El pasado domingo, las fuerzas antidrogas del Paraguay realizaron un importante operativo, bajo el nombre Navis, donde se logró incautar aproximadamente una tonelada de cocaína de máxima pureza, pronta a ser trasportada por la hidrovía con rumbo a Europa. 

Entre los detenidos figura el ucraniano Víktor Melnyk, quien sería el contacto con los compradores de la droga en Europa. Junto al europeo fueron detenidos Críspulo Monzón Acosta, Luis Alberto Ávalos Meza y Fernando Enrique Riki Balbuena Acuña. Riki, quien sería el líder de la banda en Paraguay, es hijo extramatrimonial del exsenador Elvis Balbuena. 

Víktor, se había hecho famoso en la Argentina, en setiembre de 2020, cuando en plena pandemia, ingresó de manera ilegal al país, proveniente desde Paraguay. En aquella ocasión efectivos de la policía de la provincia de Entre Ríos, lo encontraron al ucraniano, de gran porte físico, escondido en el pequeño baúl de un automóvil propiedad de un empresario santafesino, Juan José Clucellas, dueño de una armería. Es importante destacar que el vehículo estaba registrado a nombre de un tercero, Raúl Sopérez. En aquel entonces, el sistema judicial no encontró antecedentes o requerimientos de la justicia internacional, y aceptó la romántica versión contada por el inmigrante, el cual alegó estar viajando de esa manera, desesperado ante el inminente nacimiento de su hija en Rosario. La historia, aunque increíble, era cierta.

Como cierto es el tóxico y voluminoso cargamento de cocaína que estaba movilizando el ucraniano. Víktor cuando fue detenido en Argentina, no tenía ni pasaporte, ni cédula de identidad; tan solo contaba con un permiso de residencia en Málaga, España, un carnet de conducir y una credencial de afiliación a los Reales Tercios de España, un grupo paramilitar vinculado a la defensa de los valores de la monarquía.

Este importante cargamento, cotizado en 60 millones de dólares, se suma a las casi 27 toneladas que fueron incautadas en el último tiempo en los puertos de Bélgica y Alemania. Las autoridades paraguayas consideran que, durante la pandemia, el país se consolidó como un espacio de acopio de la droga, a espera siempre de bajar por los afluentes de los ríos Paraguay y Paraná, rumbo al viejo continente.

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*Foto de portada: abc.com.py