"Las acciones de hoy (martes) en contra de nuestro redactor jefe Julian Assange no afectará a nuestras operaciones: difundiremos más cables esta noche como de costumbre", declaró WikiLeaks en la página de ´microblogging´ Twitter.
El australiano, de 39 años, cuyo sitio web está publicando miles de cables diplomáticos confidenciales de Estados Assange_detenidofoto_2Unidos, fue detenido al presentarse a la policía. Esta mañana llegó al tribunal bajo un fuerte operativo de seguridad y ante la masiva presencia de medios de comunicación.
El abogado británico del fundador de WikiLeaks dijo que su cliente estaba "bien" tras haberse entregado a la unidad de extradiciones de Scotland Yard en una comisaría de la capital este martes por la mañana.
"Fue muy cordial. Comprobaron su identidad. Están satisfechos de que sea el verdadero Assange y estamos listos para comparecer en el tribunal", dijo Mark Stephens a los numerosos periodistas.
Los abogados de Assange han anunciado su intención de luchar hasta el final contra su extradición a Suecia, por temor a que éste acabe siendo entregado a Estados Unidos. La batalla legal podría durar meses.
Assange_detenido_fofo_4Assange permanecerá detenido al menos hasta el 14 de diciembre, tras la decisión del tribunal de primera instancia de Westminster después de que el australiano anunciara su intención de luchar contra la extradición pedida por Suecia.
El juez Howard Riddle rechazó el pedido de puesta en libertad bajo fianza de Assange, pese a que tres personalidades británicas, entre ellas el director de cine Ken Loach, habían ofrecido 20.000 libras (31.600 dólares, 23.700 euros) cada una.
Assange, de 39 años, reiteró en esta primera comparecencia su intención de luchar contra su extradición a Suecia, que emitió una orden europea de captura contra él por presunta violación.
Sus abogados temen que si Assange es extraditado a Suecia, podría acabar siendo entregado a Estados Unidos.
La policía precisó por primera vez las acusaciones que le imputan las autoridades suecas: "Un cargo de coerción ilegal, dos cargos de acoso sexual y un cargo de violación, todos ellos presuntamente cometidos en agosto de 2010".
Stephens teme que una vez cerrado el caso en Suecia, Assange sea enviado a Estados Unidos, donde la indignación crece a medida que siguen saliendo a la luz a cuentagotas los comprometedores documentos.
Un periodista que trabaja para WikiLeaks declaró por su parte que el personal de las páginas web continuaba con sus tareas habituales.
"En términos de lo que está ocurriendo, todo va según lo previsto, todo seguirá saliendo como siempre", declaró a la AFP James Ball, que analiza documentos diplomáticos para WikiLeaks.
Assange, de 39 años, se entregó este martes por la mañana a la policía británica en Londres, que lo detuvo en cumplimiento de una orden de captura internacional emitida por la justicia sueca por sospechas de violación.
Los abogados británicos del australiano han dicho que las acusaciones suecas contra el fundador de Wikileaks pueden estar políticamente motivadas tras la filtración con cuentagotas de los comprometedores documentos.
Los intentos por silenciar a Assange y su página web se intensificaron en los últimos días, con el desalojo de la página de WikiLeaks de servidores en varios países, la cancelación de la cuenta que tenía para recibir donaciones en el popular portal de pagos por internet Paypal y el cierre de su cuenta bancaria en Suiza.
Assange_foto_4Cinco publicaciones en el mundo, entre ellos los diarios británico The Guardian, estadounidense The New York Times y español El País, han estado publicando a diario estos documentos desde hace 10 días y WikiLeaks dijo la semana pasada que tienen copias de muchos de los cables.
Assange también anunció días atrás que envió miles de cables codificados que podrían ser difundidos en caso de que él o su página web fueran silenciados.
"El archivo cablegate ha sido diseminado (...) a más de 100.000 personas de manera codificada. Si nos ocurre algo, las partes clave serán divulgadas automáticamente", dijo la semana pasada en una charla con lectores del diario The Guardian en la que prometió que "la historia ganará".