Por Antimafia Dos Mil-2 de diciembre de 2022

Coronel retirado, director de SUR Consulting Security Services, trabaja como asesor de inteligencia estratégica y defensa, y se presenta en sus redes sociales profesionales como “consultor de riesgos, inteligencia, estrategia y protección de activos”. Es, además, en la actualidad, asesor del partido Cabildo Abierto, y es además un represor sobre quien pesan múltiples denuncias por violaciones a los derechos humanos durante los años de dictadura en Uruguay.

Estamos hablando de Antonio Romanelli. Un hombre que camina libre por las calles de Montevideo. Un hombre que vive en el ostentoso barrio de Punta Gorda. Un hombre, que sigue participando de la vida cívica del país, y que sus consejos son decisivos para un partido político que tiene diversos representantes en el Estado.

El pasado sábado, se realizó un escrache frente a la casa de Romanelli. El encuentro fue en los cruces de Avda. Rivera y Bolivia, y fue convocado por Plenaria Memoria y Justicia. A continuación, reproducimos una crónica de los hechos, realizada por integrantes de esa agrupación.

“Hace meses comenzó este escrache... mientras Sanguinetti y Mujica explicitan sus pactos de silencio e impunidad, su 'horizonte', desde Plenaria y junto a otras compañeras y compañeros que siempre nos acompañan, comenzamos a idear el escrache”.

“Como sabemos el Poder Judicial no se hace cargo de las denuncias públicas, por lo tanto, comenzamos a buscar testimonios de algunas de sus víctimas. Fuimos al barrio donde vive el represor, entregamos volantes, colocamos afichetas en columnas, hablamos con vecinos y ahí comenzó esta condena social. Ahí se rompió el silencio, el torturador empezó a perder su status de ser un vecino más”.

“Romanelli es uno de los ejemplos más claros de que los militares de la dictadura no son ‘pobres viejitos’, son golpistas que siguen en el poder, gobiernan y asesoran. Habiendo denuncias de más de 91 expresos políticos, sigue impune, siendo dirigente de Cabildo Abierto. Por eso hacia él dirigimos nuestro escrache”.

“Sobre las 10 de la mañana en la plaza de Av. Rivera y Bolivia comenzó a llegar la gente, a la sombra de un árbol empezamos a juntarnos entre charlas, mates, y sonrisas”.

“Unos minutos después se colocaron carteles con las imágenes de compañeras y compañeros víctimas del terrorismo de Estado, se extendió la pancarta central”.

“Poco antes de las 11 de la mañana comenzó la marcha hacia la casa del torturador impune”.

“Irrumpieron los cánticos en la calma de la mañana de Punta Gorda: ‘No hubo errores, no hubo excesos, son todos asesinos los milicos del proceso’”.

“Algunos pocos vecinos y vecinas salían a saludar la movilización”.

“Dos cuadras antes de llegar a la casa nos esperaba una camioneta de la Guardia Republicana quedando a menos de 20 metros de las y los manifestantes”.

“Al entrar a la calle Siria el grito cada vez fue más fuerte: ‘Alerta, alerta, alerta los vecinos, al lado de su casa hay un milico asesino’”.

“Varios habitantes de la manzana del asesor de Cabildo Abierto se arrimaban sorprendidos por la noticia de tener un vecino torturador”.

“Finalmente llegamos a la esquina de Araucana y Siria donde una vez más, la policía brindaba protección a un genocida. A la vista y detrás de las vallas esperaban algunos pocos efectivos”.

“Según sabemos, el torturador estaba con su hijo, quien filmaba la movilización con otras dos personas”.

“Nosotras y nosotros hicimos lo que había que hacer, señalar, denunciar, cuestionar, ejercer la condena social frente a todo un sistema político que lejos de los intereses populares, aseguran la impunidad, los negocios y privilegios de los represores y torturadores”.

“A 50 metros de donde estaba Antonio Romanelli, dos compañeros contaron los salvajes maltratos sufridos a manos del torturador, denunciaron su inhumanidad, su fascismo y su cruel violencia”.

“Las vecinas, los vecinos y quienes fuimos hasta allí abrazamos la valentía de las víctimas, que no olvidan, que siguen resistiendo y que a metros de la casa donde vive su verdugo lo volvieron a señalar”.

“Hoy Antonio Romanelli es un poco menos impune, quienes viven cerca sabrán que ese señor, hoy empresario, cometió crímenes de lesa humanidad, que es un torturador y un asesino. De esta manera, andará por las calles un poco menos libre, muchas y muchos saben quién es y qué hizo”.

“¡¡DE LA CONDENA SOCIAL NO PUDO NI PODRÁ ESCAPAR!!”.

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*Foto de portada y restantes: Martha Passeggi / Facebook