El joven wichí lleva tres semanas desaparecido

El gobernador de Chaco, Jorge Capitanich habló de homicidio, pero el cuerpo no aparece

Un imponente clima de tensión se vive por estos días en la provincia del Chaco, en el norte argentino. El gobierno provincial desplegó las fuerzas de seguridad para reprimir violentamente a los miembros de la comunidad wichí de la localidad de Nueva Pompeya que reclaman por la aparición con vida de Salustiano Gimenez, un joven de 17 años que permanece desaparecido desde el 12 de febrero. Durante el fin de semana fueron detenidos 13 miembros de la comunidad, que fueron liberados en las últimas horas.

Nueva Pompeya es una pequeña localidad sumergida en El Impenetrable del Chaco, accesible solo por un infinito y árido camino de tierra. Es una población pequeña, donde hay pocos foráneos y más que mal, aunque sea de vista se conocen entre todos. Según reconstruyeron algunos diarios de la capital, aquel domingo, a últimas horas de la tarde, Salustiano fue visto por última vez, por su hermana Laura. La joven declaró que un carnicero del pueblo, de apellido Romero, se acercó a Salustiano en un auto gris, empuñando lo que parecía una escopeta y, sin bajarse del vehículo, intercambió algunas palabras con el muchacho, que quedó aterrorizado. Algunas horas después, el muchacho se alejó de la zona llevando a tiro una yegua. No lo volvieron a ver.

Por la noche el padre del muchacho se acercó a la comisaría local para realizar la denuncia, que fue recibida con cierta indiferencia, según relatan los miembros de la comunidad wichí. Tímidamente, durante los siguientes días los oficiales hicieron algunas preguntas por el barrio, y sin más dejaron de buscarlo. Pasaban las horas, pasaban los días, y los mecanismos de búsqueda de personas no terminaban de desplegarse. Esto generó que la comunidad, luego de debatir la situación en asamblea, optara por realizar una medida de fuerza tendiente a captar la atención de las instituciones, sobre todo fuera del pueblo, ya que en esos pequeños parajes las burocracias institucionales adoptan una suerte de censura y los conflictos locales tienden a quedar sometidos al ámbito “familiar”.

Durante ocho días los miembros de la comunidad wichí cortaron las rutas y cercaron los accesos al pueblo, esto hizo que los vecinos, ante el inevitable desabastecimiento alzaran también sus voces, logrando finalmente que las autoridades provinciales bajaran del olimpo para atender la desaparición del muchacho. Luego de una reunión conciliadora -donde participaron en representación del gobierno provincial, la ministra de Justicia y Seguridad Gloria Zalazar y la secretaria de Derechos Humanos Silvana Pérez-, las autoridades se comprometieron a activar el protocolo del Sistema de Búsqueda Federal, así como también dar inicio a una investigación sumarial respecto a las inoperancias y faltas de los funcionarios intervinientes hasta el momento. Luego de esto, la medida de fuerza fue levantada.

Al día siguiente, no se activaron los mecanismos pactados, por lo que los miembros de la comunidad volvieron a manifestarse. En medio de las protestas, que se desarrollaban de forma completamente pacifica, los efectivos policiales detuvieron a dos menores de edad. Ante el hecho, la comunidad envió a Mario Ledesma para que intercediera por la libertad de los menores. Luego de ingresar a la comisaria fue detenido y encerrado en un calabozo.

Ante este hecho, los manifestantes se agolparon contra la comisaria para exigir la liberación de los detenidos. La represión que se desencadenó fue brutal. Balas de plomo, balas de goma, gases lacrimógenos y bastonazos fueron empleados contra los miembros de la comunidad que arrojaban piedras a borbotones. Más de 30 heridos, de ambos lados, y una veintena de manifestantes detenidos fue el resultado de una gresca que duró casi seis horas.

Pocas horas después, el gobierno provincial desplegó un operativo de contención con más de 400 efectivos de la Policía de la provincia, y de la Gendarmería Nacional para pacificar la zona. Ya que según el gobernador Capitanich, la pueblada correspondió en realidad a “grupos movidos por un interés político para generar caos y estrépito social”, según se informó desde el portal oficial. Incluso se refirió al hecho en términos de delitos de sedición: “Porque he observado operación política, trabajo en redes, viralización, con el claro objetivo de generar un perjuicio”, dijo el eterno caudillo chaqueño, que se hizo famoso por sus declaraciones rimbombantes y sus conferencias de prensa eternas, cuando era jefe de Gabinete de Cristina.

Pero más allá del espectáculo capitalino que pretende montar Capitanich, lo cierto es que la investigación por la desaparición de joven wichí podría tratarse de un posible homicidio, según informaron las fuentes oficiales. Una afirmación que se hace sin que haya rastros del cuerpo. Salvo que el cuerpo este bajo custodia de las autoridades, y estas por algún motivo aún no lo hayan restituido a la familia.

En horas de la tarde del miércoles los detenidos de la comunidad fueron liberados ante el creciente reclamo de los organismos de derechos humanos, que presentaron los respectivos habeas corpus.

Foto: Data Chaco