Ayer la calma de un tórrido domingo de verano fue rota por una excepcional nota de tapa de Página/12 (1) -completada con (2) (3)- Hoy, fueron dos las noticias-bomba. Una, la exhaustiva publicada por el Diario Hoy de La Plata (4)  (tal cual lo adelantado anoche por Julián Guarino en la apertura de Caníbales), y la otra una imperdible nota de Carlos Pagni (5) que de espionaje sabe un montón.

Les advierto que, si leen las tres notas, luego posiblemente no puedan conciliar el sueño. Y es que queda clarísimo que Mauricio Macri es un auténtico capomafia (como adelantó hace mucho Jorge Beinstein y confirmó luego Rocco Carbone) que reconvirtió a vastas áreas del estado nacional y del bonaerense (con la insoslayable complicidad de la gobernadora Vidal) como por ejemplo y entre otras, la AFI y la AFIP, la justicia federal, la Corte Suprema, la Policía Metropolitana (luego, de la Ciudad) la Gendarmería y hasta el Club Atlético Boca Juniors, en gavillas interconectadas para llevar a cabo sus propósitos (y los del capital financiero internacional) al margen y en abierta violación a las leyes y la Constitución.

Son delitos tan flagrantes como el megapréstamo que obtuvo del FMI gracias a Trump, no solo como suele decirse para garantizar su frustrada reelección, sino, sobre todo, para dejar a la nación de rodillas y uncida al carro del poder financiero global, representado por Black Rock y otros grandes fondos de inversión.

Razones de la omertá

Parece más que obvio que si Vidal, Santilli y Horacio Rodríguez Larreta (entre otros espiados por Macri) mantienen la boca chiusa es porqué están empapelados y encarpetados por el capo di tutti capi, que ya les advirtió lo que les pasará si se atreven “a sacar los pies del plato”.

Si Macri y sus cómplices permanecen impunes, la república habrá muerto, y con ella la posibilidad de que la Argentina se desarrolle en base a un modelo que incluya a todos sus habitantes.

Si Macri y sus cómplices permanecen impunes, la democracia habrá muerto y la nación argentina no tendrá destino.

No es grandilocuencia, es tan verdadero e ineluctable como en la película No miren para arriba, la presencia del cometa que se precipita sobre el planeta.

El 1º de febrero todos a Plaza Lavalle.

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(1) Paso a paso, como hicieron los espías para grabar la reunión de la “Gestapo” macrista (Página/12, de Raúl Kollmann)

(2) Policías de la ciudad plantaron cámaras y micrófonos en las celdas con 105 mil archivos de audio (Página/12, de Raúl Kollmann)

(3) La increíble historia del espionaje en la cárcel de Ezeiza (Página/12, de Raúl Kollmann)

(4) La persecución a los gremios y la detención de Marcedo Baldo (Diario Hoy)

(5) Los incómodos reflujos que emergen de los sótanos del espionaje (La Nación, de Carlos Pagni)

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(*) Gentileza de Juan José Salinas

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*Foto de portada: En Orsai