viana1¿Un hecho delictivo más de nuestros días en la ciudad de Montevideo? ¿Un atentado contra su persona por cuestiones de su profesión? Conocida la noticia de este ataque, estas dos interrogantes comenzaron a recorrer la capital del Uruguay. El Fiscal Enrique Viana fue asistido en el lugar por personal médico de una emergencia privada y fue rápidamente derivado a un sanatorio privado –la Asociación Española de Socorros Mutuos-donde permanece internado, presentando dos impactos de bala a nivel de ambas piernas, en la región de la rótula. Su estado es satisfactorio y se recupera.
La Policía, por cierto,  inició una investigación. Los medios de comunicación, entretanto, comenzaron su ronda de especulaciones. No es para menos, porque el agredido es el Fiscal que de un tiempo a esta parte cobró notoriedad pública por formalizar dos demandas contra una empresa privada y el Estado uruguayo. En este caso la demanda  fue dirigida contra el Estado por ceder la soberanía a capitales extranjeros. Nos consta esta demanda porque la conocemos en toda su extensión considerándola como un muy bien fundamentado texto jurídico que satisface plenamente el espíritu del mismo en un contexto propio de un funcionario sumamente consciente de su labor como representante del Ministerio Público, que no tuvo reparo alguno en redactarlo, a criterio y con convicción, dentro de un esquema prolijamente expuesto y detallado. Una demanda que se hizo extensible a la empresa Montes del Plata.
Pero además, el Fiscal Enrique Viana, recientemente –y tomó estado público, como la anterior demanda- se fue contra el Ministerio de Salud Pública por la distribución en hospitales públicos, de medicamentos con efectos secundarios para los pacientes.
PoliciasEl proceder profesional de nuestro amigo y respetado Fiscal, también se hizo destacar en la sociedad uruguaya por encarar frontalmente temas relacionados con el medio ambiente, en su carácter de defensor. Pero un defensor perfectamente fundamentado en cada caso y en cada escrito. Un defensor del “Uruguay Natural” que no pocas veces dio a conocer aspectos no convenientes de la ya instalada papelera Botnia, para nuestra calidad de vida y para los parámetros jurídicos de una sociedad democrática que debería velar por la ciudadanía.
Y entre otras resoluciones o posiciones como Fiscal, Enrique Viana también se opuso  a la habilitación de contenedores como  alojamientos para los menores infractores internados bajo la órbita del Estado, a través del INAU.
La cuestión es que, tomando en cuenta todo este perfil  profesional, queda perfectamente claro que la idea de un atentado no se puede descartar. Por cierto un atentado encubierto de un intento de rapiña o de copamiento. Y la policía baraja ambas hipótesis, de ahí que el Jefe de la Oficina de Prensa de la Jefatura de Policía de Montevideo Inspector Dr. Juan Carlos Duré dijo al diario matutino El País que no se ha descartado una agresión vinculada a la profesión del Fiscal.
¿Quiénes desearían ver al Fiscal fuera de sus funciones?. La interrogante tiene, por ahora, una respuesta se traduce en los hechos con sabor a hipótesis múltiples ¿Fue un ataque más, a un ciudadano? ¿Los hombres que lo esperaban frente a su hogar sabían o no sabían quién era la víctima? Perfectamente puede ser una  coincidencia. Perfectamente puede no serlo. Perfectamente puede ser coincidencia  que los balazos fueran dirigidos a sus piernas. Perfectamente puede  haber ocurrido que las piernas fueran su principal objetivo.  Sabido es que proyectiles  disparados hacia  miembros inferiores son advertencia, en el  lenguaje mafioso. El Fiscal Viana reaccionó defendiéndose, buscando evitar que los desconocidos ingresaran a su casa. Y lo logró, felizmente por quienes estaban en la casa. ¿Pero en realidad cuáles eran las verdaderas intenciones de estos tres individuos de ropas negras portando  revólveres calibre 22?. La reacción del profesional seguramente desarticuló el cometido de los desconocidos. Para ellos fue un factor sorpresa que solo de milagro no derivo en tragedia. ¿Fue un intento de copamiento de vivienda, cómo los que frecuentemente ocurren en la ciudad de Montevideo? Puede ser. ¿Fue un atentado personal debido a su profesión y a sus resoluciones como Fiscal? ¿Por qué no puede ser? Los requisitos los tiene, por su posición de hombre público. Y si bien el abanico informativo alude a un hecho delictivo más de nuestros días, no pocas personas de conocimiento del Fiscal y no pocos colegas de los medios informativos, y no pocos profesionales del ámbito en el que se maneja Viana a diario, cubrieron el hecho con un manto de duda, viable, por otra parte.
De una forma o de otra, el hecho en sí y por su naturaleza, resulta extremadamente preocupante. Un hecho repudiable. Un hecho indignante. Un hecho que deja entrever la inseguridad reinante. Un hecho que deja entrever que el Fiscal estuvo a merced de tres malvivientes. A merced de manos criminales que no dudaron en balearlo, cobardemente, cuando ya estaba golpeado y en el piso. Cobardía típica, tal parece, de quienes se sienten amparados en la impunidad. Ahora solo resta saber, por la investigación en curso, cuáles fueron los verdaderos móviles del ataque. Un ataque, no obstante,  que se hizo a nuestra democracia. Un ataque que merecerá una investigación seria y detallada. Un ataque que –aún si se tratara de un hecho delictivo común y ajeno a la profesión de nuestro amigo Viana- denunciamos y censuramos, desde estas páginas, recordándole al Fiscal  que no se encuentra solo y que no está aislado, sencillamente porque su misión de hombre al servicio de la sociedad y de su ética de Fiscal de la República deberá seguir su curso diario, ignorando como corresponde, este pesado acto de  soberbia criminal, propia de nuestros días, en la sociedad uruguaya. Estamos junto a ti Enrique Viana.