Por esta razón la ONU ha estimado que tú eres la persona justa para ir a cortar la cabeza del pulpo centroamericano. Como sucedía en Italia en el pasado, también en estos países o incluso más, la mafia droga a la democracia, hace que se vuelva un falso simulacro de principios sagrados. Y democracias no verdaderas, narcodemocracias, inciden sobre las economías de todo el mundo, falsean los principios de la libre circulación de las mercancías”.
Era el 22 de julio cuando Domenico Gozzo escribía una carta abierta a su amigo y colega Antonio Ingroia en mérito a su decisión de aceptar un prestigioso encargo de las Naciones Unidas en Guatemala contra el narcotráfico por un período de un año
“Te pido que te quedes –escribía el procurador adjunto de Caltanissetta-, y lo hago aunque egoistamente pudiera sacar ventaja –como te he dicho- de que tu cargo se quede libre para presentar una solicitud y volver a ‘nuestra’ Palermo. Realmente no te lo pido porque tus otros colegas palermitanos no sean capaces de continuar trabajando por si solos. Estoy seguro que su profesionalidad, en todo caso, sabrá salir adelante. Te lo pido porque –desde mi observatorio privilegiado de Caltanissetta, por las investigaciones sobre los atentados- sé bien que a menudo la acumulación de múltiples motivaciones en contra de una persona, incluso de distintas organizaciones criminales, y también de instituciones para-mafiosas, es la clave de todos los estragos. Mientras no se entre en el “juego grande”, mientras no exista la convergencia de múltiples intereses en la eliminación de alguien, el atentado no tiene lugar. Y tú, que aquí ya estás tan expuesto, también desde el punto de vista terrorista, yendo a centro América podrías estimular (involuntariamente, ¡está claro!) esa convergencia de intereses que yo temo en este momento”.
Estos fragmentos de la carta de Nico Gozzo, actualmente –cuando Antonio Ingroia ya se ha instalado desde hace un mes en su oficina en Guatemala- reabre  el debate sobre una cuestión muy delicada: los riesgos de un atentado contra Ingroia. Por una parte hay razones muy serias que hacen propender por la posible actuación de un plan que contempla la eliminación del magistrado. En compensación hay un motivo que tiene la misma validez por el cual no se llegue a perpetrar una acción violenta contra el neo dirigente de la unidad investigadora especializada en la lucha contra el narcotráfico y en la lucha contra las impunidades de los criminales políticos y de los dictadores del Guatemala (CIGIG). Analicemos ambas.

En este momento el doctor Ingroia no puede ser asesinado por la misma convergencia de intereses que generó la eliminación de Falcone y Borsellino, es decir Cosa Nostra junto a los poderes fuertes (desde siempre conniventes con la mafia), por ser un “obstáculo” para la segunda República. Antonio Ingroia (así como algunos magistrados de Palermo y de Caltanissetta) representa un símbolo, un enemigo, no solo para las grandes organizaciones criminales como Cosa Nostra, sino sobretodo para los poderes fuertes de nuestro País que temen que regrese a Italia listo para retomar en sus manos la investigación sobre la negociación y sobre los sistemas criminales (quizás con encargos directivos superiores), y quien sabe si con un nuevo hábito istitucional. No estamos, por lo tanto, frente a la posibilidad de un atentado contra un “obstáculo” objetivo, sino más bien de un atentado “preventivo”. En este caso se unirían aquellas fuerzas político-criminales que no quieren dejar el País en manos de un ESTADO formado por personajes integérrimos, justos, plasmados por la ética de la justicia y por el respeto de la ley, sino que privilegian a personajes de “transición” o que pertenecen a la “casta”. E Ingroia no es claramente un personaje de “transición”. ¿Pero quienes son estos poderes que se opondrían a la creación de una Tercera República en la cual el gobierno y la magistratura trabajarían como poderes independientes del Estado, pero unidos en la lucha contra la mafia? Seguramente el poder financiero, los que lavan el dinero negro, la política corrupta, junto con esa pequeña pero poderosa parte de la magistratura connivente y politizada, las masonerías desviadas, una parte de los altos cargos del Vaticano (que ya son protagonistas de escándalos del pasado empezando por el del Ior y otros); una verdadera convergencia de intereses nacionales e internacionales.

En este momento los grandes traficantes de droga son las organizaciones criminales de América Central (Méjico, Colombia, Venezuela) junto a la ‘Ndrangheta y a los poderosos boss mafiosos americanos (que no provienen solamente de las históricas 5 familias sicilianas, sino que son la expresión de una mafia multimillonaria “legalizada”). Éstos detentan el poder sobre el tráfico de cocaína en lo que concierne la parte occidental del planeta.
La ‘Ndrangheta junto al Cartel colombiano y al mejicano son los patrones del tráfico de cocaína mundial, Cosa Nostra participa de estos tráficos a nivel de “prestigio”  debido a que representa a la “madre” de todas las mafias, y a nivel de “influencia” por medio de inversiones económicas (muchas) y de hombres (pocos). Actualmente el rol de Cosa Nostra está personificado por el fugitivo Matteo Messina Denaro quien, junto a su clan, participa activamente en el tráfico internacional de cocaína. El clan de Matteo Messina Denaro mantiene el contacto directo con Venezuela y Estados Unidos de América. En este momento a Cosa Nostra y a la ‘Ndrangheta no les interesa matar a Ingroia, tampoco si se encuentra en Guatemala. De la misma manera, las grandes organizaciones ciminales mejicanas y colombianas, por el momento, no piensan en eliminar a Ingroia, pero si este último persevera en la metodología de represión que ha emprendido desde el momento en que se instaló como dirigente del CIGIG, entonces la convergencia de intereses criminales en su contra pudiera activarse.
A una parte del poder nacional y a una parte del poder internacional les interesa por consiguiente que las actividades extranjeras e italianas del magistrado palermitano no les obstaculizen. La parte del poder internacional tiene todo el interés en eliminar a Ingroia precisamente por su objetivo de desenmascarar a los impunes de la dictadura de Guatemala que son los mismos que han invertido en los grandes tráficos de estupefacientes. Estos personajes están en contacto con los Carteles colombianos y centroamericanos. No olvidemos que en este momento Antonio Ingroia es un magistrado muy popular y por lo tanto su eliminación podría posiblemente sublevar indignación a nivel internacional. Quien sin embargo ya está “irritado” al punto de “pedir” la muerte del magistrado es el próximo poder que se confirmará en Italia y que a la fuerza deberá encontrar un acuerdo con la mafia. ¿Pero quien está buscando un acuerdo con la mafia? ¿Beppe Grillo? No. ¿Antonio Di Pietro? No. ¿El centroderecha? Si. ¿El centro izquierda? Si. Merece una mención a parte el neo-presidente de la Región Sicilia, Rosario Crocetta, el que, si mantiene sus promesas de completa intransigencia respecto a la mafia, se convertirá él mismo en un “obstáculo” que remover. Por nuestra parte deseamos fuertemente que el neo Gobernador mantenga todas sus promesas y que el Estado esté presente para protegerle.

Recapitulando. Con el homicidio preventivo el sistema criminal del poder quiere impedir que Antonio Ingroia llegue a ocupar cargos directivos importantes en campo judicial al frente de la investigación sobre la negociación Estado-mafia, así como encargos institucionales que puedan poner en peligro a los poderes criminales que condicionan al Estado. Si los poderes que desde siempre están en colusión con la mafia tuvieran la certeza de que Ingroia ocupará dichos cargos provocará la habitual convergencia de intereses para hacerle matar involucrando a los narcotraficantes guatemaltecos, a los carteles mejicanos, a la ‘Ndrangheta y a Cosa Nostra.
De la misma manera el nuevo poder que entrará en juego en Italia podrá solicitar la eliminación del magistrado siempre como “prevención”. Por su parte Cosa Nostra podrá replicar que no desea efectuar el homicidio en Sicilia para evitar la consecuente reacción del Estado que golpearía a una organización ya penalizada por los arrestos de los grandes jefes mafiosos, y sugeriría como localidad precisamente Guatemala. Y será precisamente Matteo Messina Denaro el que impedirá que se haga en Sicilia para evitar que Cosa Nostra sea definitivamente anulada.
El mismo tema vale para la ‘Ndrangheta’ que se guardaría bien de matar a un magistrado en su tierra sabiendo perfectamente la reacción en cadena que se desencadenaría, y optaría también ella por una acción violenta fuera de Italia. Es decir que el homicidio en Guatemala sería organizado en colaboración entre los carteles de América Central, la ‘Ndrangheta y Cosa Nostra. A los ideólogos habría que individualizarlos entre los impunes de Guatemala, la cúpula de Cosa Nostra, la cúpula de la ‘Ndrangheta, por solicitud de los poderes fuertes nacionales. No por casualidad entre Guatemala, Méjico, Colombia y Venezuela resultan los más grandes tráficos internacionales de nuestras mafias y de nuestros poderes fuertes. Si Ingroia se hubiese ido a otro País, aunque hubiera guerras civiles u otros problemas, pero lejano de estos negocios multimillonarios (en euros) no arriesgaría la vida como en cambio sucede en Guatemala.
Ingroia está entrando en lo que Giovanni Falcone definió el “juego grande” y se ha vuelto “demasiado” famoso, “demasiado” conocido y “demasiado” peligroso. También a potentados criminales que obran en los Estados Unidos les convendría la eliminación de Ingroia porque con su trabajo en Guatemala comprometería inevitablemente el consumo de cocaína en Estados Unidos de América, considerado el primer país consumidor de cocaína en el mundo. Algunos criminales americanos no apreciarán por lo tanto el trabajo de Ingroia que contribuirá a hacer arrestar a los principales proveedores de esta droga en América donde el consumo de la misma involucra pesadamente a todos los niveles sociales.
Lo mismo vale para la masonería desviada en Italia –que se está preocupando por ganarse un lugar en el nuevo orden de poder– no tolera a Antonio Ingroia, además la izquierda institucional con la falta de aprobación interna de Magistratura Democrática, ha dado la señal clara de haberle abandonado y no apoyaría jamás una eventual candidatura suya.

Según el fundador del diario Repubblica, Eugenio Scalfari, sería como para dar “escalofríos” y “expatriar” si Ingroia asumiera un encargo de gobierno. Es un mensaje inconfundible que demuestra que una cierta prensa está preparando el terreno respecto de una eventualidad que terroriza al sistema criminal de poder. Similes proclamas recuerdan los temores del libelista Lino Jannuzzi a propósito de Giovanni Falcone si hubiese llegado a ser procurador nacional antimafia y Gianni de Gennaro jefe de la Dia (Dirección Investigadora Antimafia). En aquél caso el mismo Jannuzzi escribió que Falcone y De Gennaro eran “los mayores responsables del debacle del Estado frente a la mafia” y que por lo tanto había que estar atentos a “dos Cosa nostra, la que tiene la Cúpula en Palermo y la que está por instalarse en Roma... Será prudente tener en mano el pasaporte”.

La segunda posibilidad con la cual hemos abierto esta reflexión tiene que ver con los motivos por los cuales afortunadamente por el momento no sería plausible poner en práctica este proyecto de muerte. ¿Por qué no lo hacen? Por el momento la ‘Ndrangheta –aunque se encuentre bajo presión por parte de la magistratura y de las Fuerzas del orden- conserva el 80% del patrimonio del mundo constituido por miles de millones de euros y no tiene interés en hacerlo. Cosa Nostra y los carteles de Centro América por el mismo motivo.
Sin embargo los poderes fuertes de los estados en cuestión podrían imponerselo. Tomar o dejar: o lo hacéis o los eliminamos. A este punto puede nacer una negociación entre organizaciones criminales y poderes fuertes. Los estados-mafia están dispuestos incluso a soportar una revolución popular que se generaría después del homicidio de Ingroia, mejor arriesgar que ver obstaculizados sus proyectos criminales. En sus planes existe la certeza de que después de unos meses todo volvería a la normalidad. Pero tienen también la certeza  que verse un día a Antonio Ingroia como Procurador nacional antimafia, o como jefe de una fiscalía antimafia podría representar el comienzo del fin de Cosa Nostra, la cual, al igual que otras mafias, es consciente de que sin el apoyo de esos poderes representados por un Estado-mafia –reforzado por las grandes economías ilegales- puede considerarse acabada. Y esos mismos poderes saben que pueden llegar, mediante una verdadera negociación con Cosa Nostra o con la ‘Ndrangheta, incluso a ordenar a las organizaciones criminales la ejecución de un atentado.

Si, gracias a Dios, estos sistemas criminales no tienen todavía la fuerza para realizarlo es solo porque no se han cerrado todas las convergencias. La pregunta que queda pendiente es: ¿hasta cuando?

Somos conscientes de que un análisis como este podría desencadenar la ironía de muchos personajes que interactúan amablemente con el “cuarto” y el “quinto” poder, para éstos nosotros representamos una antimafia “complotista”, retórica, dietróloga e incluso “fanática”. Más allá de esto seguimos considerando, aún con más convinción, que el rol que nos compete a nosotros los cronistas es el de informar y por lo tanto luchar para evitar que las “cremalleras” de la muerte se cierren en perjuicio de los últimos baluartes de la justicia que hombres como Antonio Ingroia encarnan.

Nota:
* Lista Arancione (Lista Anaranjada): Nuevo movimiento político liderado por el ex magistrado Luigi De Magistris