CARLOS DEL FRADE: “...TRANSFORMAR EL MUNDO Y LUCHAR CONTRA TODAS LAS FORMAS DE MAFIA”
- Victoria
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El legislador santafesino argentino tomó de Antimafia Dos Mil la idea de educar a la legalidad
Y presentará un proyecto de ley
Por Jean Georges Almendras-2 de octubre de 2022
Carlos del Frade nos aguarda en un bar de Rosario. Es temprano a la mañana. Su agenda es nutrida, pero las ansias por intercambiar ideas con nosotros sobre el tema de la mafia operando en esa ciudad, lo ha cautivado, sin disimulo, y lo admite, dándonos una muy cálida bienvenida. Me acompañan Ramiro Cardoso, como responsable de la Comisión Antimafia del Movimiento Our Voice y Leandro Gómez, como líder del Movimiento, en Rosario. Nos saludos efusivamente; no lo conocía personalmente, pero sabía de su trayectoria como periodista, escritor e integrante del sistema político en Rosario: es diputado provincial por el Frente Social y Popular (FSP) en la provincia de Santa Fe. Pero es además un referente -por sus investigaciones y por sus palabras directas dichas en público y a los medios de comunicación- en la lucha frontal contra el narcotráfico, particularmente en la ciudad en la que nos encontramos “la Palermo de Argentina” y en la provincia en la que es legislador, porque es su tierra natal, y porque se ha entregado a esa causa, con valentía y convicción; y no hay que olvidar que Carlos del Frade, es hoy, un hombre amenazado por la mafia, y eso lo sabe él perfectamente como la comunidad que lo rodea. Pero sigue adelante, como lo hacemos nosotros. Y lo sentimos cercano, porque hablamos el mismo idioma y sentimos esta causa con igual emoción, e igual sentido de responsabilidad, él como legislador, yo como periodista y los jóvenes de Our Voice, como jóvenes comprometidos con el activismo social y antimafioso. Hablamos corriendo contra reloj, porque nuestras ocupaciones nos superan. Pero el diálogo es fluido y sustancioso; diría yo, prometedor y quizás el inicio de un futuro trabajo conjunto, porque a la criminalidad hay que confrontarla unidos, fuertes, y seguros, y decididos. Hablamos mirando al futuro, y coincidimos notoriamente que hay que trabajar muy fuerte en la educación a la legalidad. Y tanto fue así que del Frade tomo de nuestras palabras la idea de presentar él personalmente un proyecto de Ley, para enseñar en las escuelas y en los liceos, los peligros de la mafia, lo que hace ella en nuestras sociedades y lo que significa, cuando se instala en las instituciones y en los Estados. En definitiva, hablar con Carlos del Frade, constituyó para la Antimafia rosarina y regional, un muy buen paso adelante, en esa lucha que llevamos en diferentes frentes y en diferentes zonas de nuestra América Latina (y de Italia). Tanto él, como nosotros, nos debemos a quienes han entregado sus vidas por esta causa, y al periodismo que, en Rosario, específicamente, habla valerosamente en radios y programas de televisión, nuestro idioma: como los colegas Alejandro Maidana, Walter Vesprini, Daniel Rodrigo, Inés Lepori y otros comunicadores que se suman a una antimafia incondicional y fundamentalmente comprometida. Fue, entonces, una entrevista enriquecedora por excelencia, y frontal. Esperanzadora, porque -lo quiero recalcar- estuvimos acompañados de jóvenes.
-¿Por qué dices que es un exitoso fracaso tu lucha antimafia?
“Porque nosotros creemos que los valores que defendemos son valores eternos, son invictos, pero sabemos perder políticamente. Por eso creemos que los ideales que tenemos son eternos y van a sucedernos a nosotros, porque hay una pibada que necesita transformar el mundo y luchar contra las distintas formas de mafia. Así que me parece que lo que no logramos nunca es ‘hacer carne’ en las mayorías para algún día gobernar nosotros, que creo que es lo que es fundamental para transformar la situación en cualquier lugar en América del Sur, por eso hablo de exitoso fracaso”.
-Doña María, Juan Pueblo, las responsabilidades de gobierno van de la mano de responsabilidades civiles. En su gran porcentaje, la gran masa popular a veces está desinformada, bien o malintencionadamente. ¿De qué forma desde el Parlamento, desde los medios de comunicación, se tiene que trabajar?
“La cuestión de la legislatura provincial en este caso sirve como continuidad de una pelea que hay que hacerla en todos los ámbitos. Para mí es un gran desafío masificar el mensaje. Yo siempre le digo a la pibada que hay que hablarles a los oídos que nunca nos escuchen, que nos miren los ojos que nunca nos ven; es la única manera de producir cambios en el territorio más importante para mí que es la cabeza del pueblo. Para mí es indispensable desde la legislatura y desde los medios de comunicación, hay que socializar la información, la más precisa posible, frente a esta andanada del retorno de los brujos de la irracionalidad; me parece que es fundamental apostar más que nunca a la racionalidad, y hay que tratar de ir a los lugares menos cómodos que podamos para tratar de ir a esos lugares de grandes mayorías; es decir, salir de la comodidad permanentemente. La legislatura es una instancia más, y siempre hemos ido a la legislatura para ampliar lo que hacemos. Lo que sí hemos visto en estos siete años es que desde la legislatura nos dan más bolilla que cuando estábamos en los medios de comunicación, y eso hay que usarlo, especialmente para ir abriendo espacios y que haya gente verdaderamente comprometida”.
-La educación a la legalidad ¿Cómo la interpretas? Enseñar a los jóvenes, educarlos en la legalidad a transmitir y a accionar dentro de parámetros de la legalidad. ¿Qué significa?
“Nosotros tenemos un problema muy serio en la Argentina. Argentina siempre descansó sobre el mito que éramos el faro de Latinoamérica; eso viene de la década del 60. Pero a partir de aquel golpe del 66 que después se profundizó con la noche carnívora del 76, la cosa se fue complicando y en el último censo, no este que se hizo, sino en el año 2010, quedó que el 50% de nuestra población adulta no terminó la escuela secundaria. Somos un pueblo semiignorante, planificadamente semiignorante”.
“La cuestión educativa para nosotros es vital recuperar la palabra. En un idioma maravilloso que tiene 13 mil palabras, usábamos promedio 8 mil palabras; hoy usamos 800. Por eso la primera definición de adicto es ‘sin palabras’. Entonces me parece fundamental recuperar la palabra, los encuentros, el humanismo como base de cualquier conclusión política, rebelde, además. Me parece que la cuestión educativa en los campos formal y no formal, son fundamentales y en esta cuestión de la legalidad frente a la cuestión de la mafiosidad, es imprescindible darle una vuelta política, porque es una lucha política, porque todas esas mafias se componen en lugares institucionales en donde generalmente se ocultan, se tapan, se disimulan. Así que la pelea por una sociedad mejor es la pelea sin dudas contra las mafias y contra las minorías”.
-Entonces Carlos habrá que instaurar programas educativos donde se enseñe el concepto de mafia, las consecuencias de la mafia, lo que significa la mafia hoy en día, Cosa Nostra, Pablo Escobar. Es necesario. Pero no hay programas educativos en este momento.
“No. Pero es valiosísimo lo que me acabas de decir, me das una muy buena idea, de tratar de hacer un proyecto… después me lo van a rechazar, pero lo más lindo es presentarlo… Hacer un proyecto en donde aparezcan en los planes educativos esto que vos decís. La verdad que es buenísimo, así que lo tomo y lo vamos a presentar”.
-Error que se incurre con el tema derechos humanos, que sigue siendo el oscurantismo y el negacionismo la bandera.
“Pero fíjate ahí la contradicción y que tiene que ver con las vueltas que le da la institucionalidad del sistema -que es un sistema mafioso-. La institucionalidad del sistema dice que los derechos humanos son transversales. Todos nos pusimos contentos con esa idea, porque lo transversal significa que, en cualquier momento del desarrollo educativo de una piba, de un pibe, se puede dar derecho humano. Pero eso significa, al ser transversal, que bien si se puede dar en cualquier momento, no se da en ningún momento fijo, con lo cual no se da, no se enseña. Entonces me parece que es indispensable pensar nosotros en ese ejemplo que tenemos en la cuestión de la currícula educativa en la provincia de Santa Fe para no repetir ese error; pero tomarlo como una posibilidad poner en los planes de estudio esta cuestión de la historia de las mafias porque la verdad que sería muy importante. Lo tomo y lo vamos a hacer”.
-Un periodista argentino me comentaba el año pasado, hablando de Rosario, que en Rosario prácticamente es imposible combatir la mafia porque el sistema de seguridad, la policía de Santa Fe, literalmente estaba totalmente coptada por la criminalidad. ¿Es así?
“Sí. Lo que creo es que nosotros tenemos un problema estructural con el tema de la provincia de Santa Fe; desde el 76 hasta acá las cajas negras policiales han generado sociedades anónimas dentro de la policía, y en una institución armada de 21 mil integrantes en toda la provincia de Santa Fe. Ese es un problema, porque cada grupo armado se autoasume como posibilidad de manejar todos los negocios ilegales que acumulan dinero en esas cajas negras”.
-Entes autónomos…
“Totalmente. Lo cual termina siendo una ventaja, porque a diferencia de Buenos Aires y de Córdoba, que son las otras dos grandes provincias argentinas, acá está todo atomizado, con lo cual daría la sensación que podría combatir esa corrupción, esa mafiosidad, de una manera más directa, pero… un gran fracaso. Lo cierto es que si vos tenés un 20% de policía corrupta, por ser lo mínimo y lo más riguroso posible…".
-Benévolamente hablando…
"Si, lo que nosotros decimos, es que con ese 20% te hace un desastre porque es la quinta parte de la policía que en lugar de cuidar a la gente cuida a los negocios que se hacen con la gente. Entones liberan zonas en los barrios, y se generan los desastres y las disputas, que para colmo la dimensión del drama que tenemos es que hoy tenemos en Rosario más de 210 asesinatos en lo que va del año, y eso es el microtráfico. Son las sobras de los cargamentos que salen de América Latina para Asia, para Europa”.
“Quedó demostrado en los últimos tres procedimientos que hizo la DEA a través de la policía federal, que es tan o más corrupta que la policía de la provincia de Santa Fe, y en donde salieron en menos de un mes tres toneladas de cocaína. De eso, para Rosario, para el mercado interno, iban a quedar con suerte 50 kilos. Eso, que es insignificante, genera 210 asesinatos en lo que va del año. Es un drama, porque el microtráfico es el drama sangriento que se vive en los barrios de Rosario”.
-Para la mafia italiana hoy en 2022, apelar a la violencia es un último recurso, no le interesa. Se terminaron los conflictos entre mafiosos de los 80, 90, después de la tratativa Estado-mafia para ultimar a Falcone y Borsellino, una negociación del Estado italiano con la mafia. Hoy por hoy no existe ese drama que se vive en Rosario, en Palermo no existe, porque la mafia es más recatada. Dice, ‘de nada me vale eliminar gurises ni soldados, o mis camellos, porque no tengo necesidad de traerme toda la fuerza pública encima’, porque se manejan de otra manera. El microtráfico genera este circo de bestialidades donde perros que están en las calles se pelean por las sobras, metafóricamente. Significa que es una mafia y un sistema a la sudamericana. No olvidemos los orígenes de la mafia italiana que mantienen dentro de su “malignidad” criterios y códigos de honor. Porque la mafia es una cultura de vida, son rituales, una forma de vida. Conociendo este contrapunto de la realidad sudamericana y la italiana, ¿qué lectura haces de cómo eliminarla? ¿Eliminando a ‘Los monos’ se la puede eliminar acá?
“No, porque ‘Los Monos’, es en todo caso una máscara que adquiere el negocio. Nosotros estamos convencidos de que estos son negocios de arriba hacia abajo, y de adentro del Estado hacia afuera. Por eso nosotros lo definimos con un negocio paraestatal multinacional, porque el 24 de abril de 1978 llega el primer cargamento de 200 kilos de cocaína a Rosario, a la zona franca de Bolivia. Ese es un acuerdo entre la dictadura de Videla, máxima representación del Estado en aquel momento -Estado asesino, mafioso, pero la representación del Estado-, y la dictadura de Banzer en Bolivia, lo mismo, con lo cual, es un negocio paraestatal porque es ilegal, dentro del Estado, y empieza a generarse a partir de ese momento la ruta del río Paraná; 44 años tenemos de ruta de cocaína, de la exportación de cocaína de América Latina a distintos lugares del mundo, con lo cual van cambiando los nombres pero la ruta sigue siendo la misma, el negocio sigue siendo lo mismo, con lo cual si mataras hasta el último 'Mono' va a venir otro, y otro".
“Vos lees siempre que hoy se están haciendo ajustes de cuentas desde la cárcel, de chicos, de pandillas; son pandillas. Estamos lejos de la dimensión de los carteles colombianos, mexicanos, brasileños. No tenemos nada que ver, son pandillas, que sí cuentan con la complicidad de policías, de servicios penitenciarios. Entonces a determinada gente la mandan a matar desde adentro de la cárcel. Pero no son ni siquiera los Monos, son pandillas, ni siquiera barriales; manejan cuadras, 200 metros, 300 metros; ese es el tamaño del drama”.
“Después está lo otro, esto es importante: si el capitalismo hace del narcotráfico su cuarta vía de alimentación, está la otra, el contrabando de armas. Esos pibes se sienten poderosos porque en esos 200 metros, en esas dos cuadras que manejan tienen armas. Ese es el otro que va simultáneo, paralelo, y últimamente durante muchos años se mantuvo oculto. Tuvimos que batallar muchísimo, año y año manejando la idea de que hay que ir sobre las armas; para que recién ahora los partidos políticos tradicionales hablen sobre la cuestión de las armas”.
-En paralelo a este panorama, debe haber otro panorama mucho más estremecedor que está dentro del sistema político, contaminado. ¿Cómo lo ves?
"En primer lugar, a mí no me permiten entrar en la Comisión de Seguridad de la Cámara de Diputados. Y ya después cuando de última te ofrecen eso porque vieron la amenaza de muerte, todas esas cosas, te dicen ‘bueno, ahora vamos a extender la cantidad, vení’. Y dije que no. Lo que yo veo es que hay gente buena, que estoy convencido que no son corruptos, pero no rompen con los esquemas de los grandes partidos políticos que saben que la gran cuestión pasa por el financiamiento de la política, y el financiamiento de la política supone no mirar de dónde viene el dinero; por ejemplo, para lo que ya empieza a desatarse que es la campaña 2023. Eso genera que no se traten los temas en profundidad, y se genera algo para mí peor, horrible, que es que los muertos de hoy sirven para ganar elecciones mañana a la oposición de hoy. Eso es tremendo, para mí me parece lo más perverso de la cultura política. Porque aún de la gente que no es corrupta, estoy convencido, aprovecha para decir ‘che, 115 muertos en lo que va del año, son un desastre… nosotros somos mejores’, y la cuestión de la seguridad va a ser clave en las elecciones que vienen”.
-De corazón y como legislador ¿Qué lectura haces de los movimientos juveniles que tienen una conciencia antimafiosa, como es el caso de Our Voice?
“¿Si creo en ellos? Sí. Yo siempre se los digo cuando los veo aparecer, para mí son una página de algo que yo digo que es la historia política de la esperanza. Si hay esperanza nueva para mí está en el movimiento de la multisectorial de los humedales, vos viste esa fenomenal movilización que tuvo lugar el sábado, en los muchachos estos -a mí me encanta cuando veo los carteles que despliegan en las movilizaciones-, y después en parte del movimiento feminista. Yo creo que hay tres esperanzas que están por afuera de los grandes partidos, y que vuelve a recuperar el protagonismo político de la juventud, y eso me parece maravilloso. Ellos forman parte de eso”.
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*Foto de portada: Antimafia Dos Mil