Entrevista al director de Antimafia Dos Mil de Latinoamérica
 
En el programa “Hacemos lo que podemos” de Radio Universal de Uruguay
 
Por Victoria Camboni-25 de abril de 2021

Han pasado varios años desde que el periodista y director de este medio, Jean Georges Almendras, dejó de trabajar en televisión. Su desempeño profesional está centrado en esta redacción, haciendo investigación, seguimiento y difusión de casos de crónica policial, corrupción, luchas sociales, derechos humanos y denuncia fuerte en contra del sistema criminal a nivel regional y mundial. Y aunque su rostro ya no aparece cada día en el noticiero, su imagen, su trayectoria y su labor periodística siguen siendo reconocidas por los medios y por la ciudadanía. La gente lo recuerda con mucho cariño, y el periodismo uruguayo está atento a sus pasos. Es recurrente la invitación para participar en programas de televisión, radio y prensa escrita. Más de 40 años de profesión, y un conocimiento y análisis de la realidad tan profundo, tan directo y que busca estar en el momento de los hechos, que escribe y se expresa sin miedo, y que va al fondo de los problemas más estructurales, a nivel regional e internacional, hacen de Georges Almendras un referente del periodismo serio y sin censuras.

En esta ocasión, Almendras -recientemente- brindó una entrevista en el programa “Hacemos lo que podemos”, que conducen Juan Cor y Richard Galeano, y que se transmite por Radio Universal de Uruguay. Allí habló sin filtros sobre la mafia, la corrupción en el Estado, la criminalidad organizada y el periodismo.

-¿Por qué te introdujiste en este mundo de la antimafia? “De la crónica policial a tomar conciencia de que la criminalidad es un mal que tiene sus características internacionales, es un paso breve (…). Tenemos que entender nosotros como periodistas, y la audiencia, tomar conciencia, que las actividades mafiosas nos involucran y nos alcanzan sin fronteras (…). Mi trabajo de 30 años de cronista policial me ha permitido calibrar y comprender de qué manera el mal se ha extendido por el mundo. El mal no es solamente el delincuente que aprieta a un taxista para robarlo, o a una señora para robarle, tiene varias caras y varias facetas (…). Nosotros nos quedamos con los males menores de esta sociedad consumista y violenta, pero el mal tiene aristas que involucran a instituciones del Estado, a funcionarios públicos, a fuerzas de seguridad, la corrupción”, destacó Almendras. Y de esos males, “el narcotráfico es la vedette, la protagonista fundamental”, pero no la única.

Sobre las organizaciones criminales mafiosas, dijo que tienen una “facturación billonaria”, y que “en este momento están operando mientras continúa la vida rutinaria de una sociedad moderna; los grandes criminales de estas organizaciones mafiosas, llevan adelante sus negocios… y como no estamos informados, nos quedamos con la imagen hasta romántica del grupo mafioso. Pero (estos grupos) han generado ríos de sangre en diferentes partes del mundo (…). Y no solo a explosiones y balazos contra sus objetivos principales”. Los actos mafiosos consisten además en “minar una democracia, minar la economía de un país; instalarse, sentarse, trabajar dentro de las instituciones del Estado, dentro del Poder Judicial, dentro del sistema político y dentro del Poder Ejecutivo. Así se manejan. Ya no se manejan como el viejo mafioso con la escopeta al hombro y que no sabe leer ni escribir”, apuntó.

La postura crítica de Almendras invade el espacio radial, y nos sacude la conciencia, porque los puntos de los que habla nos llevan a comprender que son temas que no se hablan, que se les teme, quizás por no comprometerse, o tal vez porque no hay interés en profundizar. La raíz de los grandes problemas, que son estos núcleos corruptos que trabajan de forma paralela al mundo legal, no se toca, y todas las acciones que toman de forma ilegal, repercuten luego en las políticas públicas -que perjudican a millones de ciudadanos en los distintos países donde los gobiernos son corruptos- o en la economía mal distribuida, que decanta en la muerte por hambre, contaminación y falta de recursos básicos para la subsistencia.

“Es más violento el Estado cuando se corrompe o mira para el costado o deja que sus funcionarios se corrompan y no haya los controles debidos; eso es más violento que un acto de rapiña. Nosotros nos quedamos con lo que flota en la superficie”, que son “delitos donde se sustrae valores, porque nosotros nos manejamos en una sociedad y en un mundo donde el dinero es el valor absoluto. Se sanciona y se castiga más a los delitos contra la propiedad que los delitos contra la vida humana”.

“En esta sociedad donde el dinero es el valor absoluto, el sistema criminal se ha adaptado de una manera maravillosa, porque también las tecnologías se han modificado y los mafiosos se han adaptado. Eso también ha modificado el sistema criminal”, explicó.

También se refirió a la idea que tenemos los ciudadanos sobre “el gran tema de la mafia, que pensamos que no es nuestro porque no tenemos al padrino, no tenemos los sopranos, pero verdaderamente es un fantasma presente”. E hizo un llamado: “tenemos que trabajar en forma conjunta a nivel mundial (…) y tomar conciencia que las actividades mafiosas nos involucran y nos alcanzan sin fronteras”.

Consultado por los entrevistadores sobre si alguna vez fue amenazado, Almendras respondió: “Hemos sido amenazados, amedrentados y muertos civilmente por decir determinadas cosas. Acá no ha aparecido un periodista asesinado como Pablo Medina o Santiago Leguizamón, pero la libertad de prensa ha sido coartada en los últimos 20 años, no en tiempos de dictadura únicamente”.

Otro de los temas que se trataron en el programa fue su valoración sobre el periodismo en la actualidad. “En el periodismo uruguayo, hay quienes tienen deseo de trabajar en libertad, pero los pensamientos políticos han condicionado al medio de prensa, y cuando juegan y tallan los intereses políticos sean de izquierda, de derecha o de centro, restringen libertades, se disimulan situaciones y se sigue una rutina para cuidar el puesto y el bienestar de mi familia. Después hablamos de libertad, nos enjuagamos la boca, con valores, pero la pregunta es, ¿realmente trabajamos para esos valores o somos una manga de hipócritas?”.

Sobre este punto fue enfático. “Me preocupa cuando el periodismo se autocensura y es complaciente con el sistema económico, y guarda silencio frente a determinadas situaciones. Lo que más me preocupa y lo que tenemos que preocuparnos nosotros como periodistas, es que los medios de comunicación masivo pueden generar una opinión que a veces se distancia bastante de la realidad, porque puede entrar a incurrir en un periodismo complaciente y cómplice del sistema criminal, aun sin ser conscientes de que son cómplices”. Y fue crítico con el contenido de los noticieros, señalando que se difunde “una información para no mostrar luchas sociales, para no informar debidamente cuando hay violación de derechos humanos; entonces todo eso implica políticas de conducción de un noticiero que va más allá de las formas”.

“Yo no he visto en ningún noticiero uruguayo que se hable de la narcopolítica en Paraguay ni del periodista Pablo Medina (quien escribió durante años para Antimafia Dos Mil), que fue asesinado hace pocos años en Paraguay. Murieron 20 periodistas en Paraguay y no se sabe”, señaló. “No hay una conciencia dentro del periodismo, de que tenemos que decir las cosas por su nombre y no fantasear situaciones o deformar realidades”, agregó. “Es un informativo showman”.

Almendras también habló sobre cómo utiliza el periodismo a las redes sociales, y al ejercicio de la profesión. “El periodismo en redes sociales (…) no debe perder el horizonte de la sensibilidad ni del trabajo de campo, no quedarnos solamente con internet. No debemos olvidar el trabajo de campo porque de eso se nutre la investigación. Yo no puedo hablar de un episodio sentado desde un escritorio; si hay un hecho, debo estar allí”.

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*Foto de portada: Our Voice