“LA MAFIA ME MATARÁ PERO SERÁN OTROS QUIENES LO HABRÁN QUERIDO”.
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“LA MAFIA ME MATARÁ PERO SERÁN OTROS QUIENES LO HABRÁN QUERIDO”.
(Paolo Borsellino, pocos días antes de ser asesinado por Cosa Nostra)
Conferencia en Palermo, del día 18 de julio de 2013, a 21 años del crimen del
Juez Paolo Borsellino, organizada por Antimafia Duemila
GIORGIO BONGIOVANNI. Periodista y fundador de la revista Antimafia Duemila dijo:” Nosotros queremos recordar a Paolo Borsellino y a los agentes de su escolta buscando la verdad: hasta que no la encontremos no estaremos satisfechos. Más allá de las sentencias dictadas seguiremos buscándola”, fueron las palabras de Giorgio Bongiovanni, director de la revista Antimafia Duemila, en el Congreso que tuvo lugar en la Facultad de Jurisprudencia de la ciudad de Palermo, Sicilia. “Hay Jueces y Jueces – continuó posteriormente Bongiovanni -, Jueces que llevan los ataúdes de los magistrados caídos, que han jurado encontrar la verdad, y Jueces que no quieren llegar a esta verdad. Nosotros seguiremos buscando la verdad”.
Leoluca Orlando. Alcalde de Palermo dijo en la conferencia: “Aquí se encuentra la ciudad de Palermo. Palermo recuerda a Paolo Borsellino al grito de la verdad .Aquí está la Palermo a la cual Paolo Borsellino amaba y que grita la verdad sobre aquel atentado. Porque más allá de los resultados procesales nosotros sabemos porqué el Juez Borsellino fue asesinado. Tenemos la conciencia moral. Y los chicos del movimiento de las “Agendas Rojas” siempre lo recuerdan. Paolo se opuso a la negociación y esa agenda fue hecha desaparecer y aún hoy hay personas en el poder que le tienen miedo a esa verdad. Por lo tanto – concluyó – en estos días recordaremos a Paolo, hoy estamos aquí, mañana iremos a Via D’Amelio, es decir a su casa, donde creció y donde surgirá la sede del Centro Paolo Borsellino que inauguramos provisoriamente en Villa Niscemi. Y como Municipio nos constituiremos como parte civil en el proceso judicial sobre la innoble negociación entre el Estado y la mafia”.
Roberto Scarpinato, Procurador General de Palermo destacó: “En las palabras que Paolo Borsellino dijo en confidencia a su mujer Agnese ‘La mafia me matará cuando otros lo permitan’ radica toda la soledad impotente de alguien que siente que nadie podrá protegerlo .Paolo era el último baluarte del Estado después de la muerte de Falcone. Después de la medida disciplinaria que me fuera aplicada luego de la carta que el año pasado escribí (en sentido figurado) a Paolo Borsellino – relató Scarpinato – me reuní con Agnese Borsellino y entre lágrimas me dijo ‘No se si fue peor lo que vivimos antes de los atentados o lo que nos vimos obligados a vivir después de los atentados’. Una terrible verdad que inevitable y progresivamente tuvo que ir descubriendo, la misma terrible verdad que eliminó la sonrisa despreocupada de Paolo que lo había acompañado hasta poco tiempo antes. Y a Agnese le renové la misma promesa que hiciera en 1992 frente al cuerpo carbonizado de su marido – concluyó entre los aplausos del público el Procurador General de Palermo – ¡cueste lo que cueste, Paolo, no nos detendremos y tarde o temprano lograremos arrancar la máscara de vuestros asesinos!”
“Es muy preocupante el modo en el que aún hoy siga en pleno desarrollo la guerra contra la información y el saber social sobre la mafia, mistificada y manipulada a pesar de que se hayan celebrado decenas y decenas de procesos judiciales como aquel contra Giulio Andreotti, o aquel sobre la negociación entre el Estado y la mafia” agregó Scarpinato.
“El binomio mafia y poder, y la gran cantidad de delitos políticos son considerados como un tema escabroso, al que se le agrega la remoción, en las conmemoraciones públicas, se eliminan todas las posibles referencias a la participación del poder en los hechos mafiosos. Cada año en la conmemoración del homicidio de Mattarella – continuó el Procurador – se calla sistemáticamente sobre el hecho de que quienes desearon su muerte fueron Giulio Andreotti, la personificación misma del Estado, Salvo Lima, los hermanos Salvo y los máximos representantes de la clase dirigente siciliana. Entonces ¿porqué habría que maravillarse – se pregunta Scarpinato – si se intenta cerrar el espinoso capítulo de los atentados del ’92 y ’93 contándolo como una historia trágica que radica simplemente en el perverso delirio de omnipotencia de personajes como Totò Riina? Entonces ¿porqué maravillarse ante la indisimulada molestia y la intolerancia demostradas por el trabajo de esos magistrados que siguieron buscando la verdad ?. Son simplemente la parte visible de un iceberg sumergido en las profundidades de secretos mucho más terribles que se anidan detrás de nuestros atentados”.
Saverio Lodato, periodista, subrayó: “Hoy estamos en presencia de algunas consideraciones que tienden a reescribir la historia. Entonces, según el historiador siciliano Salvatore Lupo, el ejército americano nunca se dirigió a la mafia en el momento del desembarco en Sicilia (durante la Segunda Guerra Mundial ndr.), no tuvieron relaciones con los mafiosos durante los años posteriores a la Liberación. Y Salvatore Lupo es un hombre de honor. Es un historiador de honor. Nunca existió una ‘negociación’ entre el Estado y la mafia, antes, durante y después de los atentados de 1992 y de 1993, eso es lo que dice el sociólogo Pino Arlacchi. Y Pino Arlacchi es un hombre de honor. Es un sociólogo de honor. Y también lo dice el jurista Giovanni Fiandaca. Y Giovanni Fiandaca es un hombre de honor. Es un jurista de honor. Si la negociación hubiera existido no habría nada de qué escandalizarse. Es legítimo que el Estado haya negociado con la mafia. Y es legítimo, a pesar de que durante dicha negociación continuaran los atentados. Lo dice el político Emanuele Macaluso. Y Emanuele Macaluso. Es un hombre de honor. Un político de honor. El Ministro del Interior, entre los atentados de Capaci y de Via D’Amelio, jamás conoció a Paolo Borsellino. Y nunca supo cuál era su rostro. Lo dice, hablando de si mismo, el ex hombre de Estado Nicola Mancino. Y Nicola Mancino es un hombre de honor. Es un ex hombre del Estado de honor. Los magistrados Nino Di Matteo y Antonio Ingroia provocaron, al investigar sobre la así llamada ‘negociación’, la muerte a causa de un infarto del consejero del Quirinal (Residencia Presidente de la República ndr.), Loris D'Ambrosio. Lo dice el periodista Giuliano Ferrara. Y Giuliano Ferrara es un hombre de honor. Es un periodista de honor. Pero también Di Matteo e Ingroia, hasta prueba contraria son hombres de honor. Son magistrados de honor. Un imputado por falso testimonio, Nicola Mancino, tiene todo el derecho a llamar al Quirinal pidiendo que se aligere su situación procesal. Y tiene todo el derecho de llamar telefónicamente al jefe del Estado. Lo dice el Jefe de Estado Giorgio Napolitano. Y Giorgio Napolitano es un hombre de honor. Es un Jefe de Estado de honor. Se puede conmemorar la muerte de Giulio Andreotti, sin jamás recordar, ni siquiera una frase, que la Casación condenó a Andreotti a pagar los gastos procesales reconociendo que hasta 1980 se encontró varias veces con el jefe máximo de Cosa Nostra. Lo dice, en este caso es más exacto decir ‘lo escribe’, la gran firma del periodismo italiano Eugenio Scalfari. Y Eugenio Scalfari es un hombre de honor. Es una gran firma de honor. Por ahora nos detenemos aquí.”
“En esta galería de grandes figuras, - concluyó el periodista – también hay muchas figuritas que según nuestra opinión, por más que pateen un poco, no merecen ser citadas en una velada seria como esta. La lista de las figuritas sería mucho más larga que la lista de las figuras competentes, por así decirlo. Lo que he intentado describir con los ejemplos particulares antes mencionados es el Estado de la lucha contra la mafia, a 21 años de distancia del sacrificio de Paolo Borsellino, Emanuela Loi, Walter Cosina, Vincenzo Li Muli, Claudio Traina, Agostino Catalano. A 21 años de distancia de haber juntado los fragmentos en los que quedaron reducidos hombres y mujeres que habían creído realmente en el Estado italiano”. Y finalmente: ‘La lucha contra la mafia es un partido arreglado. La política y la mafia, a la luz del sol, se mezclan entre ellos. A este punto todos los italianos se han dado cuenta y lo saben. Pero a nadie le está permitido agredir la relación que existe entre la mafia, la política y los negocios. A nadie le está permitido investigar, buscar la verdad, procesar y hacer de todo para llegar a una sentencia de condena. El Poder no quiere que esto ocurra. El Señor del Quirinal ha dicho que no. ¿Y nosotros? ¿Y entonces, qué haremos nosotros? ¿Nosotros que somos simples ciudadanos, que somos ciudadanos simples? No es fácil responder. Pero nosotros también, y es algo que nadie tiene que olvidar jamás, somos hombres de honor. Somos ciudadanos de honor. Y lucharemos hasta el final con la esperanza de que los asesinos de la mafia y los asesinos de Estado de Paolo Borsellino algún día sean entregados a la justicia junto con los ideólogos que los inspiran. ¿Podremos lograrlo? ¿Quién puede asegurarlo? Pero hay algo que es seguro: en Italia hay lugar para todos. Incluso para sesenta millones de italianos. De los cuales, no nos olvidemos, forma parte el Papa Francisco. Entonces que juristas, historiadores, sociólogos, periodistas, hombres políticos, ex hombres de Estado, Jefes de Estado, lo entiendan”
Domenico Gozzo. Procurador Adjunto de Caltanissetta.En oportunidad del evento organizado por la revista Antimafia Duemila, su director Giorgio Bongiovanni, leyó al público presente, en la Facultad de Jurisprudencia de Palermo la carta escrita por Domenico Gozzo, Procurador Adjunto de Caltanissetta, de la cual transcribimos algunos fragmentos “Paolo Borsellino dijo ‘será la mafia la que me matará pero otros se lo facilitarán’, Falcone hablaba de ‘mentes muy refinadas’... estas huellas de ‘algo más’ están presentes en las investigaciones sobre la mafia y sobre los atentados”. “Hasta el 2008 las investigaciones sobre la masacre de Via D’Amelio, como dijera el Procurador Sergio Lari, han sido objeto de un ‘colosal despistaje’. Durante veinte años muchos hombres que en su tiempo ocupaban cargos institucionales callaron lo que sabían. Se dictó una sentencia en la que se explica cómo las intenciones asesinas de Cosa Nostra se vieron reforzadas por la señal de debilidad que transmitió el Estado desde el momento que manifestó su voluntad de negociar, pero el resto del Estado se comportó como si esa sentencia nunca se hubiera dictado. Por lo tanto ¿somos creíbles cuando les pedimos a los altos cargos de Cosa Nostra que colaboren con la justicia? ¿Cómo podemos convencerlos de que hablen? Tenemos el deber moral de hacernos estas preguntas y de darnos respuestas exhaustivas. Se lo debemos a Paolo Borsellino y a su dulce esposa Agnese, a Giovanni Falcone y a Francesca Morvillo, a Agostino, Vincenzo, Walter, Eddi y Claudio, a Emanuela. Se lo debemos a los muertos del ’93 y a los carabinieri que no murieron porque el atentado del Estadio Olímpico de Roma no fue actuado, nos lo debemos a nosotros mismos, a nuestros hijos y a esta Italia para que los cimientos de esta democracia sean más fuertes”.
Vittorio Teresi, Fiscal Adjunto de Palermo fue enérgico al decir: “Vivimos en un contexto complejo y articulado en el que tratamos de movernos con un renovado compromiso pero que a veces provoca un poco de cansancio. Estoy cansado de vivir en un País en el que es necesario disponer medidas de protección cada vez más rígidas para los magistrados que lo único que hacen es cumplir con su deber, buscando la verdad sobre hechos complejos y graves que inciden en la escena política reciente y que es testigo de cómo se difunden los efectos sobre los hechos políticos actuales”
“Algunos magistrados – prosiguió el Procurador Adjunto palermitano – están en la mira de un fuego cruzado de ataques instrumentales e intimidatorios, desde cartas anónimas que revelan supuestos puntos débiles del sistema de protección dispuesto por el Estado, hasta extrañas y desconcertantes irrupciones en las casas, de características muy provocadoras. Los colegas que trabajan conmigo para llevar a término el proceso judicial, e incluso quienes estaban antes que yo, lo hicieron y lo siguen haciendo solo en nombre de un irrenunciable deseo de verdad y de un tácito pacto de apego y amistad hacia quienes murieron por manos de la mafia y no solo de ella.”
Posteriormente el Fiscal Teresi manifestó su preocupación por “Esas polémicas y tomas de posición de quienes creen que ya tienen todas las respuestas bajo la manga, que creen que pueden desorientar a la opinión pública menos preparada en materia de cultura jurídica y la de los entendidos. Pero temo que más allá de ello existe un amplio sector de pensadores que no quieren que se lleve a cabo este proceso judicial. Les ruego a todos que se detengan, que dejen trabajar a esos Jueces. Ese proceso se está desarrollando y se seguirá desarrollando hasta su conclusión natural, sea cual sea. Lo llevaremos hasta su conclusión más allá de los ataques, de las tomas de posición, de las provocaciones, más allá de las irrupciones en las casas, más allá de las cartas anónimas por más alarmantes que sean”. “¡Somos conscientes – concluyó Teresi – de que los ataques continuarán y serán más graves y perturbadores, en un clima cada vez más hostil, pero el proceso judicial será llevado a término y o y quien no lo quiera que se resigne !”
Antonio Ingroia. Ex Fiscal de Palermo, fue categórico en la conferencia: “La magistratura que busca la verdad hoy es un cuerpo ajeno al Estado. Aquellos magistrados que investigan, que aplican la Constitución, terminan recibiendo golpes a través de medidas disciplinarias. Algunos simplemente son golpeados porque han descrito el verdadero estado de cosas, así como ocurrió con la medida disciplinaria aplicada a los Jueces Roberto Scarpinato y Nino Di Matteo. Luego se plantean conflictos de atribuciones para desacreditar su trabajo, o bien para sacar a relucir viejas historias como ocurrió con Francesco Messineo, simplemente por presenciar el proceso judicial sobre la negociación Estado-mafia. Y el mensaje que se envía es que quienes entren en dicho proceso al final pagarán el precio, ya sean Jueces Instructores que dictan sentencia. Se convierte en un mensaje para el próximo Fiscal de Palermo, para darle a entender lo que ocurrirá en el caso que apoye o que de su respaldo a determinadas investigaciones”.
“El atentado de Via D’Amelio es un atentado de Estado” sostuvo el ex Fiscal Antonio Ingroia en su ponencia en el Congreso desarrollado en la Facultad de Jurisprudencia en Palermo en memoria del Juez Paolo Borsellino asesinado por la mafia.
“En el pasado dije que habíamos entrado en la antesala de la verdad, luego que estábamos en la sala pero que alguno había quitado todas las lámparas” agregó. Luego prosiguió: Ahora me doy cuenta, cada vez más, que en esa sala alguien ha reconstruido un nuevo muro de goma y por ello es importante actuar desde abajo. Desde el principio sabíamos que detrás del atentado de Via D’Amelio había algo más, de la misma forma Borsellino sabía que detrás de la muerte de Giovanni Falcone había algo más. Y como ocurrió con los diarios de Falcone, también se hizo desaparecer la agenda de Borsellino y a partir de allí nació un despistaje de Estado, que como siempre ha ocurrido en nuestro País, es la metodología que se ha utilizado para encubrir los atentados de Estado”.
“En el Parlamento para llegar a una verdad sobre los atentados es necesario que la Comisión Parlamentaria antimafia permita por primera vez la participación de las asociaciones de los familiares de las víctimas de la mafia y de las asociaciones como el movimiento de las Agendas Rojas que están comprometidas en la lucha por la verdad”, fue la propuesta del ex Fiscal Antonio Ingroia.
“Se puede hacer interviniendo en la ley, de la misma forma que la creación de dicha comisión fue aceptada por unanimidad, admitiendo la inserción de la negociación como uno de los puntos a debatir, a pesar de que haya sido inscrita como ‘supuesta negociación’. Es por ello que hay que reclamar fuertemente, también desde abajo con una junta de firmas, diciendo que no puede existir una Comisión antimafia que no permita la participación de la sociedad civil”.
Salvatore Borselino, hermano del juez asesinado Paolo, dijo: “Cuando finalmente se llegó a la etapa del debate en los procesos judiciales ‘Borsellino Quater’ y ‘negociación Estado-mafia’ creí que había llegado el punto al que había anhelado llegar desde hacía años. Finalmente en una sala de justicia se analizaba esa negociación que durante muchos años había sido solo supuesta o presunta, de la cual mis chicos del movimiento de las Agendas Rojas y yo hablábamos desde hacía mucho tiempo. Creía que había cumplido lo que me parecía imposible: el Estado que se procesa a sí mismo. Algunos valientes magistrados que ponen en riesgo sus vidas llegaron a poner al Estado detrás de las barras. Pero no fue más que una ilusión porque me di cuenta de que el Estado luego se absuelve a sí mismo: eso es lo que ocurrió con la sentencia sobre la falta de registro del escondite de Riina y con la sentencia de ayer con la absolución de Mori e Obinu, algo que me dejó profundamente desconcertado. Me desconcierta que la sentencia haya sido dictada en tan pocas horas, a menos que no haya sido escrita de antemano... es una derrota que sumo a otra sufrida en los últimos tiempos y que es mi exclusión como parte civil en el proceso judicial sobre la negociación Estado-mafia” prosiguió el líder del movimiento de las Agendas Rojas. Pero yo no me rindo y junto a mis jóvenes seguiremos luchando y presenciando, aunque sea desde afuera de la sala de justicia, seguiremos apoyando a estos valientes magistrados que van hacia adelante sin miedo y sin dejarse intimidar, estaremos siempre a su lado. Por suerte seguiremos siendo parte civil en el proceso judicial sobre el atentado de Via D’Amelio, porque pretendo saber qué ocurrió con ese despistaje y quién lo ordenó”.
Posteriormente Salvatore Borsellino manifestó otra preocupación: “Tengo miedo de que algún día tenga que escuchar, como en este caso con el proceso Mori, que también la negociación Estado-mafia no constituye delito, que era necesaria para salvar a los políticos y que Paolo fue sacrificado sobre el altar de la ‘razón de Estado’. Es algo que no podría aceptar. Espero que no ocurra y que los jóvenes que luchan junto a mi puedan algún día llegar a saber la verdad”.
Antimafia Duemila(Secretaría de Redacción de Italia)/Antimafia Dosmil (Redacción Uruguay)