Allá por 2013, un personaje de la justicia uruguaya recorría los medios de comunicación alertando sobre la pérdida de soberanía del Estado al firmar contratos con empresas extranjeras de gran porte para que se instalaran en el país. “Cuando usted firma tratados y contratos de inversión, lo primero que hace es ceder soberanía y república”, dijo por aquel entonces el exfiscal Enrique Viana -hoy fallecido- cuando cuestionó al Estado uruguayo por entablar negociaciones secretas con la megaempresa finlandesa UPM.

La preocupación de Viana por la pérdida de soberanía se fundamentaba en el rol que pasaba a cumplir el gobierno nacional: “Cuando el Estado se vuelve socio, una suerte de socio gestor de estas empresas, mediando tratados y contratos de inversión, es muy difícil pensar que el Poder Judicial tenga independencia en este tipo de decisiones”.

Algo muy similar sucede en el caso del puerto de Rosario, foco central de la hidrovía Paraná-Paraguay. En este punto álgido del comercio legal e ilegal, parten las grandes exportaciones agrícolas de la ciudad sojera al mundo, pero también todo tipo de mercaderías. Lo mismo sucede con la circulación de productos que vienen desde continente adentro (como Paraguay y Bolivia). Por ahí salen centenares de miles de contenedores hacia el Río de la Plata, y de allí a Europa y al resto del mundo.

Así de importante es el puerto de Rosario, y así de importante es que la gestión del puerto de Rosario esté en manos de empresas privadas, que son las encargadas de gestionar la soberanía del río Paraná.

El pasado 4 de marzo, desde las 9:30 de la mañana, unas 500 personas con banderas argentinas, se concentraron en el puente que une las ciudades de Rosario y Victoria, entre las provincias de Santa Fe y Entre Ríos, para manifestarse por la soberanía del río Paraná y el canal Magdalena. La organización, a cargo del Foro por la Recuperación del Paraná, nucleó a más de 50 agrupaciones y personajes de la política local, bajo la consigna “Frenemos al lobby agroexportador en su nuevo intento de avanzar en la reprivatización del Paraná y evitar la construcción del canal Magdalena”.

El banderazo ocupó el puente y otras ciudades en simultáneo, para sumar voces en un reclamo que se reitera desde hace años.

Parte del equipo de Antimafia Dos Mil estuvo presente en la movilización, y consultó al diputado provincial, escritor y periodista Carlos Del Frade acerca del motivo de la convocatoria: “Nosotros estamos acá para recuperar el control, administración y planificación de todo lo que entra y sale por el río Paraná. Es un hecho de soberanía política, para tratar de recuperar la soberanía económica”, apuntó el político.

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Y sumó: “Esto va también en contra de los negocios mafiosos que se vienen desarrollando acá por el Paraná desde hace 45 años. Consecuencia de esos negocios mafiosos es la sangre derramada en los barrios, por eso hay que recuperar el Paraná”.

Desde la revista hay gente que nos lee también desde Uruguay, desde Chile. ¿Es importante que haya también una perspectiva latinoamericana en esta lucha soberana?

“Sin duda, porque todo lo que tiene que ver con el río Paraná está siendo planificado en estos momentos por el Comando Sur del Ejército norteamericano y también de las grandes multinacionales que forman parte de la economía, y la economía legal e ilegal, por eso es imprescindible que los pueblos de Sudamérica presten atención a lo que está pasando por el Paraná”.

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Las terminales portuarias de Rosario han sido gestionadas por empresas privadas desde la década del 80 en adelante. Con los años fueron creándose nuevas terminales y todas pertenecen a empresas, en su mayoría extranjeras.

Según explica la página del gobierno de Santa Fe, “el puerto de Rosario es manejado por el Enapro (Ente Administrador del Puerto Rosario), un Ente creado en 1994, supervisado por el gobierno provincial, que concesiona a compañías privadas”.

Actualmente, la Terminal Puerto Rosario es gestionada por una sociedad entre las empresas Ultramar (de dueños alemanes pero instalada en Chile) y Vicentin (de Argentina), que preside Raúl Moreira, alto ejecutivo de AMI (agencia marítima de Ultramar en Argentina). Con todo lo que eso implica.

Durante los discursos, en los que participaron personalidades como el escritor, periodista y militante por la soberanía del río Paraná, Luciano Orellano, la abogada de derechos humanos y diputada provincial Matilde Bruera, y Carlos Del Frade.

Mientras Bruera denunció que “el proyecto del FMI parte de cobrarse de nuestros recursos”, Orellano rememoró que, en esa misma fecha, 4 de marzo, fue el aniversario de Lucio Norberto Mansilla, exgobernador de Entre Ríos, que fue asesinado en la Vuelta de Obligado, que hoy se conoce como la Batalla de la Soberanía, dirigiendo a las tropas argentinas que enfrentaban a las flotas anglofrancesas.

Es inevitable detenerse a escuchar y compartir las palabras de Del Frade, un hombre que aún amenazado de muerte por el narco rosarino Esteban Alvarado, jefe del clan Alvarado, y señalado por sus fuertes denuncias públicas contra grandes empresas que operan en la hidrovía, sale a la calle y continúa con su discurso y sus denuncias, frente a todo y contra todo.

“Recuperar el puerto de Rosario significa terminar la concesión de Vicentin (…). La empresa Cargill quiere poner una base militar junto a las Fuerzas Armadas argentinas en Punta Alvear donde está la General Motors. Esto está directamente vinculado a que los yankees con el Comando Sur del Ejército estadounidense ya están manejando el plan estratégico para lo que ellos siguen llamando hidrovía”.

También reclamó que el puerto debe ser gestionado por el Estado para que las ganancias sean para la ciudadanía, y que “20 mil millones de dólares que se fueron el año pasado por los puertos nuestros y por producción nuestra”.

Además, hizo referencia al tema de la violencia en la ciudad: “No se coman el discurso de que hemos sido derrotados ¡Mentira! Se trata de recuperar los barrios desde la política, no se coman el verso de traer a los milicos porque eso genera genocidio”.

“En 40 años de democracia si no hay soberanía económica es democracia para unos pocos”, enfatizó.

“Tenemos miedo de que nos maten a nuestras hijas, pero vamos a seguir juntas y juntos por la soberanía y por la argentina”, cerró Del Frade.

Fotos: Antimafia Dos Mil

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