EX MINISTRO CLAUDIO MARTELLI INSULTA AL FISCAL ANTIMAFIA DI MATEO

Por Giorgio Bongiovanni - 31 de Enero de 2014
Claudio Martelli era el delfín de Craxi y del Partido Socialista Italiano, uno de los grupos políticos más corruptos (y corruptores) de la historia italiana. A nombre de Claudio Martelli estaba la “Cuenta Protección” en la que entre 1980 y 1981 el PSI recibió siete millones de dólares del Banco Ambrosiano de Roberto Calvi, financiamiento obtenido gracias a Licio Gelli, conocido Gran Maestro de la logia masónica P2. Martelli recibió una condena, pero logrará evitarla pagando cuantiosos reembolsos, que garantizaron al ex Ministro socialista los “atenuantes prevalentes” indispensables para que el delito de concurso en la quiebra fraudulenta del Banco Ambrosiano fuera prescripto.
Claudio Martelli fue elegido en Palermo en 1987 como jefe de lista del PSI gracias a cientos de miles de votos de Cosa Nostra: fue en esa oportunidad que Totò Riina, al sentirse desilusionado por las garantías que la Democracia Cristiana no le había brindado después de la apertura del maxi-proceso, desvió los votos de la mafia al partido de Bettino Craxi. Siempre hablando de contactos entre la mafia y el PSI tan solo dos años antes, el 2 de Abril de 1985, la mafia predisponía el coche bomba para el homicidio del magistrado de Trapani, Carlo Palermo. El Juez salió ileso del atentado, pero el explosivo destrozó a Barbara Asta y a sus dos hijos gemelos, Salvatore y Giuseppe de 6 años. Todos sabían de la actividad investigativa que Carlo Palermo estaba realizando sobre las conexiones entre Cosa Nostra, los servicios secretos, el tráfico de armas y los exponentes del PSI. No es una coincidencia, dado que es un hecho históricamente probado que Cosa Nostra planificó su homicidio para hacerle un favor al Partido Socialista. ¿Qué tiene para decir el ex “Guardasellos” al respecto?
Posteriormente Martelli, para recuperar su virginidad – consciente de haber sido elegido con los votos de la mafia – lograría obtener la presencia de Giovanni Falcone en la dirección de la Sección de Asuntos penales del Ministerio. Gracias a su nuevo cargo el Juez logra, por su genialidad, a alcanzar resultados brillantes, obteniendo nuevas y más eficaces medidas antimafia a través del “Guardasellos” y del mismo Gobierno de Giulio Andreotti (una medida emblemática fue la que dictó el ‘criterio de rotación’ que le quitó al Juez Corrado Carnevale, llamado también “mata sentencias” la presidencia de la primera sección de la Casación, que luego confirmó las condenas para la cúpula de Cosa Nostra). Habiendo sido Ministro de Justicia en los delicados y terribles primeros años de la década del ’90 – los años en los que la mafia negoció con el Estado al sonar de bombas – en 1993 Martelli se dimitió del PSI y del cargo de Ministro precisamente por los hechos relacionados con la coima depositada en la “Cuenta Protección”. Y solo después de casi veinte años, gracias a las inéditas declaraciones de Massimo Ciancimino, reveló haber estado al corriente de los contactos que establecieron los carabinieri del ROS (Grupo Operativo Especial) con el ex Alcalde mafioso, Vito Ciancimino.
Hoy Claudio Martelli se permite decir que Nino Di Matteo, el Fiscal principal del proceso sobre la negociación Estado-mafia, es un “estúpido” (“¡Es estúpido! Y quizás también tiene mala fe”) para luego hacer alusión al ex Fiscal Antonio Ingroia (“Ya no era un genio el otro que se fue”) por el simple hecho de que estos magistrados les están quitando, y les quitarán en el futuro la máscara a los poderosos viles que han puesto de rodillas a Italia a lo largo de los años ’80 y ’90.
El mismo Martelli que se declaraba amigo de Falcone (a quien le había dado efectivamente un amplio radio de acción sobre la lucha en contra de la mafia) cuando en realidad formaba parte de un sistema criminal culpable de haber asesinado a los dos Jueces (Giovanni Falcone y Paolo Borsellino). Y fue siempre Martelli el que al día siguiente del atentado de Capaci no abrió ningún tipo de investigación – interna en su Ministerio o en colaboración con el Ministro del Interior Vincenzo Scotti – para descubrir quiénes eran los responsables que informaron a los mafiosos del regreso a Palermo de Falcone, quien viajaba en un avión de los servicios secretos. Una fuga de noticias que le costó la vida al Juez, a su mujer y a sus agentes de escolta. El único mérito que podemos reconocerle a Claudio Martelli es el de haber secundado el precioso trabajo de Falcone en Asuntos penales.
Además es algo esquizofrénico, por decir poco, el hecho de que Martelli insulte al Fiscal Nino Di Matteo, ante quien él mismo había realizado importantes declaraciones que luego resultaron determinantes para acusar al ex Ministro Nicola Mancino de falso testimonio en el proceso sobre la negociación, ya que habría sido informado precisamente por Martelli sobre el contacto existente entre el ROS y Vito Ciancimino.
Hablando del homicidio de Salvo Lima, el ex Ministro contó además que Giulio Andreotti “quedó visiblemente impresionado y asustado. Tenía el rostro más céreo que de costumbre. Falcone también quedó muy impresionado, pero en un sentido completamente opuesto. Recuerdo que estaba agitado y me dijo: ‘ahora puede ocurrir cualquier cosa porque se ha roto un equilibrio consolidado’.” Y sobre la Democracia Cristiana siciliana: “Falcone me dijo que había sabido que – Lima, n.d.r. – se había reunido varias veces con Tommaso Buscetta. Para él era ‘corrupto’.”
¿Quién quiere defender hoy a Martelli insultando al Fiscal Di Matteo? Como en el caso del ex Ministro y de otros hombres del poder que hoy han sido destituidos, y de hombres del poder que aún están en auge; serán muchas las cabezas que caerán de sus cómplices que aún están sentados en los escaños del poder. Y serán precisamente esos “estúpidos” Fiscales “como Di Matteo” quienes finalmente desenmascararán sus rostros, y quizás liberarán a este País del hedor de la hipocresía, del compromiso, de la corrupción, del crimen que los diferentes Martelli han servido desde siempre.
P. D. Al colega Sandro Provvisionato, mal informado (con mala o buena fe, que decida él) le querría recordar que no ha sido Antonino Di Matteo quien se encargó del despistaje de las investigaciones sobre el atentado de Via D’Amelio y del falso arrepentimiento de Vincenzo Scarantino, sino toda otra clase de personajes de los servicios secretos, quizás conocidos por él, y de magistrados que se encuentran mucho más arriba del Procurador sustituto Di Matteo.