"No se puede criminalizar la solidaridad humana". Una denuncia artística poderosa y valiente que los jóvenes del Movimiento Our Voice presentaron frente a la Sala Bunker Pagliarelli de Palermo, donde se realizó la primera audiencia del juicio al exviceprimer ministro y actual senador de la República, Matteo Salvini.

Este último, reenviado a juicio en el pasado mes de abril, está acusado de secuestro de personas y denegación de documentos oficiales. Los hechos ocurrieron en agosto del 2019 cuando el exministro del Interior prohibió el ingreso a aguas italianas del buque español Open Arms y posteriormente prohibió su atraque en el puerto de Lampedusa durante 19 días. Esta decisión puso en peligro la vida y la seguridad de más de 140 personas, incluidos 32 menores, que se vieron obligados a permanecer a bordo del barco en pésimas condiciones sanitarias e higiénicas.

"Un acto del que nos distanciamos totalmente y que condenamos a través del arte, el activismo y la información", dijo Jamil El Sadi, jefe de prensa del Movimiento.

En el 2019, en su defensa, el líder de la liga había manifestado que "la defensa de la patria es un deber sagrado del ciudadano", como lo establece el artículo 52 de nuestra Constitución, apoyando así la legitimidad y razonabilidad de sus acciones.

"¿Pero de quién defendió Matteo Salvini a la patria?", preguntan los jóvenes activistas, que protestan contra las políticas de los gobiernos de nuestro país, responsables, junto con toda Europa Occidental, de las dramáticas condiciones económicas, sociales y políticas en las que actualmente viven todas las naciones africanas.

"Nuestro Estado es culpable de haber hecho imposible la vida y la supervivencia en todo el continente africano y de haber pisoteado los derechos y la dignidad de sus habitantes. Todo esto, en nombre de la 'civilización', la guerra y el progreso económico. Hoy es nuestro deber detener esta masacre, perpetuada durante siglos, y proteger a quienes huyen de nuestras culpas. Por tanto, exigimos, como ciudadanos, un programa eficiente de política migratoria y de rescate, el cumplimiento de los acuerdos y convenios internacionales y la interrupción inmediata del financiamiento y formación de la guardia costera libia, culpable de abusos, violencia y torturas en los campos de concentración africanos", denuncian con fuerza y ​​determinación los artistas del Movimiento.

De hecho, los actores y bailarines, a través de gritos, contorsiones corporales y expresiones de dolor y sufrimiento, plasmaron las riquezas y los infinitos recursos naturales y humanos del territorio africano, desfigurado y explotado durante siglos y siglos.

"Queremos la independencia y libertad de todos los pueblos indígenas, de todos los pueblos africanos que están esclavizados, a los que se les robaron todos los recursos. Nuestros artistas representan los recursos de África, el hermoso y maravilloso continente africano que sigue siendo destruido y esclavizado por las grandes potencias de Europa, del capitalismo occidental. Por eso seguimos pidiendo justicia para todos los migrantes muertos, que fueron abandonados y dejados para que mueran en el mar y seguimos con el activismo social y el arte, que nunca podrán ser silenciados". Estas fueron las palabras de la directora de Our Voice, Sonia Bongiovanni.

La denuncia de los jóvenes se dirigió no solo a Matteo Salvini, sentado en un sillón amarillo ubicado en el centro de la representación, sino a toda la política italiana, tanto de derecha como de izquierda, que de manera obvia e hipócrita guarda silencio y se muestra indiferente a las causas reales, sobre todo económicas y militares, del fenómeno migratorio.

"Exigimos que los representantes del pueblo respondan por sus acciones u omisiones ante los votantes y todos los ciudadanos italianos: no solo desde un punto de vista criminal, sino también y sobre todo desde un punto de vista político y moral. Como jóvenes pedimos a gritos que se esclarezca el comportamiento de Matteo Salvini y las eventuales complicidades y participaciones externas de otras personas". Justicia y verdad es lo que piden los jóvenes artistas, como ciudadanos, pero sobre todo como seres humanos, "para el pueblo italiano y en nombre del derecho a la vida, a la dignidad humana y el deber de solidaridad política, económica y social consagrado en los principios fundamentales de nuestra Constitución".

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*Foto de portada: Our Voice