GENERAL MORI DA SU VERSION EN PROCESO POR LA CAPTURA DE MAFIOSO PROVENZANO
Por Lorenzo Baldo - 7 de Junio de 2013
“Mis acusadores hacen mucho hincapié en el hecho que tanto yo, que soy más avispado, y por lo tanto parece que lo hice solo una vez, como el Capitán De Donno, menos experto y por ende más genuino, que lo hizo en muchas ocasiones. Al describir la relación con Vito Ciancimino utilizamos la palabra ‘negociación’; sacando la conclusión de que nosotros mismos estábamos admitiendo tácitamente el hecho de ser conscientes de gestionar un negociado con Cosa Nostra” fueron las expresiones de Mori.
El General Mori es un río en creciente durante la audiencia de hoy del proceso judicial por el fallido arresto* de Provenzano. “Ahora, ir a hacer la exégesis de la palabra como muchos puristas de la lengua italiana - subraya el ex oficial de la ROS (Reagrupación Operativa Especial) al leer un texto de 160 páginas que encierra sus declaraciones espontáneas -, examinando las repetidas deposiciones efectuadas durante varias horas ante diferentes magistrados y Tribunales, y pretender una utilización siempre precisa e inequívoca del lenguaje hablado, como si fuéramos miembros de la Academia de la Crusca, de manera que no se prestara (a posteriori naturalmente) a interpretaciones ambiguas, me parece casi patético e igualmente muy indicativo”
“Sustancialmente significa no tener nada realmente concreto en nuestra contra si se ha tenido que ir a buscar en nuestro lenguaje, el haber usado un vocablo en particular en lugar de un sinónimo suyo, indicios de los cuales sacar acusaciones que tendrían que demostrar nuestras culpas de manera inequívoca – especifica Mori -. A pesar de que yo haya realizado los estudios clásicos, para describir la relación con un confidente, 
nunca tuve rémoras o dificultades, tanto verbalmente o por escrito, en usar términos como contacto, acercamiento, 
relación, incluso el de negociación, y tengo que decir que nunca, en mi ambiente profesional o por parte de los magistrados con los que me relacionaba, fui objeto de observaciones por la utilización ambigua y por lo tanto que pudiera confundir de este término”.
Probablemente bastaría con retomar pasajes como este para ilustrar la aguerrida, así como inconsistente, defensa del principal acusado en el proceso, por la fallida operación policial en la ciudad de Mezzojuso*, ante la Corte presidida por Mario Fontana. A una corta distancia de Mori están sentados los Fiscales Vittorio Teresi y Roberto Tartaglia. El Fiscal Nino Di Matteo no se encuentra presente.
La arenga del ex Comandante de la ROS es la síntesis de la negación de cada tesis acusatoria de la Fiscalía: ninguna negociación, ningún “papello”, ninguna fallida operación policial, ninguna protección para Provenzano. Al mismo tiempo de la defensa se pasa al ataque en varios frentes. Es así que los “reos” Fiscales Antonio Ingroia y el mismo Di Matteo quedan en medio del fuego cruzado del ex general por haber realizado demasiadas apariciones televisivas, pero sobre todo por dar forma a una insistente acusación (ante una solicitud de archivo de la causa para los actuales imputados presentada en 2006).
El testigo clave Michele Riccio también recibe vibrantes ataques. Según Mori su relato está “lleno de incongruencias”. A Massimo Ciancimino se lo considera como el responsable de “atrevidas maniobras” o “engañosas”, mientras que las declaraciones de Giovanni Brusca fueron consideradas llenas de “contradicciones insanables, olvidos e imprecisiones macroscópicos”. Lo que ha hecho Mori (que se define como una víctima de un “proceso mediático) es una especie de ataque dirigido a una parte de la política, del periodismo y de la sociedad civil. A continuación el ex Oficial de la ROS identifica un “movimiento de opinión” en busca de “visibilidad” capaz de concebir “hipótesis y teorías sugestivas”.
En el enorme saco de los complotistas el General introduce a exponentes políticos como: Sonia Alfano, Giuseppe Lumia, Antonio Di Pietro, Angela Napoli, Fabio Granata, Luigi Li Gotti, Leoluca Orlando y Rosario Crocetta; abogados como Fabio Repici y Gioacchino Genchi, hasta llegar a los activistas, como Francesco Pancho Pardi e Don Andrea Gallo (este último figura en el texto integral depositado). Pero sobre todo son ciertos periodistas los que terminan quedando en la mira: Marco Travaglio, Concita Di Gregorio, Sandra Amurri, Saverio Lodato y Giuseppe Lo Bianco.
Incluso para la redacción de la revista Antimafia Duemila está reservado el mismo trato. Al igual que para una serie de asociaciones, que 
evidentemente no le agradan y que enumeramos a continuación: las Agendas Rojas de Salvatore Borsellino, La Rete, Libera, la Asociación nacional de las víctimas de la mafia, Quinto Potere, Libera Cittadinanza, Asociación Penso Libero y otras. Las señales indirectas y completamente miserables, lanzadas hoy por el Oficial de carabinieri a través de esta lista de personalidades y asociaciones no tienen fundamento. Queda claro que entre quienes a lo largo de estos 
años se han interesado en este proceso, algunos de los cuales han sido inscritos en esta especie de “black list”, no faltan ni la determinación ni la seriedad para seguir adelante a través del propio compromiso civil. De hecho las declaraciones de Mori ya han sido desmentidas por la extensa requisitoria de Nino Di Matteo. Todo el resto gira alrededor de meras especulaciones defensivas de un imputado y de su compañero.
Nota:
* En octubre del 1995, el grupo especial de los Carabinieri, ROS, fue informado que Provenzano se encontraría con otra persona cerca del pueblo de Mezzojuso (Palermo). Pero la orden de la operación policial para arrestarlo nunca fue dada por los altos cargos del Ros. Provenzano fue arrestado 11 años más tarde en el 2006).
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