maurizio500MAURIZIO ARTALE Y LAS RATAS DE ALCANTARILLA DE LA MAFIA DE BRANCACCIO
Por  Giorgio Bongiovanni - 20 de Octubre de 2014
Para quienes aman a los animales y estudian la evolución no pueden no estar de acuerdo sobre el hecho de que ellos vivan y se reproduzcan para preservar la supervivencia de la especie, mantener el ecosistema en perfecta armonía, favorecer la evolución del hombre. Algunos, como las ratas por ejemplo, a pesar de ser desagradables para el ser humano igualmente cumplen con su función, contribuyen a eliminar los parásitos en los campos y hasta incluso los residuos del hombre. Pero hay una categoría de ratas – las de alcantarilla precisamente – que son el doble o el triple de grandes y que provocan enormes problemas de convivencia con la sociedad, que se han reproducido y han superpoblado y contaminado muchas áreas urbanas a causa incluso del exponencial crecimiento de los residuos y de la contaminación del terreno.


Los mafiosos de Brancaccio pertenecen a esta última categoría: de hecho ellos se nutren de la basura producida por los hombres – pactos y favores con exponentes de la política y de las instituciones, locales o no – alimentando así su tamaño.
Las ratas de alcantarilla por excelencia, en Brancaccio, son los hermanos Graviano, históricos jefes mafiosos del barrio que están encerrados desde hace veinte años, y que están acusados, además de estar involucrados en los atentados de 1992 y 1993, de haber ordenado la tortura y luego el asesinato del pequeño Giuseppe Di Matteo, fallecido a los 15 años después de 779 días de secuestro . En ese mandamento (territorio mafioso) que es uno de los barrios más decadentes de Palermo otras “ratas” siguen proliferando y emulando el ejemplo de sus jefes. Sin tomar en consideración que estos sujetos, como lo demuestra su pasado criminal, no lo pensarían dos veces en atentar  en contra de la vida de los parvulitos de sus amigos con tal de mantenerse con vida.
Pero en Brancaccio también hay mujeres y hombres valientes – es el caso de Maurizio Artale y de todos los colaboradores del Centro “Padre Nostro” nacido con el Padre Don Puglisi – que con su testimonio y ejemplo intentan desinfectar el barrio de las ratas que han tomado posesión de calles y edificios superpoblados, intentan impedir que éstas ataquen o infecten a los habitantes.
 Pero las ratas que han infestado el barrio de Brancaccio se ocultan, no enfrentan al “enemigo cara cara”, como todo aquel que se considere hombre. En cambio prefieren levantar el teléfono, o introducirse silenciosamente en los edificios ajenos para dejar amenazadoras señales de su paso por el lugar. Así como ocurrió en el centro en el que Maurizio Artale es presidente, puntualmente objeto de una enésima intimidación anunciada por una voz anónima. Pero precedida por incursiones, raid vandálicos, robos y fogatas en los terrenos de propiedad del centro de asistencia.
Pero les recordamos a estas “ratas” de alcantarilla que, en virtud de la especie a la que pertenecen, serán exterminadas inevitablemente, un día, por el veneno que con gran valor y espíritu de servicio los voluntarios del Centro “Padre Nostro” esparcen para impedir que Brancaccio sea etiquetado, una vez más, como el barrio que está en manos de la mafia. Claramente serán exterminados a través de la represión judicial, gracias a los magistrados que cuentan con la misma integridad moral de Giovanni Falcone y de Paolo Borsellino. Pero sobre todo cuando nosotros, los ciudadanos palermitanos y sicilianos, nos convirtamos en esa fuerza fundamental, en ese antídoto de legalidad que para los mafiosos es una peligrosa sustancia letal.
ARTÍCULOS RELACIONADOS

Mafiosos cobardes, desleales y asesinos
¿Los mafiosos, sucios traidores de si mismos?