Trata de personas, un negocio en aumento

Por Andrés Volpe-23 de febrero de 2021

Horas antes de que fuera demasiado tarde, Milagros Cáceres, de 14 años, pudo ser una víctima más, de los cientos de chicas que desaparecen anualmente de la Argentina y no vuelven a ser vistas, fruto de alguna de las redes de trata de personas que operan en América Latina. Y en Argentina, puntualmente y lamentablemente, en el pasado, no ha sido reducido el número de casos de trata de personas, siendo uno de los más mediáticos -entre otros- el caso de Marita Verón, una joven de 23 años desaparecida el 3 de abril del 2002, hasta nuestros días, en la provincia de Tucumán.

La adolescente faltaba hacía una semana de su casa en Mar del Plata. La policía interceptó un ómnibus en un parador de la localidad de Ceres (norte de la provincia de Santa Fe a unos 1000 km de su casa) camino a Bolivia junto a un hombre que la contactó por Facebook.

Alejandra Cejas y José Alberto Cáceres, madre y padre de Milagros respectìvamente, notaron el lunes 8 que su hija no había regresado a su domicilio. Pasaron los días y los llamados a su teléfono fueron infructuosos. A pesar de radicarse la denuncia en la comisaría 12° de esa ciudad no hubo noticias de ella por una semana.

Según su madre, se comunicó por teléfono el sábado 13 y se la notó "extraña", le dijo que no sabía dónde estaba, pero que estaba segura de que no era Mar del Plata. La madre en ese momento se dio cuenta de que alguien la había obligado a cortar la comunicación de manera abrupta.

La casi desaparición de Milagros Caceres 2

Milagros llevaba una semana desaparecida, para su familia. Para muchos fue un móvil típico de trata de personas que no llegó a su término.

El caso, inmediatamente, cobró dimensión social con el Movimiento Teresa Rodríguez que organizó una movilización hacia la Dirección Departamental de Investigaciones de la Policía Bonaerense, para exigir la aparición de Milagros Cáceres. "Responsabilizamos al Estado de que su búsqueda sea exitosa y que de ninguna manera sea un nuevo caso, ni de trata de personas ni de femicidio", dispararon sus referentes. La marcha se realizó ese mismo lunes y para ese momento ya había novedades, solo que a 1000 km de ahí en el límite con Santiago del Estero.

El rescate de la adolescente se organizó en un par de horas, demostrando que cuando se quiere, se puede. La división Secuestros Extorsivos de la DDI Mar del Plata había detectado que Milagros había sido contactada a través de Facebook por un hombre, y por la información recabada sobre el chat entre ambos, la investigación apuntó hacia esa persona. Así dieron con un joven de 25 años de nacionalidad boliviana que había sacado un pasaje de ómnibus de la empresa la Veloz del Norte a su nombre y otro a nombre de Milagros con destino a la ciudad salteña de Salvador Mazza, localidad argentina que limita con Bolivia.

Al rastrear el teléfono móvil de Milagros, resultó que su señal apuntaba el domingo a medianoche en una antena situada en la ciudad santafesina de Ceres.

El fiscal bonaerense Juan Pablo Lodola activó el procedimiento policial para interceptar al colectivo y rescatar a la menor. Una comisión de la Agencia de Investigación Criminal y patrullas policiales de Ceres acudieron en la medianoche del domingo al parador Posta 34. El de la empresa ya estaba estacionado en la dársena. Los policías avisaron al chofer, quien les dio la lista de pasajeros y en ella estaban los nombres que buscaban. La policía identificó al culpable como Simón Aspetty Fernández.

Según un informe de la ONU presentado este martes, el número de niños y niñas víctimas de trata se ha triplicado en los últimos 15 años, y el porcentaje de niños se ha multiplicado por cinco.En 2018, 148 países detectaron alrededor de 50.000 víctimas de las redes de trata de personas (mucho más si pensamos en la naturaleza del delito).

El informe además expresa, que a nivel mundial la mayoría de las personas procesadas y condenadas por este delito siguen siendo hombres, con alrededor del 64 y el 62% respectivamente. Hoy una mujer o una niña pueden ser ofrecidas en el mercado por un precio que puede oscilar entre decenas de dólares estadounidenses y decenas de miles de euros.

La investigación señala además que los traficantes han integrado la tecnología en su modelo de negocio en cada etapa del proceso, desde el reclutamiento hasta la explotación de víctimas. Comienza con su captación a través de redes sociales, donde son un blanco fácil. Por otro lado, internet permite a los traficantes montar un “show” en vivo donde consumidores de todo el mundo pueden observar el abuso de sus víctimas.

Con respecto a las rutas de este flagelo, se pudieron descubrir 534 flujos de trata diferentes en todo el mundo, nucleados en 148 países. En América Latina se han detectado rutas de América del Sur a América Central, de América Central a América del Norte y del Caribe a América del Sur. También han encontrado casos de víctimas llevadas desde Surdamérica al Este de Asia, Europa, el Norte de África y Oriente Medio.

Por demás queda demostrado que dicho flagelo dista de erradicarse, es más, la Unión Europea anunció ya en el 2014 que el dinero proveniente de la prostitución se contabiliza para calcular el PBI de sus 28 países integrantes. La policía española difundió ese mismo año una investigación donde afirma que el 90% de la prostitución proviene de la red de tratas. Hasta acá poco se habla del corazón del problema, de los consumidores, de los hombres, de aquellos animales insaciables sin corazón que no reconocen límites, o simples cobardes integrantes de la sociedad manteniéndose al margen de la situación. En palabras del periodista Lalo Mir, “Las madres del dolor; Las madres del paco; Ni una menos; las Madres de Plaza de Mayo; antes, las Abuelas; Trimarco, madre de Marita Verón; la madre de Soledad Morales… Madres, siempre mujeres. ¿Dónde estamos los padres los hombres? ¿Qué nos pasa? No tengo respuesta, tengo preguntas: ¿Qué sentimos? ¿Qué podemos hacer? ¿Cómo nos podemos involucrar? ¿En qué lugar nos paramos cuando nos tocan a una mujer querida? ¿También nos hacemos los boludos? Si no damos ese paso los varones, el asunto no tiene ni tendrá solución porque no somos parte del problema, somos el problema. Los invito a formar parte de esta avanzada que solo lucha por un poco más de amor y de humanidad. Siempre es posible. Lástima tanto dolor y necedad. A seguir participando. ¿No?”.

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*Foto de portada: www.anred.com

*Foto 2: www.pagina12.com