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FISCAL DI MATTEO:
“RIINA ME QUIERE MUERTO Y LOS POLÍTICOS ATACAN NUESTRAS INVESTIGACIONES”
 
Entrevista al Procurador sustituto de Palermo
Por Marco Travaglio - 18 de Diciembre de 2013
El magistrado relata su vida bajo escolta y habla de los intentos, por parte de las instituciones, de deslegitimar el proceso judicial sobre la Negociación entre el Estado y Cosa Nostra.

A las 17:30 hs. Nino Di Matteo, el Fiscal al que Totó Riina quiere muerto, está trabajando en su despacho, en el segundo piso del Palacio de Justicia de Palermo. Decir que no se sienta perturbado sería demasiado. Pero no ha perdido ni la calma, ni la sonrisa. La determinación es algo que incluso ha crecido.

Dr. Di Matteo ¿Cuál es su opinión después de 15 meses de amenazas y preanuncios de atentado?
02MarcoTravaglioFotoEsglobalOrg-Intentar entender a fondo lo que está sucediendo a mi alrededor. Aún no está todo tan claro. Hace un año, cuando comenzaron a llegar las amenazas de estilo mafioso y de fuente institucional pensé que podía ser algo casual. Luego me convencí de que eran ataques relacionados entre ellos. Ahora al escuchar y ver a Riina pronunciando esas palabras llenas de rabia y esas órdenes de muerte en mi contra me remonto al contenido de una de las primeras amenazas que me llegó en forma anónima.

¿El dossier de 12 carpetas titulado “Protocolo Fantasma”, con el escudo de la República Italiana, que lo ponía en guardia sobre el espionaje de “hombres de las instituciones” hacia una “central romana”, le advertía de que se estaba metiendo en terrenos peligrosos y citaba a políticos de la Primera República involucrados en la negociación y que aún no habían sido tocados por las investigaciones?
-Ese fue el primer mensaje de fuente institucional. Pero me refería al segundo, posterior a las elecciones de Febrero.

04MatteoMesinaDenaroFotoLaVocediBagheria¿Se refiere a la carta que llegó el 26 de Marzo, escrita en computadora por un anónimo sedicente “hombre de honor de la familia de Trapani” que anunciaba su eliminación – como alternativa a la de Massimo Ciancimino – porque Italia “no puede ser gobernada por cómicos o maricas”?
-Si, esa. Usaba una jerga típica de quien quiere identificarse como alguien que pertenece a las instituciones o a organismos de investigación. Y hablaba de la decisión de asesinarme “solicitada por los amigos romanos de Matteo”, es decir, de Matteo Messina Denaro, que también fue avalada desde la cárcel por Totò Riina “a través del hijo”. Ahora que he escuchado la voz encendida de Riina en persona he comprendido la conexión que existe entre las dos tipologías de amenazas: las mafiosas y las institucionales o para-institucionales. Y me he dado cuenta de la poca importancia que se le da, probablemente en buena fe, o por ignorancia, por parte de los periódicos y a nivel político.

03MassimoCianciminoFotoBennyCalasanzioCom¿Se le da poca importancia?
-Todos hablan de amenazas de Riina. Pero amenazar a alguien significa querer asustarlo. Riina, interceptado en la cárcel, no se limita a amenazarme: lo suyo es una escalada de palabras llenas de rabia que culminan con la orden de asesinarme. Tal es así que los Procuradores de Palermo y de Caltanissetta utilizaron un instrumento excepcional previsto por el Código procesal para “levantar el secreto de sumario” vigente sobre las interceptaciones y entregaron la transcripción y los correspondientes archivos de audio y video al Ministro del Interior Alfano. Hablar de “amenazas” es impropio y engañoso.

No quisiera que usted se viera en condiciones de polemizar con los más altos cargos del Estado, pero es precisamente esto lo que dicen, después de un año y medio de silencio vergonzoso y vergonzante: solidaridad hacia los magistrados amenazados por la criminalidad organizada.
-Sin lugar a dudas demostrar solidaridad hacia todos los magistrados amenazados por la criminalidad organizada es correcto: las amenazas de las mafias siempre son algo serio. Pero los magistrados de Palermo que investigan sobre la negociación Estado-mafia son un caso aparte: aquí el terrorista número uno de los últimos treinta años ha dado la orden de eliminarnos y de lanzar nuevamente la estrategia terrorista que quedara suspendida hace veinte años con la larga “Pax Mafiosa”, posterior a la negociación.

05SalvatoreTotoRiinaElMundodeCercaCom-¿Cuál es su estado de ánimo en estos días?
-Es una mezcla de estados de ánimo. Si miro a mi alrededor y reflexiono racionalmente me digo que no ha valido y no vale la pena haber sacrificado, en veinte años de vida bajo escolta, tantos momentos importantes de libertad y de despreocupación míos y de las personas que están a mi lado. Pero luego, por suerte, predomina la pasión, como en muchos magistrados de mi generación. Cuando entré a la magistratura hace 22 años, lo hice precisamente con la aspiración de ocuparme de mafia. Mi punto de referencia era el pool antimafia de Chinnici, Caponnetto, Falcone y Borsellino. Lamentablemente a tres de los cuatro los tuvimos que acompañar hasta la tumba, pero ese siguió siendo mi imprinting.

¿Entonces sigue predominando la pasión?
-Si, y predomina sobre la pura racionalidad que aconsejaría abandonar todo. La pasión por la belleza de nuestro trabajo. Pero que no deja de lado la consciencia de que ser magistrado en esta forma – la única que conozco leyendo la Constitución – “no compensa”. Ni en términos de serenidad personal, ni de carrera, ni de reconocimiento homogeneo por parte de las instituciones y de los hombres que las representan, así como también por parte de elementos representativos importantes de la opinión pública. Pero no importa, sigamos adelante.

Antes de que ocurrieran los atentados del ’92, en Palermo era palpable la intolerancia en cuanto a los magistrados antimafia, las escoltas, las sirenas, las zonas de prohibición de estacionamiento, los peligros a causa de la presencia de Jueces en riesgo. ¿Se respira de nuevo esa atmosfera?
-No, es más, el aumento del peligro para mi persona se ha visto acompañado paradójicamente por un exceso de solidaridad y cercanía de muchos ciudadanos: cartas, e-mails, palabras de aliento. Incluso por parte de nuestros vecinos. Es uno de los mayores, y pocos, motivos de consuelo. Obviamente lo mismo vale para mi familia: tengo la suerte de estar rodeado de personas que comparten ideológicamente los mismos valores que son la base de mi compromiso. Seguimos adelante, aunque con gran dificultad.

06AntonioIngroiaFotoNovetvCom¿Cómo cambió su vida en estos últimos meses?
-Nunca hay que repetir los mismos movimientos, ni los mismos recorridos, tienes que ser lo más impredecible posible. Te ves obligado a renunciar incluso a esas pequeñas y pocas cosas que hasta hace poco te podías permitir, a pesar de estar bajo escolta. Pero no es esto lo que me pesa.

¿Qué es lo que más le pesa?
-El saber que, cuando llegas a ciertos niveles de investigación sobre las relaciones entre la mafia y las instituciones (no solo las políticas, sino también los así llamados “organismos”), sientes – por usar un eufemismo – que no eres comprendido por parte de quienes representan al Estado e incluso por amplios sectores de la magistratura. Hay muchos que siguen pensando que nuestras investigaciones son tiempo perdido, recursos quitados a la “verdadera lucha en contra de la mafia”, que consistiría simplemente en arrestar a la mano de obra criminal, en secuestrar cargamentos de droga. En cambio, hoy más que nunca, una lucha seria en contra de la criminalidad organizada tiene que cercenar sus conexiones con las instituciones, con la política, con la economía, con las fuerzas del orden, con diferentes organismos.

Todos lo dicen de palabras
-Si, pero luego en el momento que un Fiscal intenta y que incluso lo logra, es ahí donde surge el habitual coro lleno de sonrisitas y de dudas esparcidas sin ton ni son: te sientes señalado ante el público ridículo como un “atrapa nubes”, o peor aún como un sujeto desestabilizador que rema en contra de las instituciones para arruinar el prestigio. Todavía hay quienes repiten el estribillo que dice que al destapar la negociación le hicimos un favor a Totò Riina poniendo bajo acusación a hombres del Estado y de la política. Escuchando lo que dice Riina no parece que piense de esa forma. Es más: manifiesta una rabia furibunda en contra de todos nosotros, que incluso quiere traducirla en mi asesinato.

¿Alguna vez se ha preguntado porqué Riina está tan enojado precisamente con usted?
-No. Pero puedo constatar que a menudo me he ocupado de procesos judiciales que lo veían como imputado: fui Fiscal en el juicio por el atentado de Capaci, por el de Via D’Amelio, por los asesinatos de los Jueces Chinnici y Saetta y otros homicidios perpetrados en Palermo.

Pero a pesar de esto por dichos procesos Riina jamás había manifestado ese furor en su contra. Que explota solo por el proceso judicial sobre la Negociación.
-Cuando Antonio Ingroia dejó la magistratura quedé como el Fiscal que más tiempo hace que se dedica a esas investigaciones. Es por eso que esa es la única explicación que encuentro para esa rabia.

07FiscalRobertoTartagliaFotoGuiaSicilianaY sin embargo, de lo que se sabe por los expedientes que habéis depositado hasta ahora, no se logra identificar un motivo que justifique tanta rabia. A Riina no le tendría que molestar aparecer como el súper terrorista que ha puesto en rodillas al Estado. ¿Os queda la duda de no haber comprendido todavía todo a lo que habéis accedido y que en cambio él conoce perfectamente?
-No, la duda no: la certeza. Hasta ahora hemos comprendido y creemos que tenemos las pruebas sólo de una parte de lo que ocurrió. No es una casualidad la aceleración con la que se ha intensificado esta presión. Inicialmente se pensaba que la investigación habría sido archivada. Luego, en cambio, nosotros solicitamos el reenvío a juicio y luego la ordenanza de reenvío a juicio por parte del Juez Instructor. El proceso comenzó. Pero para nadie es un misterio el hecho de que aún seguimos investigando: queda claro que no nos detenemos simplemente en el intento de probar la culpabilidad de los actuales imputados. Queremos encontrar a quienes los manejaron, los dirigieron y colaboraron con ellos, desde fuera de Cosa Nostra, en los delitos que les hemos imputado. Con quiénes, porqué y por encargo de quién los actuales imputados hicieron lo que hicieron. Y bien: cuando quedó claro que no nos detenemos, comenzaron no solo las amenazas o sentencias de muerte, sino también los episodios peligrosos como la irrupción en la casa del joven colega Roberto Tartaglia.


Vosotros representáis al Estado, pero también a quienes hicieron la negociación y a quien os amenaza o que hace de todo para obstaculizaros. ¿Cuántos Estados existen en Italia?
-El Estado es uno solo: el que ha sido proyectado con claridad y precisión por la Constitución. Para ser creíble y reconocido como tal, el Estado no tiene que temer procesarse a si mismo, a través de sus propios exponentes infieles, conniventes, desviados. De lo contrario no tiene título ni siquiera para procesar a la criminalidad, ya sea organizada o no.

¿Alguna vez habéis dudado ser vosotros los desviados?
-No, ni siquiera cuando éramos etiquetados así, como personas que teníamos intereses diferentes a los de la justicia y a los de la legalidad constitucional. Es verdad, existe la palpable sensación de ser desviados con respecto al pensamiento común tan difundido que pretendería imponernos una particular “prudencia” para que no destapemos ciertas ollas. Pero la de la negociación es una de las pocas investigaciones que ha sufrido ataques prácticamente de todos los sectores políticos: al menos no pueden acusarnos de querer favorecer a uno en detrimento de otros.

¿Cuál es la acusación que más os ha herido?
-La que viene de parte de grandes exponentes del periodismo y de la política que nos atribuyen hasta incluso la finalidad de chantajear al jefe de Estado, solo porque nos topamos casualmente con algunas llamadas telefónicas que él mantenía con el ex-ministro Nicola Mancino, o porque lo citamos como testigo. Es la acusación más grave e injusta, pero nos ha tocado soportar esto también.

Ese hecho os ha arrastrado a todos vosotros hasta la Consulta (Corte Constitucional Italiana) y tanto a usted como a su jefe Francesco Messineo hasta el CSM (Consejo Superior de la Magistratura). ¿Tenéis la sensación de que esa doble deslegitimación le haya tapado la boca a quienes eventualmente podían colaborar plenamente con las investigaciones?
-Ante una pregunta planteada de esa forma es difícil responder. Digamos que los arrepentidos de mafia todavía razonan con el instinto típico de los mafiosos: si se dan cuenta que delante suyo tienen a Fiscales atacados por las instituciones, olfatean que hablar de ciertos argumentos podría ser incómodo y poco conveniente incluso para ellos. Y quizás quien sabe muchas cosas se adecua a los cánones de ordinaria “normalidad”, revelando solo lo que no escandaliza demasiado al sistema y por lo tanto no se revela demasiado perjudicial para él.

08OscarLuigiScalfaroEnWikipediaOrg¿Usted se encuentra todavía bajo una medida disciplinaria del Consejo Superior de la Magistratura?
-Si, en Marzo me fue notificado el acto de inculpación, con la acusación de haber perjudicado las prerrogativas del Jefe de Estado con una entrevista en la que explicaba el procedimiento para la destrucción de las llamadas telefónicas indirectamente interceptadas en las que él conversaba con Nicola Mancino. Ya fui interrogado y ahora espero que el Fiscal de la Casación decida si solicitarle al CSM que me condene o que me absuelva. Según mi opinión y la de mi defensor es la primera vez que se le aplica una medida disciplinaria a un magistrado por una entrevista. Pero si llegara a ser reenviado a juicio me defenderé con serenidad, perfectamente consciente de haber cumplido simplemente con mi deber y de no haber violado ninguna ley, ni ninguna regla. De la misma forma que ya lo hizo todo mi despacho – lamentablemente con el resultado que todos conocen – ante la Consulta en el conflicto de atribuciones planteado por el Quirinal (residencia del Presidente de la República).

¿También ante la Consulta su Fiscalía sostiene que simplemente ha obedecido a la ley.
-Claro, y la prueba se encontraba en los hechos: no era la primera vez que una Fiscalía, al interceptar a un sujeto involucrado en las investigaciones, captaba casualmente sus conversaciones con un Presidente de la República. Había ocurrido en 1992, en Milán, con el Presidente Oscar Luigi Scalfaro. Y había ocurrido en 2009, en Florencia, con Giorgio Napolitano. En ambos casos los Fiscales habían hecho transcribir las llamadas telefónicas y las habían depositado para las actas. En el caso de Scalfaro los periódicos lo publicaron. Sin embargo el Quirinal no planteó ningún conflicto en contra de los magistrados. Lo hizo solo con nosotros en 2012, a pesar de no haberlas hecho transcribir esas conversaciones penalmente irrelevantes, de haberlas custodiado en una caja fuerte y de haber explicado que solicitaríamos su destrucción. Pero a la tristeza por lo ocurrido le sumo una satisfacción personal y de mis colegas: nuestros deteriorados armarios demostraron ser un lugar seguro, de hecho de esas llamadas telefónicas no se escapó ni siquiera una sílaba. Nadie puede decirnos que no cumplimos de la mejor manera con nuestra labor de magistrados.


¿Qué pensó cuando el Comité para el Orden y la Seguridad le propuso andar por Palermo a bordo de un carro de combate Lince?
-Al inicio no sabía de qué se trataba. En internet vi la foto de un Lince usado en la guerra de Afganistán y dije que no. Además de que sea impensable desde el punto de vista práctico y logístico, un magistrado que tiene que circular a bordo de un vehículo de combate se vuelve incluso ridículo. Y si hay algo que no puedo aceptar es que mi trabajo quede en una situación de pérdida del respeto.. La seguridad no puede convertirse en un pretexto para todos aquellos que miran con hostilidad nuestro trabajo para ponernos en ridículo. Todos los demás son riesgos que acepto: este no.

Incluso se habló del uso de un robot anti-explosivos, el “Jammer bomb”. ¿El Estado está haciendo todo lo que puede para garantizar su seguridad?
-Jamás pedí nada: hay autoridades a las que les competen estas decisiones técnicas y que están actuando con la máxima profesionalidad. Comenzando por los carabinieri de mi escolta. Pero un magistrado está al seguro sobre todo cuando todas las instituciones se muestran unidas completamente afirmando que su accionar – criticable por otro lado – no puede sufrir amenazas ni anuncios de atentados. La reacción compacta de todo el Estado sería la mejor protección para mi y para cualquier magistrado en peligro.

Y por ahora esa reacción compacta no se ha visto.
-Hasta ahora ha llegado solo en pequeñas porciones, a duras penas, con mucha lentitud, y reticencia. Pero no me desespero por que llegue un día...

Extraído de: Il Fatto Quotidiano del 18 de Diciembre de 2013
Foto © Castolo Giannini

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