En la justicia quedó demostrado que los agentes orgánicos de la Agencia Federal de Inteligencia (AFI) siguieron, fotografiaron, filmaron y realizaron tareas de recopilación de información y análisis (las tareas típicas de un servicio de espías), sobre los familiares de las víctimas del submarino ARA San Juan, el cual se hundió en noviembre del 2012, llevándose la vida de sus 44 tripulantes, un hecho que aún no ha sido esclarecido. A pesar de esto, los jueces Pablo Bertuzzi, Mariano Llorens y Leopoldo Bruglia, dictaminaron que estas acciones no constituyen un delito de espionaje ilegal, sino que son tareas que están vinculadas directamente a la seguridad presidencial “por esa razón se encuentran justificadas”, se lee en el fallo. Nuevamente la injusticia argentina, cae en la lógica de que un grupo de familiares reclamando por la verdad sobre la muerte de los suyos, son de alguna manera enemigos del Estado y un riesgo para la seguridad nacional. De esto, a volver a hostigar “la ronda de los jueves” de las Madres de Plaza de Mayo, hay un solo paso.

Ya en diciembre del año pasado, este mismo tribunal –que fue puesto en su puesto durante la gestión de Macri-, había revocado el procesamiento de la cúpula de la AFI Gustavo Arribas y al exdirector administrativo de Asuntos Jurídicos de la AFI, Juan Sebastián de Stefano y del exdirector del Servicio Penitenciario Federal, Emiliano Blanco, y algunos de los agentes involucrados en las tareas de inteligencia dentro de las operaciones que se conocieron como ‘Súper Mario Bros’, y que estaban destinados al espionaje dentro del sistema penitenciario sobre todo de los opositores políticos y empresariales que sufrían las prisiones preventivas. Tareas de espionaje destinadas a la extorsión. Los camaristas resolvieron en aquel caso, que el espionaje había existido pero que los agentes orgánicos de la AFI, habían actuado por cuenta propia, separando y blindando de las acusaciones a las cúpulas, y por ende al propio Macri.

“Antes los espías eran cuentapropistas, ahora los familiares son una amenaza a la seguridad nacional y presidencial”, dijo la abogada querellante Valeria Carreras, que agregó: “A pesar de haberlo vivido en carne propia, a pesar de las pruebas aportadas por la propia AFI, a pesar de ser un secreto a voces el espionaje ilegal del que fuimos víctimas, la justicia de Comodoro Py dio por tierra con todo eso”.

“Ganó la verdad. La verdad aún puede ganar en la Argentina. No perdamos la fe. Cada vez falta menos para que la Argentina cambie para siempre”, escribió el expresidente y multiprocesado Mauricio Macri, en las redes sociales, ante la noticia judicial que lo favoreció en la causa del ARA San Juan. Un nuevo comentario irónico del expresidente que continúa de gira por el mundo, dando charlas, cursos y cátedras formando profesionales a imagen y semejanza de su ética. Una ética arraigada profundamente a su historia genealógica, a sus orígenes calabreses y a la cultura mafiosa, ‘ndranghetista, que la atraviesa.

“A Macri lo salvan los amigos”, dijo el abogado Luis Tagliapietra, padre de uno de los submarinistas. Y agrego en dialogo con Página/12, esta resolución está “infundada y desajustada a la prueba y al derecho y solo se puede justificar por un evidente amiguismo de los jueces involucrados para con el expresidente y su círculo”.

Argentina atraviesa una situación social, nuevamente compleja y acomplejada, el gobierno de turno parecería navegar a la deriva bajo la capitanía de ‘Beto’, como sus seguidores llaman al ya no tibio Alberto Fernández. En medio de este contexto, la oposición macrista (si tal cosa realmente existe), se encamina a una nueva campaña presidencial, intentando crear candidatos donde no los hay. Mientras su líder, Macri, sobrevuela el territorio desperdigando su sombra como lo hizo alguna vez el Cóndor.

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Foto de portada: telam.com.ar