Exquisito, militante y comprometido arte, por una “Rosario sin narcopolítica”

Por Alejandro Diaz, enviado especial a Rosario-15 de julio de 2022

La plaza Pringles, históricamente fue una plaza fina, delicada y estética, con sus fuentes y sus esculturas, con sus arbustos podados y sus bancos de hierro. Una plaza que respira cultura. Una estrecha callejuela la separa de la Biblioteca Nacional, donde el conocimiento de la ciudad reposa, impermanente al ruido y al aturdimiento. Por otro lado, una transitada calle Paraguay, símbolo de una ciudad y un capitalismo que nunca para, separa a la plaza del edificio de la Bolsa de Comercio, que, a diferencia de la Biblioteca, se vuelca sobre la calle, sobre el pueblo, con su no tan nobiliaria nobleza. En este pequeño oasis de la city rosarina, el arte y la militancia tuvieron una cita, haciendo honor a la placa, que, aunque un poco escondida, recuerda al fotoperiodista asesinado por el crimen organizado, José Luis Cabezas. Coloridos carteles, con vibrantes protestas adornaron los árboles, y la pasarela central que desembocaba en un pequeño escenario: “un burrito de Troya”, como dijo el director al pasar.

Our Voice, dijo presente como organizador en Rosario, y eligió una temática, un momento y un lugar central y determinante. Our Voice eligió, con su arte, intervenir e interpelar al sistema de la narcoplítica. Un sistema profundamente arraigado al tejido social, consolidado desde arriba hacia abajo. Desde aquellos despachos, donde los cuellos blancos cocinan sus venenosos negocios, bajando hacia la podredumbre de un partido único, que finge desde los balcones de la hipocresía interés y soluciones. Al nivel del suelo quedan los bastoneros, aquellos que abollan ideologías y que arruinan infancias. Infancias que transitan hacia la adolescencia en total desamparo y desprotección. Constantemente humillados, constantemente vejados, son empujados a una adultez prematura, que les exige con puño de hierro ser responsables de sus actos. Un sistema sádico.

Desde temprano las nubes anunciaban una lluvia que horas después se replegó, dejando una tarde clara, limpia, a la par de los conceptos que los jóvenes del Movimiento Cultural Interseccional Our Voice, desplegaron durante la jornada de este viernes, en la plaza Pringles, frente a la Bolsa de Comercio, en pleno centro de la ciudad. Una Rosario, que harta de la violencia, fue llamada a autoconvocarse para gritar, por una “Rosario sin narcopolítica”.

Las sombras desfilan sobre el escenario, y envueltos en la melodía de Abdelazer – Rondeu, casi grácilmente invitan a los presentes al silencio, mientras recorren el espacio. Una joven, atemorizada, perseguida, estigmatizada, fugada y jugada, entra en escena, y determinada le arranca parte de la sotana al sacrosanto silencio, y deja en claro que “no podrán callarnos”. Con furia arroja la tela de cara al público: “Miren, vean”, dice con sus ojos. Las sombras no toleran tal irreverencia, y salen a hacer su trabajo, una gatilla y la otra oculta. Aquí, no ha pasado nada. Y como los miles de vidas, la música se extingue con su retirada.

Un joven manifestante sube a escena: “La última dictadura cívico-militar secuestró, torturó y asesinó a 30.400 militantes, obreros y obreras, jóvenes y hasta personas al azar solo para infundir terror. Pero no se detuvo en eso, también instaló un negocio muy lucrativo a lo largo y ancho del río, un negocio en paralelo al Estado, el narcotráfico”. Estas fueron las primeras palabras, de aquel joven que se asomó al escenario, acompañado de otro un, silente músico, que rasgaba sobre el instrumento cada punto, cada coma, cada puño y cada trova.

“Un 24 de abril del año 78 en pleno proceso, en el año del Mundial, mientras algunos esperaban la llegada de los jugadores, el almirante Massera y sus amigos, esperaban la primer gran carga de cocaína. Desde aquel entonces, en las orillas de nuestro hermoso río, jamás dejaron de circular armas y drogas entre tantas otras cosas”.

“Después de tantos años de democracia yo me pregunto ¿El río, la ciudad, en definitiva, la soberanía, a quien le pertenece? Lo único cierto es que mientras el puerto estatal se fue disolviendo, las multinacionales privadas: Vicentín, Dreyfus, Cargill, Viterra y Syngenta entre muchas otras, se fueron enriqueciendo mientras que, en el Estado, y en la provincia, el hambre, la desigualdad y la inseguridad no paran de crecer. Hoy más fuerte que nunca, ellos deciden con total impunidad por nosotros. Más de 40 años después nuestra justicia y quienes han estado en el poder”, el joven es interrumpido, por una elegante y ejecutiva productora del marketing, que los “invita” a retirarse. Los jóvenes, a los empujones, y con cierta molestia y ofuscación, abandonan la escena.

Como un burrito de Troya 2

Los innobles nobles, salen a escena. Una melodía de fiesta, de aquellas fiestas que se adornan con globitos y gafas obscuras anima el momento. Casi payasescos, los dos personajes, enfundados en ropas clásicas, de los años fundacionales de las Repúblicas del Río de La Plata, se ayudan, se apoyan uno en el otro para subir al escenario.

“Vecinas y vecinos nosotros somos una ciudad de gente buena, de vecinos alegres que llenamos las calles de nuestros niños, del que labura. Sabemos que en esta ciudad hay malos, son pocos, con su mugre buscan que tengamos miedo, para eso hay que tener valentía. Por eso queridas y queridos ciudadanos les pido un minuto de su tiempo en este glorioso día para contarles lo que estoy haciendo, vamos a llenar la ciudad de gendarmes, se van a quedar a vivir en rosario, para que la cuiden mejor de lo que lo podemos hacer nosotros”. Los personajes, miembros de un sistema político judicial, dejan correr un discurso que recuerda los refranes tantas veces dichos por los políticos de esta ciudad y de la provincia.

“También vamos a acelerar la urbanización en los barrios pobres. Yo no conozco la realidad de los barrios, pero sé que está complicado vivir ahí. Ahora, conmigo aquí presente, tengo a la corte suprema de justicia, estamos accionando contra los responsables. Ustedes me pidieron que defienda Rosario y lo estoy haciendo”, dijo señalando a los presentes, que animados, sonreían y aplaudían una sátira que nada tiene de comedia.

Como un burrito de Troya 3

Desde el público, un redoblante al ritmo del corazón de una juventud eterna quiebra la atención de todas las cabezas. Firme, el silente músico, avanza abriéndose paso entre generaciones y generaciones, para reclamar su lugar en la historia. El manifestante, recupera el protagonismo de la escena, toma nuevamente el micrófono y a los cuatro vientos grita: “Más de cuarenta años después, la Argentina tiene muchas cicatrices que sangran por los desaparecidos, por las miles de leyes todavía vigentes desde la dictadura. También esas cicatrices siguen sangrando por la violencia que asesina a nuestros jóvenes en los barrios, a manos del negocio paraestatal del narcotráfico, por la narcopolicía, por la Corte Suprema que hizo un circo en la Facultad de Derecho, el pasado 12 de mayo y perdonó a los directivos corruptos que pagan fianzas y evaden la ley”, una denuncia que ya nada tiene de ficción, y que se adentra de lleno a la realidad de una Rosario sangrienta, de una Rosario violentada, de una Rosario cansada de entregar al martirio a sus hijos.

“Por todo esto decimos basta a la narcopolítica que cuida los intereses de los poderosos, por eso hoy decimos arte y militancia por una Rosario sin mafia”.

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*Foto de portada y restantes: Daniel Salas / Our Voice