francesePor Lorenzo Baldo – 22 de enero del 2018

"Nos lo dijeron los hechos, nos lo dijo la vida de Mario Francese, nos lo dijeron sobre todo sus escritos, que la clave se encontraba en su compromiso profesional, en su tenacidad en la búsqueda de la verdad y en darla a conocer a través de las páginas de un diario de la época no tan valiente como su cronista; estos hechos nos dijeron que la muerte de Mario Francese había sido obra de aquellos que, a finales de los años '70, eran los verdaderos 'dueños' de nuestras ciudades, de nuestra tierra, de esta ciudad. Pero no teníamos las pruebas para decirlo en un juicio, no teníamos elementos para solicitar una declaración de verdad judicial". Las palabras tomadas de la memoria concluyente de Laura Vaccaro, fiscal en el juicio por el homicidio de Mario Francese, retumbaron fuerte en la voz de Francesca Barra, autora del libro “El cuarto mandamiento - La verdadera historia de Mario Francese y de su hijo Giuseppe que le hizo justicia”. Era el 3 de septiembre del 2013 y ese documento judicial contenía la esencia de una vida cortada por el poder criminal.

Y durante la acusación del juicio por el asesinato del valiente cronista del Giornale di Sicilia, el fiscal había hablado de un "contexto controvertido". "No tanto - había especificado - porque los ideólogos y los ejecutores deberían buscarse en ese entorno, sino porque fue precisamente en el entorno laboral de Mario Francese donde maduró su aislamiento". Aislamiento que, en esa ocasión, fue mencionado por Giulio Francese, actual presidente del Colegio de Periodistas de Sicilia, quien recordó a su hermano Giuseppe, el cual, habiendo logrado llegar a la verdad sobre el asesinato de su padre, decidió morir a los 36 años en la noche del 2 al 3 de septiembre del 2002."Giuseppe Francese - señaló Giulio - era un gigante, un gigante frágil que quería hacerle justicia a su padre". Y es precisamente el extraordinario trabajo de Giuseppe Francese el que sobrevive a su tragedia. Tiene el mérito de haber podido juntar las piezas que faltaban del rompecabezas de ese asesinato y de lograr la reapertura de la investigación judicial archivada años antes, que luego resultó en un juicio real.

El procedimiento llevado a cabo con trámite abreviado finalizó el 11 de abril del 2001 con la condena a 30 años de Totò Riina y otros jefes de Cosa Nostra del quilate de Leoluca Bagarella (ejecutor material), Francesco Madonia, Antonino Geraci, Giuseppe Farinella, Michele Greco y Pippo Calò (en el proceso bis, con trámite ordinario, el otro acusado Bernardo Provenzano fue condenado a cadena perpetua). En las motivaciones de la sentencia los jueces subrayaron que de los artículos y expedientes elaborados por Mario Francese surgía "una sorprendente capacidad para hacer conexiones entre los hechos de las noticias más importantes, para interpretarlos con corajuda inteligencia y para perfilar de tal modo una reconstrucción de una excepcional claridad y credibilidad de las líneas evolutivas de Cosa Nostra, en un período histórico en el que además de emerger las penetrantes y difusas infiltraciones mafiosas en el mundo de los contratos y de la economía, comenzó a tomar forma la estrategia de ataque de Cosa Nostra a las instituciones". "Una estrategia subversiva que había dado - se dijo entre otras cosas en el documento - un gran salto cualitativo con la eliminación de una de las mentes más lúcidas del periodismo siciliano, un profesional ajeno a cualquier condicionamiento, sin ninguna concesión hacia los grupos de poder confabulados con la mafia y capaz de proporcionar a la opinión pública importantes herramientas para analizar los cambios que tuvieron lugar dentro de Cosa Nostra". De hecho, el sistema acusatorio se sostuvo ante el Tribunal de Casación confirmando los 30 años de cárcel para Totò Riina, Leoluca Bagarella, Raffaele Ganci, Francesco Madonia y Michele Greco; en cambio, Pippo Calò, Antonino Geraci y Giuseppe Farinella fueron absueltos "por no haber cometido el hecho".

Antes de morir Felicia Impastato le dijo a la socióloga y escritora Alessandra Dino, partícipe también ella de la presentación del 3 de septiembre del 2013, que había comprendido que tenía que superar el miedo que le impedía hablar, gracias a la entrevista que le había hecho Mario Francese después del homicidio de su hijo Peppino. La gran carga de humanidad y profesionalismo del cronista del Giornale di Sicilia había cumplido su papel. Durante el debate de cinco años atrás la propia Dino había recordado que el asesinato de Mario Francese había madurado "dentro de su forma de concebir la profesión", señalando que en las actas del proceso estaban contenidos los testimonios de arrepentidos como Gaspare Mutolo y Totuccio Contorno que hablaban de la "connivencia", así como de las "extrañas amistades" dentro del Giornale di Sicilia. Testimonios, por decir poco, pesados, que se superponen con los de algunos periodistas como Lino Rizzi o Francesco La Licata que confirmaron el clima pesado que había dentro del Giornale di Sicilia y en el que Francese tuvo que escribir. Y son las palabras del mismo La Licata, testigo en el proceso sobre la tratativa, las que se vuelven de extrema actualidad: "Gabriele Chelazzi (magistrado florentino que durante varios años se ha ocupado de las masacres del '93, fallecido en el 2003, ndr) me habló de la frecuencia anormal del Coronel Mario Mori en Sicilia, y de sus contactos con los directivos del Giornale di Sicilia. El mismo sospechaba de la relación de Mori con el editor del Giornale di Sicilia (Giovanni Pepi, ndr). Entendí que él esperaba obtener de esa relación algo útil para sus investigaciones. Chelazzi quería ordenar una búsqueda en el Giornale di Sicilia… Luego vino el episodio de Riina quien dijo: 'si alguna vez diera una entrevista se la daría al director del Giornale di Sicilia'. Lo cierto es que el jefe de Cosa Nostra, desde la jaula ante el Tribunal en lo Penal de Roma, el 29 de abril de 1993, se lanzó decididamente a hacer un solemne elogio al director del Giornale di Sicilia: "Pepi es una persona seria que sabe lo que dice y lo que escribe".

Hace algunos años, en Florencia, al margen de una conferencia antimafia organizada por un colectivo universitario, le preguntamos al entonces Fiscal Nacional Pier Luigi Vigna si esa búsqueda en el Giornale di Sicilia se había llevado a cabo. "Por supuesto que sí", fue su lapidaria respuesta.

"He releído muchas verdades oficiales - escribió Giuseppe Francese - pero a mis ojos, los ojos de un inocente o tal vez sólo de un pobre estúpido, son verdades que no convencen. Esta es la tierra de los misterios. A veces la verdad me parece que es como un inmenso rompecabezas, de vez en cuando una pieza encaja y se busca otra para seguir adelante. Pero el rompecabezas es infinito y, a pesar de todo el esfuerzo posible, nunca se completará".