Nueva visita por Argentina, desinformación y colonialismo

Transparencia es algo que no puede negársele a la Generala de cuatro estrellas del Comando Sur de los Estados Unidos, Laura Richardson, quien desde hace varios meses desfila por los territorios de Latinoamérica, luciendo orgullosamente su uniforme, su bandera y su aire de superioridad en el marco de un inminente conflicto nuclear entre las potencias militares del planeta, de las cuales todos somos rehenes.

Abiertamente, durante sus intervenciones, la Generala se refiere a un continente entero como el “patio trasero” de su país; una consigna que viene a afirmar, en estos tiempos de guerra, el paternalismo históricamente violento de los Estados Unidos. Abiertamente, Richardson remarcó durante sus giras los intereses colonialistas sobre los recursos naturales estratégicos del Cono Sur, destacándose el triángulo de litio (en territorios de Argentina, Bolivia y Chile), el petróleo venezolano y las reservas de crudo recientemente descubiertas en las costas de la Guyana. Sin perder de vista las reservas de agua dulce. Otro de los recursos estratégicos en disputo es el gas de Vaca Muerta, que por algún extraño motivo suele no ser nombrado en ningún lado. Pero esta nueva gira colonialista, explícitamente violenta –no puede entenderse de otra manera, puesto que el diplomático de turno es general de un ejército genocida-, se da ante el incremento de la presencia de las potencias de oriente, particularmente Rusia y China en los proyectos de desarrollo técnico, industrial y comercial de la región. Una situación que se acompleja con la cada vez más tangible existencia del BRICS, que empuja al gigante sudamericano muy lejos de los EEUU. Incluso en estos días el flamante presidente brasileño, Ignazio Lula Da Silva recibió al ministro de Relaciones Exteriores de Rusia, Serguéi Lavrov.

Con este escenario, la reconsolidación de las relaciones carnales –como las supo definir en algún momento el canciller Rafael Bielsa, a la diplomacia entre Buenos Aires y Washington-, se vuelven más necesarias que nunca. Días atrás, el presidente Alberto Fernández –quizás en uno de sus últimos gestos políticos, dado que estos días aclaró que no buscaría la reelección-, visitó el imperio del Norte, y le rindió pleitesía al presidente Joe Biden, quien apoyó al mandatario argentino en las negociaciones, por no decir sometimiento, con el FMI.

En esta ocasión Richardson se reunió con el ministro de Defensa Jorge Taiana, quien apuntó desde su cuenta de Twitter: “Hoy con la Generala Laura Richardson, jefa del Comando Sur, dialogamos sobre varios temas en materia de Defensa. Los acuerdos bilaterales vigentes, la jerarquización de las FFAA, el equipamiento militar y la prioridad estratégica que la Argentina le asigna al Atlántico Sur”. Por su parte desde la Embajada estadounidense informaron que “Argentina es un contribuyente clave para la seguridad regional y el mantenimiento de la paz mundial”. Una afirmación que contrasta con las acciones militares desplegadas en todo el globo.

Desinformación

Con este marco contextual, estos días desde las páginas de Clarín se volvió a publicar una información catalogada como mentirosa por una de las partes involucradas. “Preocupada por China, la jefa del Comando Sur de EE.UU. llegó a la Argentina, pero rechazó una reunión con Cristina Kirchner”, tituló el lunes pasado “el gran diario argentino”. Una afirmación que fue rápidamente desmentida por la propia vicepresidenta, que aclaró “CLARÍN MIENTE”. Además, agregó, “Hace casi un año, el 26 de abril del 2022, recibí en mi despacho del Senado de la Nación a la Generala Laura Richardson y al Embajador de EE.UU., Marc Stanley, por pedido de este último. Este año, ni nosotros hemos solicitado una reunión con la Generala Richardson, ni la Embajada lo ha hecho con nosotros”.

Mientras tanto -de camino a las elecciones presidenciales, y sumida en el sometimiento económico-, Argentina sigue sin tomar una posición clara y definida ante el avance de la guerra y la inevitable amenaza nuclear.

Foto: RED MSU Denver