la veracidad total o parcial de su relato y estamos seguros de que los órganos de instrucción que se preparan para juzgarlo (la Fiscalía de Perugia ha solicitado el envío a juicio con la acusación de corrupción) podrán establecer cuán verdaderas son ciertas consideraciones.

Y si bien por un lado es legítimo preguntarse por qué el propio exfiscal decidió hablar justo ahora, sin duda podemos decir que hay varios aspectos que pueden considerarse verosímiles.

Palamara no se esconde y admite, en el libro, ser parte de un mundo perverso y nefasto en el que se puede ver el peso de la política junto al de las corrientes del poder judicial.

Un mundo que ya había sido revelado por decenas y decenas de chats y mensajes de texto, adquiridos tanto en las investigaciones del Poder Judicial de Perugia, como ante el Consejo Superior de la Magistratura.

Habla acerca de un "Sistema" que habría tenido la tarea de atacar a Silvio Berlusconi de forma indistinta, cuando se conocieron los hechos y fechorías del exprimer ministro, que hoy incluso se vuelve a proponer como posible candidato al máximo cargo del Estado.

Las confesiones de Palamara a Sallusti 5

Ataque al poder judicial libre

Donde todo se mezcla todavía es posible que se obtengan fragmentos de verdad y en el conjunto se puede decir que para ciertos hechos hay fuertes elementos de credibilidad.

No era necesario que Palamara resaltara que en los últimos años se produjo una demolición prácticamente sistémica de todos aquellos magistrados que no se han alineado con la lógica del poder y de las corrientes. Una larga lista de magistrados que en los últimos años han vivido denigraciones,vejaciones y verdaderas campañas de aislamiento, lo mismo que sucedió en la época de Giovanni Falcone y Paolo Borsellino.

Pero de las palabras del exmagistrado romano surgen importantes confirmaciones.

Pensemos en particular en los casos de Antonio Ingroia, Nino Di Matteo y Luigi de Magistris.

Sobre este último Palamara cuenta las implicaciones que se dieron tras bambalinas de la investigación "Why Not" que desembocó en una verdadera "acción de clase" contra el entonces fiscal de Catanzaro.

"De Magistris era un desconocido en ese momento –recordó Palamara- no pertenecía a ninguna corriente de forma orgánica, un disconforme que se convierte en un 'cisne negro', lo inesperado que hace que el sistema se vuelva loco". Y luego sigue: "Mastella le pide al CSM que lo traslade con una medida de emergencia; su fiscal jefe, Dolcino Favi, se hace cargo de la investigación y por la noche hace abrir su caja fuerte para tomar posesión del expediente. La fiscalía de Salerno, con competencia sobre Catanzaro, también se mueve y entre las dos el caso termina en pelea. (...) El CSM abre un expediente que dará lugar al traslado de De Magistris en unos meses, y yo lo consulto tanto con los míos como con el Quirinal. Y sucede que, por primera vez en su historia, al menos reciente, la ANM toma distancia del trabajo realizado por un fiscal. (...) de Magistris no estaba alineado, elgobierno que ya estaba débil por sí solo y era una barrera contra la derecha no podía ser atacado de esa manera (…), de Magistris tiene razón cuando dice que nunca se había producido tal acción punitiva contra un magistrado".

Ingroia en la mira

En particular respecto a los dos magistrados de Palermo, Antonio Ingroia y Nino Di Matteo, el libro explica que los dos fiscales, titulares del juicio sobre la denominada Tratativa Estado-Mafia, fueron considerados como una verdadera anomalía dentro del sistema de poder interno de la magistratura.

Un sistema que tenía una línea directa con el Quirinal en el mismo momento que surgía la noticia de la existencia de las intercepciones (consideradas como irrelevantes por los fiscales que investigaron en el grupo de la tratativa) entre el Jefe de Estado de esa época, Giorgio Napolitano, y el entonces investigado por perjurio, Nicola Mancino. En ese momento, estalló el pandemonio. Y Palamara cuenta algunos aspectos relevantes de lo sucedido, confirmando también lo que dijo Ingroia sobre el intento de "mediación" que el expresidente de la ANM realizó con él.

"Me acompañaban los colegas de Palermo de la comisión directiva de la ANM -dijo Palamara-Después nos quedamos solos, él (Ingroia, ndr) y yo. Me enfrento a él con gesto duro, y me impresiona porque me parece muy preocupado de quedar aislado, pero al mismo tiempo observo que desconfía de mí. Le explico que el mundo político e institucional de Roma está irritado por su forma poco convencional de actuar, pero se muestra inflexible. Nos despedimos con un apretón de manos. Hoy afirma que fui en nombre y representación del presidente Napolitano. En lo que a mí respecta, puedo decir que actué con absoluta autonomía, si bien es cierto que, una vez que regresé a Roma, y siempre a través de Loris D'Ambrosio, intenté mediar, pero sin éxito: comprendí enseguida que su camino ya estaba marcado, al igual que para todos aquellos que desafían descaradamente al 'Sistema'. Digamos que se lo buscó, se identificó con el papel de mártir a toda costa. Y cuando se busca el martirio, incluso cuando se lo construye, no se es un santo. Pero quiero romper una lanza a su favor: las cuentas no me cierran. ¿Por qué el entonces director de La Repubblica, Ezio Mauro, sacado a colación por Ingroia sobre el asunto en cuestión, declaró públicamente que no me conocía cuando su diario me entrevistaba constantemente para obtener declaraciones contra el gobierno de centroderecha? Es algo que me deja muy perplejo y me hace pensar que Ingroia tenía razón en esto".

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El Sistema contra Di Matteo

En su razonamiento Palamara habla varias veces de "Sistema" y de las "anomalías" que han chocado con él. Se reportan episodios como el de Clementina Forleo, Woodcock, Gabriella Nuzzi, entre otros.

Entre éstos, figura también el magistrado Nino Di Matteo, hoy consejero togado del Consejo Superior de la Magistratura. Y hay algunos aspectos que merecen ser investigados cuando Palamara explica los motivos de tantas negativas recibidas por el fiscal que luego fue electo presidente de la ANM en Palermo. A lo largo del libro Sallusti alude a conspiraciones contra el exprimer ministro Silvio Berlusconi (obviamente calla sobre las sentencias, investigaciones y juicios que hablan de su cercanía a la mafia), y Palamara, en su ambigüedad, revela algunos aspectos que a nuestro juicio pueden ser importantes.

"El 'Sistema' -agrega respondiendo a Sallusti- requiere equilibrio, los excesos, sobre todo si no se pactan, no son bienvenidos. Tanto es así que menos de dos años después, en 2011, Di Matteo dimite en señal de protesta por la falta de defensa por parte de la ANM nacional, es decir, de mi parte, a Ingroia (que había sufrido el enésimo ataque, ndr)(...). Saltamos al 2015, acabo de llegar al CSM y Di Matteo presenta su candidatura a la Dirección Nacional Antimafia.La apoya el naciente grupo Autonomía e Independencia, encabezado por Piercamillo Davigo, pero se le oponen, por dos razones, las corrientes tradicionales. La primera es que habría sido adecuado para Di Matteo, por una cuestión de imagen y de seriedad, salir de Palermo sólo después de haber concluido el proceso de la Tratativa. La segunda es que ninguna de las tres corrientes -Unicost, Área y Magistratura Independiente- estaba dispuesta a renunciar a su candidato, dado que los cargos antimafia eran justo tres. Y puedo agregar un motivo político más: no consideré útil sacar de Palermo las tensiones institucionales provocadas por el trabajo de Di Matteo en la Tratativa".

Palamara intenta descargar las responsabilidades sobre otros sujetos, algunos pertenecientes a las corrientes de izquierda. Luego vuelve a hablar de la candidatura a la DNA presentada en el 2017 que, por el contrario, fue aceptada.

Palamara también aborda la historia de la expulsión del grupo que investiga las masacres y la tratativa, revocada el pasado mes de octubre por el Fiscal Nacional Antimafia Federico Cafiero de Raho.

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El asunto Bonafede-Di Matteo

En su "flujo de conciencia" se le da un gran espacio al fallido nombramiento de Di Matteo como jefe del Departamento de Administración Penitenciaria (DAP), con el ministro de Justicia Alfonso Bonafe devirando sorprendentemente hacia Francesco Basentini.

"Cuando en el 2018 asume el gobierno de Cinco Estrellas y la Liga, en el mundo del poder judicial se daba por hecho que Di Matteo iba a ser ministro de Justicia, o en todo caso tendría un puesto importante en el ministerio, jefe de gabinete o jefe del DAP, el Departamento de Administración Penitenciaria que supervisa al sistema carcelario. Hablando en esos días con la colega María Casola, que está en el ministerio, admito que por primera vez en años tengo la sensación de estar fuera del juego. Después de todo, es normal, el mundo ha cambiado y dependerá de otros dirigir el tráfico. Pero la revolución esperada no ocurre. Para mi sorpresa, en los puestos clave veo gente que no es cercana, al menos en teoría, ni a Davigo ni a Di Matteo, sino más bien a mi corriente: Fulvio Baldi, que se convierte en jefe de gabinete, y el hoy famoso Francesco Basentini como jefe del DAP (que se verá obligado a dimitir a los pocos meses, abrumado por la polémica de las liberaciones fáciles, incluidas las de varios jefes peligrosos, durante la primera oleada de la emergencia Covid)". En la entrevista con Sallusti, Palamara admite que "a la mafia le gustaría ver muerto a Di Matteo, al punto de que es el hombre más protegido de Italia", luego, sobre lo ocurrido a principios de junio de 2018, informa sobre la presencia de Giuseppe Pignatone, entonces fiscal jefe de Roma, en los pasillos del ministerio. Palamara dice: "Entonces la pregunta es: ¿qué hacía Giuseppe Pignatone, fiscal jefe de Roma, jefe del 'partido de los fiscales' que ciertamente no ama a Di Matteo y, como ya hemos visto y mejor aún, veremos más adelante, perno del famoso 'Sistema' que regula y decide todo, en las salas del ministerio en esos días decisivos para las nominaciones? (...) El titular del DAP no es solo el que se ocupa del hospedaje y manutención de los presos. El suyo es un papel clave, yo diría estratégico, en la gestión de la avalancha de información recopilada, de una forma u otra, dentro de las cárceles, especialmente las relativas a los presos mafiosos. Si durante una entrevista, una escucha ambiental en la celda, un chivatazo entre presos, surge la hipótesis de que el político X o el empresario Y están coludidos, el primero en saberlo es el jefe del DAP, que a esa noticia -como las que se filtraron desde las celdas del 41 bis que albergan a los jefes, o la alusión que hizo Totò Riina sobre Berlusconi durante la hora de aire- la gestiona como le parece. Un enorme poder judicial y político -además de bien remunerado- concentrado en manos de una sola persona que, en el caso de Di Matteo, era también una persona ajena al 'Sistema' y por tanto incontrolable. A Di Matteo, esta es mi tesis, para evitar más problemas, no lo detuvo ni Bonafede ni la mafia, sino el famoso 'Sistema' que no quiso perder el control de la situación".

Luego agrega: "Bonafede es un político que por primera vez se encuentra manejando un mundo complejo como el nuestro, e inevitablemente se ve obligado a confiar en un pequeño círculo de personas, o incluso podemos decir un soñador que de la noche a la mañana se encuentra en el medio de juegos de poder más grandes que él. De absoluta buena fe –imagino-, telefonea al gran Di Matteo, una leyenda suya y de sus electores, y le pide que se una al juego. Cuando el 'Sistema' se entera, se le acerca y entre halagos y alusiones le ponen los pies sobre la tierra: ministro, no ha entendido cómo funciona el mundo".

"Y así, de la mañana a la noche ¿Bonafede deja a Di Matteo y elije a Basentini para el Dap?", pregunta Sallusti. Y Palamara responde: "Que, dicho con respeto, es como en el fútbol, ​​cambiar a Ronaldo por Mario Rossi".

Y luego insiste: "Le estoy diciendo que alguien paró a Bonafede en el asunto Di Matteo y que el ministro, acorralado y sin saber, por inexperiencia, a qué santo acudir, confió en un pequeño círculo de personas, con los resultados que lamentablemente conocemos bien".

Hemos tratado estos hechos varias veces y también hemos reconstruido la historia. Por eso decimos que la historia de Palamara puede ser al menos plausible. Lo cierto es que estamos totalmente en la antítesis de Palamara, cuando argumenta, arrogante y clamorosamente equivocado, que en el 2019 Di Matteo fue candidato por unirse a las corrientes.

No es correcta su afirmación dado que el magistrado de Palermo se postuló como candidato independiente. Es cierto que fue apoyadopor la corriente de Piercamillo Davigo y Sebastiano Ardita, Autonomía e Independencia, pero es preciso decir que en las elecciones suplementarias obtuvo 1.184 votos, muchos de los cuales procedían de jóvenes magistrados que nada tenían que ver con la lógica actual, convencidos precisamente por la autonomía e independencia que el propio Di Matteo demostró tener en este año de trabajo en el CSM.

Una independencia atestiguada aún más, por si fuere necesario, por las feroces críticas que aún hoy lo atacan desde sectores políticos de derecha, centro e izquierda, así como de las muchas corrientes del poder judicial. Y fueron precisamente su profesionalidad y su seriedad las que probablemente convencieron al fiscal nacional antimafia Cafiero de Raho para anular esa absurda medida con la que había expulsado a Di Matteo del grupo masacres.

Si miramos las declaraciones de Palamara en su conjunto, queda claro que parecen desconcertantes y preocupantes en la medida en que estamos hablando de una mezcla de política y magistratura, revelada en las palabras de uno de sus protagonistas.

Las confesiones de Palamara a Sallusti 2

Evidentemente, esperamos que sean sometidas al escrutinio de los órganos de instrucción y del propio Consejo Superior de la Magistratura.

Mientras tanto, sin embargo, lo que emerge es la confirmación de la existencia de un sistema perverso e infernal.

Si este fuera el caso, sería otra confirmación, pero no la única, respecto a todo lo que hemos argumentado en los últimos años: los primeros enemigos de aquellos magistrados que quieren la verdad sobre las masacres y que no temen enfrentarse al poder, investigándolo e indagándolo cuando se cometen delitos, están dentro del propio poder judicial.

Basta mirar la historia, la larga serie de bajezas cometidas contra Giovanni Falcone, con nombramientos fallidos como Consejero Instructor, como fiscal de la Corte de Palermo y como Alto Comisionado Antimafia, y contra Paolo Borsellino. También ellos fueron sometidos a medidas disciplinarias como en el pasado reciente les sucedió a magistrados como Roberto Scarpinato, Vittorio Teresi, Antonio Ingroia, Luigi De Magistris, el propio Di Matteo y muchos otros. La existencia de un Sanedrín inquisitorial que atacaba, obstaculizaba y juzgaba a los mejores magistrados y servidores que el Estado tenía en su seno, en lugar de protegerlos y apoyarlos. Hoy hay un nuevo viento, desde el CSM a las fiscalías de Italia, con un poder judicial que ha sabido criticarse a sí mismo. La política, por el contrario, nunca más. Como siempre se dijo, perro no come perro.

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*Foto de portada: © Imagoeconomica / Luca Palamara

*Foto 2: www.antimafiaduemila.com / Fondo original creado por Grunge

*Foto 3: www.antimafiaduemila.com / El exfiscal de Palermo, Antonio Ingroia

*Foto 4: www.antimafiaduemila.com / El consejero togado del CSM, Nino Di Matteo

*Foto 5: www.antimafiaduemila.com / El ministro de Justicia, Alfonso Bonafede