NEGOCIACION ESTADO MAFIA, RIESGO DE VIDA PARA EL FISCAL DI MATTEO
                                       Por Giorgio Bongiovanni - 27 de Mayo de 2013

El fiscal de punta del proceso sobre la “negociación” Estado-mafia corre seriamente el riesgo de ser asesinado junto con toda su escolta.

Como es sabido el Fiscal Antonino Di Matteo sigue siendo uno de los sujetos más expuestos entre los magistrados que están a cargo del proceso judicial sobre la “negociación” Estado-mafia. Una nueva carta anónima llegó al Fiscal sustituto de Palermo. La noticia, que trascendió gracias al periódico “Repubblica”, contiene  preocupantes advertencias sobre las peligrosas condiciones de Di Matteo en términos de seguridad.

La redacción de Antimafia Duemila ha seguido con especial preocupación los hechos en el que se ha visto involucrado al magistrado Antonino Di Matteo, amenazado últimamente a través de otras dos cartas anónimas por parte de un personaje aparentemente perteneciente a algunos ambientes institucionales “desviados” relacionados con Cosa Nostra.

Luego de estos episodios los Jueces instructores han probado suficientemente que no se trataba de cartas de algún loco, sino de una grave y seria amenaza en perjuicio de uno de los magistrados de punta de nuestro País. En las misivas, que llegaron al mismo Di Matteo y a la Dirección Distrital Antimafia de Palermo, estaban detallados los movimientos cotidianos del Juez y los puntos débiles de su protección. Inmediatamente la prefectura mantuvo una reunión con el comité provincial para la seguridad pública para aumentar su protección, y anunciaron que la escolta de Nino Di Matteo sería debidamente reforzada.

Pero la verdad es que ha sido potenciada solo aparentemente. En realidad Di Matteo no está siendo protegido por el Estado, él y sus agentes podrían ser asesinados en cualquier momento. De hecho su protección nunca pasó del actual nivel 2 al nivel 1, el máximo sistema de protección existente. Las fuerzas destinadas a tutelar al Fiscal palermitano comprendían la asignación de dos coches blindados con cinco hombres armados, y un coche que se ocupe del control a lo largo del recorrido para evitar la presencia de eventuales artefactos explosivos. El refuerzo es solo aparente, ya que se ha limitado a agregar otros dos hombres armados y un coche que no es blindado, que por lo tanto puede ser destruido fácilmente por un eventual atentado, incluso con pistolas o ametralladoras.
No solo eso. Debajo de la casa de la madre de Di Matteo se realiza un control dinámico, pero no hay ninguna cámara de video que vigile la zona, ni mucho menos existe una prohibición de estacionamiento (de la misma manera que no existía en Via D’Amelio donde vivía la madre de Paolo Borsellino). La protección garantizada por el Estado es escasa, por decir poco, ya que las alcantarillas, incluso una vez que ha pasado el control, como por ejemplo las que se encuentran alrededor de la casa del Fiscal, se pueden abrir muy fácilmente. Una vez controladas cualquiera puede acercarse, abrirlas y poner un artefacto explosivo.

Nosotros mismos fuimos a controlar esas alcantarillas, a la espera de que pasara el Fiscal Di Matteo. ¡¿Y si en lugar nuestro hubiera sido un grupo comando mafioso el que una vez abierta la
alcantarilla hubiera puesto una bomba?! El coche del Dr. Di Matteo habría volado por los aires y un enésimo atentado habría sacudido los ya precarios cimientos de nuestro País. Es por eso que es estrictamente necesaria la presencia de cámaras de video ubicadas en los puntos sensibles frecuentados por el magistrado.

Pero hay otra carencia muy grave por parte del Estado, y es el hecho de que la escolta del Fiscal del proceso judicial sobre la “negociación” Estado-mafia, como seguramente la de otros magistrados, no cuenta con el dispositivo jammer. Por lo general los “bomb jammers” son utilizados por los cuerpos militares y las fuerzas armadas, son inhibidores de señal que neutralizan los dispositivos radiocontrolados (para entendernos mejor, como los que permitieron que Capaci y Via D’Amelio volaran por los aires) y por lo tanto son excelentes opciones para prevenir un atentado terrorista.

Es probable que el mismo Falcone estuviera al tanto, dado que siempre estaba actualizado sobre las novedades tecnológicas. Parecería ser que lo hubiera solicitado expresamente, al día siguiente del atentado de Addaura, para evitar la enésima bomba que podría haber destruido las calles de Palermo después del atentado Chinnici en 1983. La historia nos enseña que el jammer jamás ha sido tomado en consideración, ayer para Falcone y Borsellino, hoy para Di Matteo y para todos aquellos magistrados considerados por el poder mafioso como una peligrosa y seria amenaza.

Entonces ¿porqué el Estado no quiere gastar esos 150-200 mil euros (que es lo que cuesta la utilización de los bomb jammer) para proteger a este magistrado? ¿Porqué hay peligrosas grietas en la escolta de Nino Di Matteo, sobre las cuales sería necesario investigar inmediátamente y a fondo? Esperamos que esta no sea la señal de una enésima “negociación” entre la mafia y aquella parte del Estado que está dispuesta a sacrificar a sus mejores hombres, como ya lo ha hecho participando en las matanzas que culminaran con las muertes de los Jueces Falcone y Borsellino.

Esperamos que en realidad se trate simplemente de la negligencia de personajes poco profesionales que ocupan los altos cargos de los despachos destinados a la tutela de los magistrados, a los cuales nos dirigimos con tal de que se resuelvan estas lagunas terribles. Sería su responsabilidad si llegara a ocurrirle algo al magistrado titular de procesos contra la mafia y contra exponentes del Estado conniventes con la misma.

La escolta de Antonino Di Matteo, actualmente insuficiente por completo en relación al real peligro, necesita fusiles ametralladoras más poderosos, fusiles a bomba (que no tienen), y otro coche blindado. Necesitaría una vigilancia constante en los puntos sensibles y cámaras de video que monitoreen los movimientos las veinticuatro horas del día para evitar el peligro de los atentados con dinamita de los cuales hablábamos anteriormente. Necesitaría además un helicóptero y, obviamente, un dispositivo jammer.
Esta si, sería una respuesta seria por parte del Estado, que dejaría de engañar a los ciudadanos con el refuerzo de una escolta que, en esencia, no es más que un recubrimiento detrás del cual se esconde una debilidad y una falta de toma de posición que corre el riesgo de poner en serio peligro a uno de los magistrados más expuestos en este momento.
http://www.antimafiaduemila.com/2013052743134/giorgio-bongiovanni/i-buchi-neri-della-protezione-al-giudice-di-matteo.html