arrigoni-boatLas falsedades, las disparidades entre el decir y el hacer, el progresismo que no provoca ningún avance, el acrobatismo de los intelectuales, la manufactura desechable del heroísmo, todo esto dista mucho de la memoria de Vik. Por lo tanto los cien años y más estarán realmente marcados por su memoria. No todo será polvo de polvo, humo de humo. No todo está destinado al destructivo olvido de los medios de comunicación mentirosos y reticentes. Incluso en medio a la guerra de los cien años de hoy - éste es el metro realista para la Tierra Santa- es posible distinguir cuanto puede durar. El sueño de Vittorio durará por mucho tiempo y se burlará de las ilusiones de seguridad puestas en los medios militares. Pero su ausencia nos plantea un interrogante, nos pregunta qué es lo que estamos dispuestos a hacer para que “sigamos siendo humanos”, mientras el poder moviliza enormes recursos para deshumanizar amigos y enemigos.

Dado que Palestina está sobrecargada de mensajes y símbolos históricos y religiosos que se estratifican y superponen, llama la atención la analogía del Vittorio Vencedor con la  theologia crucis. El mundo está abandonado a la fragilidad del hombre. Para los cristianos el verdadero representante de Dios no es un rey sentado en su trono, es un hombre crucificado. En ese hombre ven a Dios. Pero quien mira a ese hombre no ve nada más que el hombre mismo. De la misma forma el optimismo de los sueños de Arrigoni no justifica  ni determinismos, ni credos  enajenados, ni banderas que renieguen de lo humano. Es precisamente por ello que Arrigoni era un testigo molesto en vida y todavía lo sigue siendo a un año de su muerte.
No nos tiene que sorprender que el proceso en Gaza contra sus asesinos no avance. Ninguno de los actores más poderosos del drama del Cercano Oriente parece tener prisa por solucionar los misterios del delito: un importante delito político. Así como para otros crímenes de este nivel, también para Vik el misterio parece esconder inconfesables convergencias de intereses, con sujetos improbables que aparecen de la nada en el suelo de Gaza para cumplir la ejecución dejando en la oscuridad a los ideólogos, coordinados por comandos aún más irreconocibles. No olvidemos que el asesinato de Arrigoni ocurrió en plena rebelión, la cual modificó la ribera sur del Mediterráneo y el Cercano Oriente, cambió las alianzas, alterando los apoyos políticos de los movimientos, estipuló nuevos compromisos. Uno de los hechos más relevantes que contamina forzosamente la temporada de las revueltas árabes es la reviviscencia de grupos armados salafitas, subvencionados por las monarquías petroleras del Golfo y aliados con las acciones de los países de la OTAN. En otro momento podrían haber sido encuadrados en el espantapájaros de al-Qaeda, pero ahora no. ¿Porqué?
A finales del 2010, pocos meses antes del crimen de Arrigoni, en Arabia Saudita volvía a relucir la estrella del príncipe Bandar bin Sultan, hombre fuerte de los servicios secretos que por un período había sido apartado, pero que fue inmediatamente capaz de sacar provecho - con la ayuda de Washington - de la enfermedad del rey Abdallah. Lo primero que hizo Bandar, apenas ocupó su cargo, fue reactivar sus redes de hombres, con armas y terroristas. Estas redes fueron protagonistas directas en Libia, Líbano, Siria y Palestina, con muchos grupos fanatizados, ideológicamente anti-sionistas, pero capaces de crear fuertes convergencias de intereses con Israel.

arrigoniEl grupo que perpetró la brutal ejecución de Vittorio Arrigoni fue uno de los muchos  galvanizados de improviso por la nueva estación política. Las monarquías petroleras del Golfo comprendieron inmediatamente que ellas también podrían ser arrastradas por las revueltas. Al instante pusieron a disposición recursos excepcionales, jugando con cierta habilidad en varios campos: ya sea el del desorden (el terrorismo reconducible a sus canales de abastecimiento) como  el de la estabilización (en clave sunita, con los Hermanos Musulmanes). La estabilización tenía que encontrar hasta una unión con los grupos moderados del islamismo político turco de Recep Tayyip Erdogan. Estos cambios también provocaron un profundo efecto en la Gaza de Hamas, que cambió sus alianzas internacionales con sorprendente velocidad.
La alianza con la Siria laica por parte de los integristas del movimiento islamista palestino se debió sobre todo a una elección “por falta de algo mejor”, que también convenía a Damasco en clave anti-israelíta.
En el ínterin surgió una potencia que aspira a hegemonizar Sunnah, Turquía, un miembro de la OTAN que se ha llevado como dote su bonita medalla de  muertos de la Freedom Flotilla*, y con la ambición de domar al demonio integrista en clave moderada, a costa de liquidar una alternativa laica como la de Assad y de soportar a los cuchilleros jihadistas en las nuevas coaliciones inestables que van al poder.

Hamas se convierte en un punto primordial entre Turquía y las monarquías árabes, que ahora la llenan de petrodólares bien frescos, y así gana posiciones en el campo. Quizás se llegue incluso a crear el Estado palestino. Probablemente un Bantustan*.
Una perspectiva contra la cual Arrigoni y Juliano Mer-Khamis, el pacifista “100% judío y  100% palestino”, también asesinado hace un año, habrían luchado sin lugar a dudas.
La gran cantidad de ciudades que hoy recuerdan a Vittorio seguirán haciéndolo porque por mucho tiempo hará falta el sueño poético y concreto de quien se opone a la fuerza de la opresión. Sus palabras fueron: “Seguiremos haciendo de nuestra vida poemas, hasta que la Libertad será clamada sobre las cadenas rotas de todos los pueblos oprimidos”.

* La Freedom Flotilla fue atacada por el ejército israelí el 31 de mayo 2010, mientras transportaba ayudas humanitarias a Gaza. Hubo varios muertos y heridos, también pacifistas turcos.
* Bantustán: reservas de nativos en Sudáfrica

http://www.megachip.info/tematiche/guerra-e-verita/8076-il-vincitore.html 

Link mensaje Vittorio Arrigoni, un justo pacifista:

http://www.unpuntoenelinfinito.com/mensajes-2011/3406-vittorio-arrigoni-un-justo-pacifista.html