Por Victoria Camboni-19 de junio de 2021

Tal parece que lo que pedía el ministro de Turismo en Uruguay, Germán Cardoso, al coordinador de la Jefatura de Policía de Maldonado, Fernando Pereira, eran favores de amigos. Intercambios telefónicos, constató la justicia (se conocieron luego de un año de investigación), comprobándose a través de escuchas telefónicas que entre 2020 y 2021, el jerarca y político, integrante del Partido Colorado, solicitó a Pereira “información reservada y favores” por nueve veces. Noventa días de prisión domiciliaria indicó el pasado miércoles el juez de la causa Vital Rodríguez a Pereira, por delitos de filtración de información y abigeato, entre otros. El fiscal Jorge Vaz, había solicitado como medida preventiva la cárcel, pero el juez lo mandó a cumplir prisión preventiva en su domicilio.

Para la Justicia el delito lo cometió el policía, mientras que lo que entiende que hizo el ministro fue pedir favores a un amigo. Nada malo encontraron los funcionarios judiciales en que un jerarca del Estado instigara a cometer un delito a otro funcionario público de alto rango.

Aunque el jerarca de la policía fernandina fue motivado a cometer los delitos que cometió en gran medida por los pedidos de su amigo “de toda la vida”, según alegó el fiscal del caso, Jorge Vaz, por este último motivo es que considera que no hubo delito. Vaz hace una distinción entre su puesto de ministro y la amistad que los une “no ostentando ni ejerciendo el cargo público”, lo que a criterio del fiscal deja el caso por fuera de lo que considera la ley 19.823, la cual impide utilizar un cargo para obtener un beneficio para sus allegados.

Pero el integrante de la coalición de gobierno sostiene y declara a los medios: “no obtuve ninguna información para mi propio beneficio”. Y agrega que es “su obligación como funcionario público” advertir a la Policía “sobre un hecho delictivo”, y más en el cargo que ostenta era “su responsabilidad hacerlo”. Y también dice: “tuve en el transcurso del tiempo, seguramente varias llamadas, tanto con él, como con el jefe, el subjefe y diferentes jerarcas de la policía y de otros ministerios”.

De los intercambios telefónicos entre el ministro y el Coordinador de la Policía de Maldonado se desprenden los delitos de revelación de información reservada, omisión de los deberes del cargo, abuso de funciones; además se le imputó por omisión de denuncia de delitos que corresponde de forma inherente al funcionario público, y faena clandestina.

Los llamados verificados por las escuchas entre Germán Cardoso y Fernando Pereira

En octubre de 2020, el ministro llamó al jerarca de la Policía de Maldonado para atender a la empleada de un vecino de su edificio, que sufría acoso, pidiéndole una atención personalizada a la mujer. El fiscal del caso determinó que el procedimiento se configura como abuso de funciones.

En noviembre de 2020, el jerarca policial solicitó directamente al jefe de la Zona Operacional III un móvil para auxiliar al ministro que sufrió una rotura del vidrio de su vehículo mientras se desplazaba por la Ruta 39.

En diciembre de 2020 fueron varios los pedidos de Cardoso. El día 1° se comunicó para pedirle el número de teléfono de un presunto estafador, que habría intentado engañar a su madre. El 13 de ese mes, la llamada fue para obtener información sobre un vehículo incautado por drogas en una investigación en curso, con la pretensión de poder utilizarla para su Ministerio. Luego de un nuevo llamado de Cardoso, Pereira contactó a la Brigada de Narcóticos de Maldonado solicitando información particular de la camioneta.

El 18 de diciembre, en cambio, el llamado partió de Pereira, que se contactó con el ministro de Turismo para “sugerirle” que su ministerio enviara un saludo al cuerpo de Policía por su día. Luego el 30, una mujer cercana a la pareja de Cardoso tuvo un accidente y el jefe de la cartera de Turismo contactó a Pereira para constatar si se le había realizado espirometría, e intentar conseguir que se evitara hacerle esa prueba porque la mujer habría “ido a tomar algo previamente”.

En 2021 los pedidos de favores personales continuaron. Esta vez fue el hermano de Germán Cardoso quien se comunicó con el jerarca de la Jefatura de Maldonado para solicitar las pruebas que manejaba la policía, en el caso de una amiga de ambos que se accidentó, ya que “su amiga lleva las de perder”, argumentando que “las abogadas están arregladas”, e intentando obtener información. En esa ocasión, Pereira solicitó el número de evento policial, interiorizándose en un asunto que no le correspondía. En marzo, Cardoso solicitó al policía que interviniera en unas “picadas de motos, música y escándalo” frente a su casa de Punta del Este, con el consiguiente envío de un móvil a la zona. Abril también estuvo presente en las solicitudes; en esa ocasión, Cardoso pidió a Pereira asesoramiento para denunciar supuestas estafas que se estarían realizando con su nombre, a lo que hubo un ofrecimiento por parte de Pereira de enviar un policía a su residencia para tomarle la declaración, lo que configura, a juicio del fiscal, un delito.

Según indicó Vaz, el jerarca policial alardeaba diciendo que era “intocable” porque un ministro lo había colocado en el cargo que ostentaba. “Tenemos que recopilar y corroborar muchos datos que surgen de las interceptaciones. Al momento las que se utilizaron para solicitar las detenciones y la formalización es un muy pequeño porcentaje”, señaló el fiscal, quien además añadió que es necesario seguir indagando en la información para evaluar si hay más “elementos de importancia para la investigación”.

Respecto al abigeato, el crimen está vinculado a traslado y venta de ganado de su propiedad con vehículos de la Policía. También se constató que, en la faena clandestina de dos animales de un terreno lindero al suyo, Pereira insistió con que no se le tomara denuncia al vecino y no se cargara por lo tanto en el sistema informático. Un mes antes, según declaraciones de testigos, se supo que trasladó algunos animales sin el registro correspondiente, lo que está penado por el Código Rural. A esto se suma la negligencia de su actuación cuando recibió el pedido de aumentar los controles de traslado de ganado en el departamento por parte de la encargada de Sanidad Animal en Maldonado Beatriz Tellechea, del Ministerio de Ganadería, Agricultura y Pesca que, a pesar de su promesa a la jerarca de ajustar controles, nunca lo notificó al director de la Guardia Rural, que es la autoridad encargada de este rubro.

El otro imputado fue Sidney Ramos, un sargento de la misma Jefatura al investiga por revelar información confidencial sobre personas requeridas por la Justicia y sobre vehículos incautados, al abogado Pablo Piacenti. Mientras se lleva adelante la investigación, se le aplicaron medidas cautelares.

Las repercusiones no tardaron en llegar. La bancada del Frente Amplio pide la destitución de Germán Cardoso, por entender que se trata de un caso de corrupción, que evidencia además una falta de ética, y reclaman por sobre todas las cosas, la renuncia. Pero el oficialismo tanto nacionalista como colorado -ambos partidos tradicionales que gobiernan el país- lo apoya, sosteniéndose en lo que argumentó Jorge Vaz y apoyó el fiscal de Corte Jorge Díaz para no tomar su actuación como delictiva.

Figuras como Julio María Sanguinetti, un político de toda la vida, que transita los lugares más derechos de la política uruguaya, conservador y acomodado con su clase y sus correligionarios, declaró a los medios locales que Cardoso “no está haciendo ninguna gestión en beneficio propio”, ya que “que un jerarca llame para preguntar por asuntos de seguridad pública es normal”.

Otro de los respaldantes fue el viceministro de Turismo, el nacionalista Remo Monzeglio, que declaró: “cada uno en ese aspecto se maneja como cree conveniente y el ministro se manejó así”, agregando que “él no hizo nada ilegal”.

Tal es el proceder del oficialismo siempre que tocan a uno de los suyos, porque están tocando al conjunto, y cualquier improcedencia, como fue por ejemplo el caso del intendente de Colonia, el nacionalista Carlos Moreira, que ofrecía cargos a cambio de favores sexuales, y que a pesar de esa actuación fue respaldado por todos sus compañeros de partido, incluida la vicepresidenta Beatriz Argimón, que dice ser feminista.

El juego de la política, cuando sus delitos salen a la luz, queda al descubierto. Siempre está por encima de todo el acomodo, el poder, el cargo, el sueldo fijo y los beneficios del Estado, la imagen pública y el trabajo electoral, que no termina nunca, porque hasta ahora el juego de la democracia funciona así, y para tener cargos de poder y buenos sueldos hay que utilizar la imagen pública, los medios de comunicación, las declaraciones y alinearse atrás del batallón que lucha por los mismos intereses.

Así es como funciona. Así de expuestos estamos los ciudadanos, que, sin duda, no entramos dentro de esos intereses.

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*Foto de portada: www.radiorbc.com