Lo hacía con la sabiduría que le salía del alma, delatándola como mujer sensible, y esencialmente humana y comprensible con los desprotegidos y con los débiles. Sus reportajes empañaban su profesión de abogada, al punto que el Derecho  dio un paso al costado, cediéndole  terreno a la escritora. Una muy hábil,  de aquellos años de rebeldías, que la llevaron al exilio para no perder la vida. Era Una mujer de cultura y de vida, porque amaba la vida. Y porque la amaba –hasta el mango- la conocía y la describía con alegría y con coherencia.
MariaEstherGilioFotoMecGubUyMariaEstherGilioFotoPagina12María Esther Gilio, que nacía en el año 1928, nos dejó a los 83 años. Toda una vida dedicándole tiempo y conocimiento, al periodismo comprometido con el amor al prójimo,  con la justicia y la sensibilidad de las comunidades humanas víctimas del poder y de la opresión, de su tiempo y de nuestro tiempo. Una periodista que nació en el oficio de escribir en el semanario Marcha, en el que de la pintura pasó a la política, abriendo y cerrando puertas, que la sumergieron en el mundo del reportaje, como instrumento de su tenacidad y de su don de gente.
Inteligente y noble, con sus ideales y con sus principios, María Esther Gilio nos dejó huérfanos de su calidez de  combatiente de las causas sociales y de las luchas humanas. Su huella y sus frutos, no me llevan a otra cosa que homenajearla primero y a despedirla después. No obstante, estarás siempre. Aquí. Junto a nosotros.