Por Jorge Figueredo, desde Paraguay-2 de mayo de 2021

El periodista Andres Colman publicó en el diario Última Hora de Asunción, un artículo sobre el contrabando de cigarrillos desde Paraguay a otros países de Sudamérica, muy actual e interesante, porque es uno de los rubros más rentables que tienen el crimen organizado, según una investigación realizada, más rentable que la cocaína y la marihuana. El contrabando de cigarrillos no es una actividad ilícita nueva en el Paraguay, lo grave es que según la investigación realizada por el Consorcio Internacional de Periodistas de Investigación (publicada ya en el 2009) el Paraguay producía el 10% de todo el cigarrillo contrabandeado en el mundo y que el 60% de ese volumen era fabricado por Tabacalera del Este S.A. (TABESA), vinculada a quien luego sería presidente paraguayo, el empresario Horacio Cartes (2013-2018). En estos días un Centro de Investigación del Paraguay reveló un esquema de evasión de impuestos estimada en 400 millones de dólares. Ante dicho informe se inició una demanda judicial de parte de los empresarios tabacaleros -con mucho poder económico y político- y hasta el gobierno de Mario Abdo Benítez se sumó, apoyando a los cigarrilleros, tratando de negar una actividad ilícita que es ya famosa en el mundo.

La guerra del cigarrillo
Por Andrés Colman Gutiérrez, publicado en diario Ultima Hora, de Paraguay (*)

Una de las manchas oscuras que el Paraguay arrastra en su imagen internacional es la de ser base de producción de cigarrillos que inundan ilegalmente el mercado negro, principalmente del Brasil, como de otros centros en América, Asia, África y Europa.

El contrabando de cigarrillos no es nuevo, pero creció durante la dictadura stronista, con tabacaleras que pertenecían a empresarios protegidos del régimen, como los Bo o Domínguez Dibb, asociados con marcas internacionales que, tras la fachada de ventas legales, se beneficiaban de la triangulación ilegal y falsificaciones de marcas. Entre ellos hubo un personaje pintoresco en el Este, Reinerio Santacruz, quien creó la famosa frase de todos los tabacaleros: “Yo vendo legalmente en Paraguay, pero no sé cómo mis cigarrillos aparecen misteriosamente al otro lado de la frontera”.

En 2009, el Consorcio Internacional de Periodistas de Investigación (ICIJ) publicó una serie de reportajes realizados por Marina Walker (Estados Unidos), Mabel Rehnfeldt (Paraguay) y Marcelo Soares (Brasil), revelando que nuestro país producía el 10% de todo el cigarrillo contrabandeado en el mundo y que el 60% de ese volumen era fabricado por Tabacalera del Este SA (Tabesa), vinculada a quien luego sería presidente del Paraguay, el empresario Horacio Cartes (2013-2018).

En 2014, otra premiada investigación de Mauri Konig (Gazeta do Povo, Brasil), Elvira Soto (El Tiempo, Colombia) y Ronny Rojas (La Nación, Costa Rica) presentó a Cartes como “el Patrón del Tabaco” y aseguró que el contrabando de cigarrillos desde el Paraguay superaba al de la marihuana y la cocaína entre los negocios ilícitos más rentables, con un activo de 200 millones de dólares al año.

Con más de 7 millones de habitantes, el Paraguay produce más de 60 mil millones de cigarrillos por año. Implica que cada paraguayo –incluyendo a los bebés–, deberíamos fumar 27 millones de cigarrillos al día. Obviamente, los dueños de tabacaleras saben que la mayor parte saldrá de contrabando, a través de un esquema bien planificado, pero se defienden con el reiterado argumento: “Yo vendo legal aquí, si cruza la frontera es contrabando para el Brasil, no para el Paraguay”, obviando que el Código Aduanero penaliza igual la entrada o salida ilegal por un puesto no autorizado.

Ahora, una elaborada investigación del Centro de Análisis y Difusión de la Economía Paraguaya (Cadep) revela que la diferencia entre lo que las tabacaleras declaran y lo que realmente producen implica una evasión del Impuesto Selectivo al Consumo estimada en hasta 400 millones de dólares en un año.

El informe mereció un furibundo ataque, con demanda judicial, por parte de las tabacaleras. Lo llamativo (o no tanto) es que también el Gobierno se sumó al ataque contra Cadep, defendiendo a los cigarrilleros, tratando de negar una situación delictiva que es famosa en el mundo, hundiendo aún más la imagen del Paraguay.

Mientras, el encargado de Negocios de EEUU y el embajador de la Unión Europea, junto a organismos científicos nacionales e internacionales, respaldaron la seriedad de la investigación.

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(*) Gentileza de Andrés Colman Gutiérrez del diario Última Hora, de Paraguay

*Foto de portada: www.diarioultimahora.com