Italia, la "República fundada en el trabajo" (como dicen las primeras palabras de nuestra Carta Constitucional), a pesar de la crisis, la inflación, la elevada tasa de desempleo, la deuda pública, las guerras y las pandemias, sigue siendo una de las más importantes potencias económicas del mundo. Los datos económicos así lo dicen.

Italia es la séptima potencia económica mundial, con un PIB nominal de 1,93 billones de dólares.

Está en la cima de las listas, en términos de riqueza financiera, entre otras cosas gracias a la riqueza de los ahorristas.

Un reciente estudio de Fabi, la Federación Autónoma de Bancos de Italia, ha demostrado que a finales de 2021 se ha superado la cuota de los 5,256 mil millones de euros para un crecimiento de casi 1,700 mil millones (+50%) en la última década.

Y también está, según el ranking de Forbes, en el "top ten" de los países con más multimillonarios del mundo. 52 multimillonarios (en comparación con los 51 de 2021), valen el noveno lugar en la clasificación, con activos totales fijados en 195 mil millones de dólares.

La riqueza económica va acompañada de la riqueza artística, histórica y cultural que, si fuera aprovechada de mejor manera, llevaría al país a estar verdaderamente entre los primeros del planeta.

La fuerza de las mafias

Un país tan rico no debería permitir la existencia de fenómenos como la corrupción y la infiltración mafiosa, pero ambos siguen propagándose de forma aterradora entre los pliegues de la economía y las finanzas.

Tan solo un estudio del Banco de Italia publicado en diciembre del 2021 puso de manifiesto que la facturación estimada de las mafias superaba el 2% del PIB italiano. Hablamos de al menos 38.000 millones de euros al año (104 millones al día).

Hace algunos años, algunas estimaciones de Confesercenti indicaban que las ganancias de una posible Mafia Spa (que agrupa los negocios de Cosa Nostra, 'Ndrangheta, Camorra y Sacra Corona Unita) llegaban a los 105 mil millones al año.

Números aterradores mucho mayores que los de los bancos más ricos de Italia, sociedades como Enel, Assicurazioni Generali o Luxottica o empresas como Exor.

El periodista de Il Sole 24 Ore, Gianni Dragoni, primero en un discurso en el programa Servizio Pubblico, y luego en una de nuestras conferencias, demostró científicamente que el hipotético holding Mafia Spa podría tener un valor mucho más alto que toda la Bolsa de Valores italiana.

Dragoni recordó que "Mafia Spa tiene más ganancias que todos los bancos italianos juntos" y que potencialmente, si cotizara en bolsa, "el valor de Mafia Spa podría ser igual a 1.680 billones. Eso es casi tres veces (2,85 veces) el valor de todas las 260 empresas italianas que cotizan en la Bolsa de Valores, que valen un total de 587,6 mil millones. Como si dijera que, si cotizara en la Bolsa de Valores y, por lo tanto, vendiera sus acciones al público, la Mafia podría comprar toda la Bolsa de Valores de Milán con sus ganancias".

Cifras aterradoras que, siguiendo la lógica, convierten a los jefes de la mafia y a los narcotraficantes en los referentes más ricos y poderosos del mundo. Incluso más que el estadounidense Elon Musk, considerado en lo más alto del ranking de multimillonarios con una fortuna de 219 mil millones de dólares.

En comparación con los jefes de la 'Ndrangheta o Cosa Nostra, el dueño de Tesla y SpaceX sería casi un mayordomo.

Las mafias, insertadas en un sistema criminal, son perfectamente capaces de alterar una democracia.

Nos lo habían explicado claramente el fiscal jefe de Catanzaro, Nicola Gratteri, destacando la centralidad del narcotráfico en la generación de riqueza y el fiscal adjunto de Reggio Calabria, Giuseppe Lombardo.

El jaque de Matteo Messina Denaro

Los gobiernos que se sucedieron en los últimos treinta años han demostrado que no les importa resolver el problema.

En el mejor de los casos por superficialidad, negligencia o desconocimiento. En el peor de los casos por complicidad real, elaborando negociaciones, pactos y acuerdos con la mafia.

Porque solo así se explica la dimensión de un fenómeno que existe desde hace más de siglo y medio.

Solo así es posible entender por qué, a pesar de las masacres y los crímenes excelentes, aún no se ha procedido a dar el golpe final a este cáncer.

Solo así se puede entender por qué el último jefe de las masacres está prófugo desde 1993.

La exfiscal adjunta de Palermo (ahora en la DNA, Dirección Nacional Antimafia), Teresa Principato, había hablado de una red oculta de protección compuesta por jefes mafiosos, arregladores, políticos, funcionarios de Estado y hasta miembros de la masonería.

Cuando se habla de Matteo Messina Denaro no se hace referencia solo al jefe mafioso de Castelvetrano, sino a la cúspide de Cosa Nostra.

Un sujeto que conoce los secretos ocultos e inconfesables de la relación entre el Estado y la mafia.

Un hombre que es terminal en las relaciones entre Cosa Nostra y la 'Ndrangheta, en el negocio de las drogas y en mucho más. Sus conexiones llegan hasta Canadá y Estados Unidos, pero presumiblemente también al mundo árabe.

Hay hipótesis que apuntan a su papel, quizás incluso en nombre del Estado, para evitar que otras organizaciones terroristas internacionales como ISIS o Al Qaeda actúen en Italia, como sucedió en Francia y Estados Unidos.

Una teoría que se fortaleció cuando en el juicio 'Ndrangheta Stragista se dijo claramente que "gracias a algunos sicilianos" se habían evitado ataques terroristas de origen extranjero desde 1997.

Hace años, los expertos también hablaron de posibles contactos con el terrorismo islámico por parte de la 'Ndrangheta para negocios conjuntos con ISIS.

Diversas investigaciones han puesto de manifiesto que Sicilia, y en particular la zona de Trapani, ha sido escenario de grandes asuntos internacionales (tráfico de armas, drogas y desechos). Y lo mismo puede decirse de Calabria y la zona del puerto de Gioia Tauro.

¿Habrán sido Cosa Nostra y la 'Ndrangheta los garantes de la seguridad de nuestro país?

Lo cierto es que las dos organizaciones criminales caminan al unísono. El juicio 'Ndrangheta Stragista, en el que la acusación es conducida por el fiscal adjunto de Reggio Calabria, Giuseppe Lombardo, demostró que Cosa Nostra y la 'Ndrangheta estaban unidas en la estrategia de masacres de la década del '90.

Y luego, más recientemente, están igualmente vinculadas en los negocios y en el desarrollo de ataques contra magistrados que luchan en primera línea contra el sistema criminal.

Messina Denaro y el atentado contra el fiscal Nino Di Matteo

De Calabria llegaron los explosivos comprados por los jefes de Palermo para eliminar al magistrado Nino Di Matteo.

Un atentado que, según reveló el colaborador de justicia Vito Galatolo, fue ordenado por Matteo Messina Denaro a fines del 2012, por encargo de "amigos romanos".

Una condena a muerte confirmada por las palabras del jefe de jefes, Totò Riina, quien directamente desde la prisión afirmó que le quería dar al ex fiscal adjunto de Palermo, hoy miembro del CSM, "el final del atún".

Eliminar a Di Matteo significa golpear al magistrado que más se acercó a la verdad sobre las masacres al revelar las relaciones entre la mafia, la política, los servicios secretos y la masonería desviada.

Un símbolo de esos fiscales de espalda recta (a los que se suman Sebastiano Ardita, Giuseppe Lombardo, Roberto Scarpinato, Nicola Gratteri, Luca Tescaroli, y pocos más) que no quieren dejar de investigar las páginas oscuras que ensangrentaron nuestro país. 

El Estado-mafia

Ese proyecto de ataque decidido por la "prímula roja" de Castelvetrano sigue en curso según los investigadores. Y la atención a este punto no se puede descuidar.

Y menos hoy, en un momento histórico en el que tenemos un gobierno de corte fascista y racista que cuenta con el apoyo de un partido cuyo líder es un hombre (Silvio Berlusconi, ndr) que tuvo "relaciones de varios años con la mafia" y que tiene entre sus fundadores a un mafioso, a saber, Marcello Dell'Utri, condenado por concurso externo en asociación mafiosa.

Como presidente del Senado hay un "matón fascista" como Ignazio Benito Maria La Russa y el ministro de Justicia es un ex magistrado como Carlo Nordio, que querría cambiar la Constitución y llevar adelante proyectos de reforma anti magistratura, interviniendo en la "discrecionalidad de la acusación", en la "separación de carreras" y dando una nueva "definición a las facultades del Ministerio Público".

Con sus "caras de bronce" nuestros gobernantes alaban el nombre de Paolo Borsellino, asesinado precisamente por aquellos poderes que hoy condicionan y dirigen la acción actual de Gobierno, totalmente ausente en la lucha contra la mafia.

Y mientras se habla de intervenciones para reducir el uso de escuchas, Matteo Messina Denaro sigue prófugo y no se refuerzan las herramientas para su captura.

Maurizio De Lucia, el fiscal a cargo de la fiscalía de Palermo que coordina las investigaciones para la captura del jefe de Trapani, denunció en los últimos días la gravísima escasez de personal que pesa tanto sobre la llamada fiscalía ordinaria como sobre la Dirección Distrital Antimafia.

De Lucía afirmó que "el actual número de magistrados que integran la DDA no permite en realidad tomar iniciativas estratégicas en el manejo de los delitos cometidos por las organizaciones mafiosas". Además, existe un "riesgo concreto de reducir el papel de la DDA a un simple receptor de iniciativas operado principalmente por la policía judicial".

Es retroceder décadas a nivel investigativo.

El 2 de junio, día de la fiesta de la República, Matteo Messina Denaro celebrará sus 30 años de fuga.

Al dejar desprotegidos a los fiscales y a las fuerzas del orden que se dedican día y noche a su captura, el Estado-mafia se quita la máscara y da la cara burlándose de los mártires.

Diseño gráfico de Paolo Bassani
 
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