condena1CONDENA DEFINITIVA: DELL’UTRI CRIMINAL MAFIOSO
La victoria de Antonio Ingroia y Domenico Gozzo
Por Giorgio Bongiovanni - 10 de Mayo de 2014
Después de más de veinte años de espera finalmente un importante fragmento de la verdad fue ratificado definitivamente por la Corte de Casación. Marcello Dell'Utri fue el “garante” del acuerdo entre Silvio Berlusconi y Cosa Nostra y ahora tendrá que pagar una condena de siete años por concurso externo en asociación mafiosa.
Fueron necesarias algo más de cuatro horas de sesión de la cámara de consejo para que la corte presidida por Maria Cristina Siotto aceptara las solicitudes del Fiscal general sustituto Aurelio Galasso. Y ahora ha quedado certificado que “las relaciones entre Cosa Nostra y Dell’Utri nunca fueron interrumpidas y se han prolongado sin solución de continuidad desde 1974 hasta 1992”.

Una sentencia que, sin motivos de exaltación ni fanatismo sino concreta y realmente, podemos definir como la victoria de Antonio Ingroia y Domenico Gozzo (aunque no hay que olvidar el aporte de los Procuradores generales de la Corte de Apelaciones: Antonino Gatto y Luigi Patronaggio, n.d.r.). Ellos fueron los Fiscales que representaron la acusación durante el proceso judicial en primer grado.
Ellos fueron los primeros que, con una monumental requisitoria que duró 16 audiencias (desde el 5 de Abril hasta el 8 de Junio de 2004), delinearon el relato de una historia empresarial y política vivida por el ex Senador del partido de “Forza Italia” al lado de Silvio Berlusconi. Una trama que se fue tejiendo constantemente con Cosa Nostra, la organización criminal más poderosa de toda Italia. En estos últimos veinte años con tal de proteger a Dell'Utri ha ocurrido de todo y su fuga al Líbano no es más que el último episodio en orden cronológico
Con la esperanza puesta en que una fallida extradición no se ría de la justicia y de la verdad el análisis sobre Dell’Utri va mucho más allá de la imagen del hombre “bisagra” entre la mafia y la política. El rol del ex Senador supera incluso el de Vito Ciancimino, el ex Alcalde mafioso de la ciudad de Palermo, quien fuera reemplazado precisamente por Dell’Utri durante la negociación Estado-mafia. Si, porque si la sentencia llegó a detenerse en sus consideraciones en el año 1992 (más allá de que esperamos leer las motivaciones, n.d.r.) ¿cómo se pueden llegar a ignorar las reuniones que Dell'Utri mantuvo con Vittorio Mangano en los días previos a las elecciones de 1994? ¿Cómo no tener en cuenta las graves declaraciones del colaborador de justicia Gaspare Spatuzza (quien ha sido considerado absolutamente atendible) en cuanto a las relaciones entre el mismo Dell'Utri y los hermanos Graviano, quienes salieron a escena a pedido de Riina y Provenzano poco antes del fallido atentado en el estadio Olímpico?
Elementos que hablan sobre la negociación más importante entre Estado y mafia que tuvo lugar después de los atentados en contra de los Jueces Giovanni Falcone y Paolo Borsellino y que habría contado con Dell'Utri, brazo derecho de Berlusconi, amigo de banqueros y potentados masones, miembro del Opus Dei, como uno de sus protagonistas. Y esta sentencia decreta definitivamente la figura del “mafioso” Dell'Utri.
Recuerdo perfectamente cuando el colaborador de justicia (mafioso arrepentido) Salvatore Cancemi, me dijo durante una entrevista que le realicé: “Los mafiosos no somos nosotros. Nosotros somos Cosa Nostra. Los verdaderos mafiosos son los de traje y corbata, los cuellos blancos. Esos son los verdaderos mafiosos. Nosotros somos generales, soldados, asesinos. Tenemos también un corazón, y en mi caso, yo realmente me he arrepentido. Porque recuerde, señor Bongiovanni, que Cosa Nostra es como una cizaña, nunca muere. Pero los mafiosos no somos nosotros, son los que nos han alimentado y permitido sobrevivir desde hace 200 años”.
Esta condena representa un importante paso adelante para llegar a descubrir nuevas verdades. Los Fiscales que están llevando a cabo las investigaciones sobre la negociación Estado-mafia, entre los cuales se encuentra Antonino Di Matteo, condenado a muerte por Riina, podrían destapar la “caja de Pandora” en la que están los diferentes Dell’Utri, los intermediarios y los hombres bisagra, pero así también los mandantes externos de los atentados. Esos asesinos criminales poderosos que están dentro del Estado, miembros de las instituciones, de la política, de la economía que han deseado la muerte del general Carlo Alberto Dalla Chiesa, de Falcone, de Borsellino, que provocaron los atentados de 1993. Ideólogos con el rostro cubierto, desconocidos hasta ahora, pero un poco menos seguros de su impunidad precisamente gracias a esta sentencia.
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