Los Colectivos contra la Reforma Constitucional convocaron a un Festival y la convocatoria tuvo una respuesta multitudinaria. Una respuesta significativa. Una respuesta que visibilizó que hay conciencia popular. Conciencia popular de que “Vivir Sin Miedo” es una propuesta que en definitiva busca mano dura. La mano dura que se aplicó en los años sesenta (con las medidas prontas de seguridad impuestas por Jorge Pacheco Areco) y que se institucionalizó en los años setenta con la instalación de la dictadura militar. La mano dura que hoy se pretende re implantar con la idea de que los uruguayos “debemos protegernos” de los delincuentes (los delincuentes de las clases sociales vulnerables y para nada acomodadas).

¿Y quién nos protegerá de los delincuentes de cuello blanco?¿ De los políticos que apañaron y apañan a los que reprimieron en los días de la dictadura militar uruguaya? ¿Y quién nos protegerá de quienes desde el poder (político) nos hacen falsas promesas y cercenan las esperanzas de los jóvenes y de los jubilados? ¿Y quién nos protegerá de los uniformados que allanarán nuestros hogares en horas nocturnas? ¿Quién nos protegerá de quienes habrán de abusarse de la Reforma Constitucional para que la cultura de la impunidad se convierta en una institución más, amparada por leyes de aparentes democracias? No tengo presente que el señor senador Larrañaga haya hecho propuestas sobre todos estos puntos. No tengo presente, ni siquiera que los haya mencionado, ni siquiera al pasar. Ni siquiera por demagogia o por hipocresía.

Las amplias instalaciones de Sutel estaban colmadas de público. Un aluvión de personas vibraron con los artistas en el escenario dando un espectáculo popular por donde se lo mire. Un espectáculo sin formalidades, donde los artistas, no solo brillaron con su arte sino que además, explícitamente, se adhirieron a la noble causa de decir un no rotundo a la militarización. Entre una larga nómina de artistas estuvieron presentes la murga Falta y Resto y La Mojigata, la Ventolera, el Alemán y Leonardo Carlini.

Los organizadores de los colectivos se desplegaron por todos los espacios para que el espectáculo, además, estuviese provisto de una muy buena infraestructura de comidas y bebidas, para hacer “finanzas”. No hubo ningún tipo de inconvenientes. Hubo militancia. La militancia de quienes entendieron que estar allí significaba algo más que ver un espectáculo, por el espectáculo mismo. Porque ya solo estar allí, en el Festival, era un valioso aporte (muy combativo además) a una causa esencialmente en pro de la libertad y en defensa de los derechos humanos. Los derechos que hoy por hoy, apelándose al miedo, se busca cercenar.

Redactores de Antimafia Dos Mil también estuvimos allí. Estuvimos en el Festival junto a los jóvenes de Our Voice, integrando los Colectivos Contra la Reforma, junto a periodistas de La Izquierda Diario, y junto a una multitudinaria presencia ciudadana. Una presencia ciudadana, de fuertes convicciones. Sobrada en militancia. La militancia que se hace indispensable, para que en octubre, la soldadesca (y quienes desde las sombras y desde el Parlamento la apoyan) tenga muy presente que son los pueblos los que gobiernan, y nos los autoritarismos ni las impunidades. Porque apoyar esa Reforma también significa apoyar la cultura de la impunidad. La impunidad, de quienes en el nombre de la seguridad pública, no hacen (y no harán) otra cosa que debilitarla, pare beneficiar a los que en definitiva nunca se comprometieron con las luchas sociales, y ni mucho menos, con el sufrimiento ( o los reclamos de cada Marcha del Silencio, cada 20 de mayo) de quienes perdieron, padres, hijos, hermanos o amigos, a manos de los represores de los días del terrorismo de Estado.

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*Foto de Portada y 2: www.laizquierdadiario.com.uy 

*Foto 3: Our Voice / (integrantes de Our Voice apoyando a los Colectivos Contra la Reforma)