Junto al procurador de Caltanissetta Sergio Lari está sentado el procurador nacional antimafia Piero Grasso. A su lado, los consejeros de la Dirección Nacional Antimafia Maurizio de Lucia y Gianfranco Donadio, los procuradores agregados de Caltanissetta Nico Gozzo y Amadeo Bertone, el director de la Dirección Investigativa Antimafia Alfonso D’Alfonso y el jefe de la Dirección Nacional de Caltanissetta Gaetano Scillia. Después de casi cuatro años desde que nació la colaboración de Spatuzza las detenciones de hoy  inauguran  un itinerario judicial que desembocará en un nuevo proceso por el atentado de Via D’Amelio. Un itinerario fruto de un trabajo mastodóntico realizado en estrecha colaboración con la Dirección Nacional de Antimafia  de Caltanissetta.
Los investigadores han estudiado unas 350 carpetas relativas a  28 procedimientos penales inherentes el atentado de Via D’Amelio; 260.000 han sido las interceptaciones realizadas, 300 exámenes testimoniales, 30 colaboradores de justicia han sido interrogados, algunos de ellos  puestos de nuevo cara a cara, por no hablar de las numerosas inspecciones y verificaciones técnico-científicas. Gracias a las declaraciones del neo colaborador Fabio Tranchina ha salido a la luz que habría sido el jefe mandamento de Brancaccio, Giuseppe Graviano, el que apretó  el interruptor del mando de distancia conectado con el coche bomba desde detrás de un pequeño muro al final de la calle Via D’Amelio. Cae definitivamente la hipótesis del Castillo Utveggio, cuál posible sede desde la que los killer de Cosa Nostra habrían podido observar la llegada del juez en Via D’Amelio para después apretar el interruptor.
Y Piero Grasso pone precisamente la atención  sobre la función neurálgica de la familia mafiosa de los Graviano en el atentado que costó la vida al juez Paolo Borsellino y a cinco agentes de su escolta, Emanuela Loi, Eddie Walter Cosina, Agostino Catalano, Vincenzo Li Muli y Claudio Traina. El procurador nacional antimafia subraya cómo en estas investigaciones ha emergido específicamente el papel fundamental de los Graviano y del mandamento de Brancaccio, en la organización del atentado del 19 de julio de 1992. El magistrado palermitano explica como dicho rol criminal del ‘92 sea el mismo que Giuseppe Graviano revistió en los atentados del ‘93 en cuanto da la imagen de una “estrategia de atentados” que “empezando con el homicidio Lima* llegó hasta enero del ‘94 con el fallido atentado contra el Estadio Olímpico”. Por su parte Sergio Lari habla de la dificultad de haberse encontrado con “piezas faltantes” en un mosaico que en parte ya estaba compuesto por “piezas falsas”. El proceso de revisión para aquellos que han sido condenados en base a las falsas declaraciones de Vincenzo Scarantino, aunque sujeto a tiempos para nada breves, se hará.
 Las detenciones actuales ponen en marcha de hecho un iter judicial que se concluirá con nuevas sentencias. Para Lari estas investigaciones representan “el último horizonte” para hacer luz sobre un atentado entre los más anómalos que la historia de nuestro país recuerde. Un atentado nacido de esa “negociación” que el mismo Gip (Juez para las Investigaciones Preliminares), Alessandra Buenaventura Giunta, reconoce acogiendo la solicitud de la Dda de la Fiscalía de Caltanissetta.
 “Los tiempos del atentado - escribe el juez – fueron ciertamente influenciados por la existencia y la evolución de la asi llamada negociación entre hombres de las Instituciones y Cosa Nostra”. El nuevo proceso por el atentado de Via D’Amelio concernirá no solamente a las personas arrestadas esta noche, sino también a los mismos Tranchina y Spatuzza. De la misma manera se delinea un próximo encausamiento de los sujetos considerados responsables de calumnia agravada (Vincenzo Scarantino, Francesco Andriotta y Salvador Candura. Para Lari es siempre determinante descubrir las razones por las que se llegó a determinadas soluciones investigativas “que llevaron a condenas de personas que después han sido excarceladas". El procurador de Caltanissetta hipotiza dos claves de interpretación. La primera hipótesis contempla la posibilidad de un “clamoroso error investigativo respaldado de manera poco límpida con la colaboración de Francesco Andriotta” que “ha conllevado una reacción en cadena”, una serie de “errores de evaluación por parte de todos los jueces”; un “fallido funcionamiento del sistema en su conjunto”, no solamente en la fase investigativa, sino también “en la fase de análisis que fue efectuado sobre aquellos resultados investigativos ante los jueces”. La segunda hipótesis, la que más pesa principalmente sobre la fiscalía de Caltanissetta, concierne en cambio a la posibilidad de que se haya tratado de un real “desvío de información”. Y justo, el filón que concierne al papel de los agentes del pool Falcone y Borsellino, (dirigido por el difunto Arnaldo La Barbera), en este posible “desvío de información” queda abierto, tal como la investigación sobre la desaparición de la agenda roja de Paolo Borsellino.
 El procurador Lari hace mención sucesivamente del grave riesgo de que pueda entrar en juego la prescripción en lo que se refiere al fascículo relativo a las investigaciones sobre el fallido atentado en Addaura*. La posibilidad de que un capítulo muy delicado como éste pueda convertirse en el enésimo misterio insoluto de nuestra historia preocupa abiertamente la fiscalía nissena.
 Respecto a la figura de Massimo Ciancimino la evaluación del Dda Nissena es bastante severa. En cuanto al hijo de don Vito Ciancimino los magistrados manifiestan “un juicio final sustancialmente negativo sobre la fiabilidad intrínseca”. Pero en la ordenanza el Gip reconoce que Ciancimino jr “ha contribuido a despertar la memoria de personas que, incluso no habiendo sido directamente llamadas en causa por él, quizás temían que estuviera en conocimiento de hechos inherentes a la negociación de la que ellos fueron testigos privilegiados y que en precedencia no revelaron nunca a nadie”. Un detalle no indiferente sobre el que habrá mucho que escribir todavía. Así como en lo que concierne a  entidades externas a Cosa Nostra - todavía impunes - que han sacrificado sobre el altar de una razón de Estado la vida de magistrados como Paolo Borsellino y muchos otros inocentes. 
* Addaura: Localidad del fallido atentado contra el juez Falcone en el 1989 
* Salvo Lima: Político italiano y parlamentario siciliano asesinado en el 1992.