Paraguay se despierta y le echa en cara al gobierno, su corrupción y su deshonestidad, a gritos

Por Jean Georges Almendras-6 de marzo de 2021

Con toda la fuerza imaginable, propia de una ciudadanía harta de una corrupción descarada en el seno del gobierno, en las calles de Asunción, capital del Paraguay, se movilizaron paraguayos y paraguayas. Una sola consigna. Una sola expresión de resistencia. Jóvenes, en su mayoría. Gentes de diferentes zonas. Gentes de vidas diferentes. De penurias diferentes. Con el reclamo generalizado: ¡Que se vayan todos! ¡Y no quede uno solo!

Dos consignas en una que resumen todo, desde las entrañas mismas de una sociedad descarnadamente flagelada por el poder desviado, que no hace otra cosa que pisotear derechos y libertades, y vidas humanas. Cada día. Cada minuto. Sin la más mínima consideración. Sin la más mínima sensibilidad institucional. Sin la más mínima conciencia democrática. Sencillamente, porque el sistema político (el aparato del Estado) se convirtió en un salteador de caminos. En un arrebatador de esperanzas.

Y el pueblo, unido espontáneamente (aunque quizás convocado por organizaciones sociales y de trabajadores combativos) se lanzó a las calles. A gritar sus reclamos. Protagonizando la lucha social en términos pacíficos, confrontando con banderas, al poder gubernamental. Porque el pueblo está harto. Porque el pueblo, al parecer, salió del letargo.

¿Salió del letargo? ¿Salió de la parsimonia? ¿Salió de la indiferencia? Tal parece que sí.

Una pancarta se levanta entre la multitud: ”No más, presidentes corruptos”.

Que se vayan todos y no quede uno solo 2

La carta de presentación, en los años de la democracia ha sido y sigue siendo la corrupción. Desde Stroesner, hasta Mario Abdo Benítez (“salvando algunas muy contadas excepciones”). Una veintena de periodistas y campesinos muertos, apretados por los tentáculos del narco-estado, del crimen organizado. Un país desangrado, por las mafias y los desalmados sentados en el Congreso y en el Palacio presidencial.

En las calles se sienten las respuestas a tanto vandalismo. Y quizás no sean miles. Quizás. Quizás.

Pero, quizás mañana serán miles. Y será necesario que sean miles. Porque es tiempo de poner los puntos sobre las íes.

Porque ya es tiempo de que no quede ni uno. Ni uno de los corruptos.

Que se vayan todos y no quede uno solo 3

Es tiempo de decir las cosas por su nombre: el pueblo paraguayo está hasta el hartazgo de gobernantes corruptos, aprovechadores, y asesinos. Está hasta el hartazgo de funcionarios públicos que no piensan en el colectivo, porque piensan en sí mismos.

Quizás no fueron miles. Quizás. Quizás.

Pero quizás mañana, sí lo sean.

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*Fotos de Antimafia Dos Mil