Las mujeres tiñeron de lila y violeta la principal avenida montevideana. Pero lo mismo sucedió en prácticamente todos los departamentos del país. Hubo movilizaciones en Las Piedras, Pando, Maldonado, Tacuarembó, Salto, Colonia y varias ciudades más.

En Montevideo, los principales reclamos fueron por “Ni Una Menos y contra los feminicidios y la violencia machista” En Uruguay asesinan a una mujer cada 14 días, lo cual es muchísimo. Por eso el grito de “Tocan a una, tocan a todas” recorrió toda la marcha. Desde Plaza Libertad hasta la Explanada de la Universidad de la República, las distintas columnas marcharon contra la violencia de género en sus distintas formas, contra la precarización laboral que sufren mayoritariamente las mujeres, contra la desocupación y la feminización de la pobreza. También se denunció especialmente a las mujeres desaparecidas y la existencia de redes de trata en Uruguay, algo que el actual gobierno del Frente Amplio viene desconociendo.

Asimismo, hubo una mención sobre la situación regional de avance de las expresiones de la derecha conservadora, como viene sucediendo en Brasil o Argentina. Podía leerse en la proclama distribuida por la Coordinadora de Feminismos del Uruguay “La lucha feminista conforma un entramado de resistencias frente a la avanzada fascista, misógina, racista, homofóbica, lesbofóbica y transfóbica que se expande en nuestro continente, orquestada desde las alianzas miliar, financiera y religiosa, que redoblan las jerarquías y las violencias”.

Se destacó la presencia por primera vez del colectivo “Sin nosotras no hay carnaval” integrado por mujeres que pertenecen al ambiente de la murga centralmente y que están preparando un Encuentro de Mujeres Murguistas.

La Agrupación de Mujeres Pan y Rosas participó activamente de la movilización con banderas y un estandarte reivindicando la figura de Marielle Franco, la militante socialista, feminista negra y lesbiana brasileña asesinada el 14 de marzo de 2018 cuando denunciaba la militarización y la violencia estatal en las favelas de Río de Janeiro.

En varias partes de la marcha se realizaron intervenciones artísticas, y apostada en la Plaza de los Bomberos sonó la cuerda de tambores La Melaza, compuesta exclusivamente por mujeres.

Varios sectores de mujeres organizadas expresaron que la lucha es “contra el patriarcado y el capitalismo” y denunciaron la responsabilidad del Estado en los feminicidios y en la situación de marginalidad y pobreza en que se encuentra la mujer en el mercado laboral uruguayo.

“Yo sabía que a los violadores los cuida la policía”

Llamó la atención – y generó mucha rabia e indignación entre las manifestantes – la custodia policial que apostó en la puerta de la Iglesia Nuestra Señora del Carmen, sita en 18 de julio esquina Tacuarembó. En una actitud totalmente amenazadora y provocadora, los policías custodiaban totalmente pertrechados las puertas de la Iglesia detrás de las rejas. Para colmo, una mujer policía filmaba a quien se acercara a manifestar su repudio por esta situación.

Sin embargo, con custodia y todo, la Iglesia no pudo escapar a que sea una vez más escrachada con pinturas de color rojo, recordando los múltiples casos de pederastía y abuso sexual de los curas que, abusando de su autoridad, ejercieron y ejercen sobre niñas y niñas de la comunidad religiosa católica.

Verónica Alonso fue repudiada

Tanto en carteles como en algunos cantitos en la movilización de Montevideo, la senadora nacionalista fue recordada en la marcha por sus dichos contrarios a la modalidad de paro y reafirmando que, de ser presidenta, vetaría la ley de Interrupción Voluntaria del Embarazo.

Lo políticamente correcto

En la movilización, pudo verse a la precandidata presidencial por el Frente Amplio Carolina Cosse y otros precandidatos (Oscar Andrade y Mario Vergara), al ex presidente José Mujica y a la vicepresidenta Lucía Topolansky, al Intendente Daniel Martínez y otros políticos frenteamplistas e integrantes del gobierno como la ministra de Educación María Julia Muñoz, personaje repudiado en el ámbito educativo por su desconocimiento de la situación de la educación pública y por su justificación de todos los recortes que viene sufriendo el presupuesto para la educación. También estuvieron la inspectora y ex directora de secundaria Celsa Puente, mujer repudiada por las y los docentes de secundaria que fueron demonizados en cada lucha que dieron por mejores condiciones de trabajo y estudio en el ámbito de la educación secundaria.

En una muestra más de oportunismo político propio de la coyuntura electoral, estos políticos se manifiestan cuando se sabe que no cuentan ni siquiera con la sensibilidad respecto a los temas que afectan a las mujeres.

Pero ni la derecha, ni la supuesta “izquierda” en el gobierno van a callar la voz de las mujeres, porque este movimiento que empezó no tiene miras de frenar, mientras se mantenga independiente de los partidos que garantizan y refuerzan la subordinación de la mujer.

-------------------

*Gentileza de La Izquierda Diario Uruguay

*Fotos de: Belén @b3lrc1 (La Izquierda Diario)