PresidentedeMxicoFelipeCaldernfoto1ViolenciaenMxicofoto2Declaró una lucha sin cuartel contra los criminales nada más tomar posesión, convirtió la batalla contra los narcotraficantes en la prioridad de su gobierno y hoy, entrando ya en la fase final de su mandato, los resultados todavía no reflejan el esfuerzo realizado, los ciudadanos se han hartado de las balaceras, de los decapitados, de los muertos sin sentido, de la sensación de inseguridad en algunas ciudades, del estado de angustia permanente.
ViolenciaenMxicofoto3Desde que asumió en 2006 hay más de 30.000 muertos por la violencia de las bandas criminales asociadas al narcotráfico y su progresión es geométrica: el año pasado fueron el doble que el anterior, y el triple que en el ejercicio precedente.
ViolenciaenMxicofoto4El presidente comienza a intuir que el juicio último de los ciudadanos sobre la guerra contra el narcotráfico determinará su posición en la historia como presidente de México, independientemente de sus otros logros, que en realidad no son pocos.
Desde que está al frente del país logró una recuperación económica brillante después de la crisis global, una consolidación de la imagen de ViolenciaenMxicofoto5estabilidad económica de México en los mercados internacionales, avances notables en sanidad, educación y en la mayoría de los indicadores sociales, pese a la enorme desigualdad social que aún lastra el país.
Todas esas razones hacen de la violencia un asunto espinoso para el presidente. Pero igual responde sin aspaviento.
"El hecho es que cuando yo llego a la presidencia me doy cuenta del enorme poder que han adquirido los criminales, y también entiendo que una parte medular del poder que adquirieron fue por omisión. O por asumir que puede haber cierto tipo de entendimiento con ellos. El problema es que en los lugares donde imperaba esa cultura es donde no sólo más avanzaron, sino también donde resultan más violentos", explica.
ViolenciaenMxicofoto6Fue un día en Los Pinos, la residencia oficial del presidente de México, muy al principio de su mandato, cuando Calderón mantuvo la siguiente conversación con uno de los 30 gobernadores del país:
"Oiga presidente, por favor, ayúdeme a sacar a los criminales que están metidísimos en mi Estado", le dijo aquél.
"Mira gobernador, te lo digo con afecto y con respeto. Un día tú dejas entrar a tres muchachos a la cochera de tu casa, y le dices a tu esposa: mira, me han dicho que se van a portar divinamente, van a molestar un poco en la cuadra, no se van a meter. Luego pasa el tiempo, y te le encuentras a uno de ellos abriéndote el refrigerador, comiéndose el sándwich que te venías antojando desde que saliste de tu oficina, y dice, perdón, buenas noches. Y luego te lo encuentras justo un día que estás cansado y te quieres echar un baño, en la bañera. Ah perdón, no quise interrumpir. Y un buen día que ya te lo encontraste con tu ropa y en tu recámara, ya no lo cuentes más. Vienes y me ViolenciaenMxicofoto7dices: oye, por favor, ayúdame a sacarlo. ¿No te parece que es un poco tarde?"
Calderón asume que es posible que alguien en la política albergue la tentación de llegar a algún tipo de pacto de coexistencia con los criminales, algo que ha salido recientemente en la prensa local.
Asegura que "la cultura política en México antes preveía que la solución era arreglarse con los criminales y ya. Cosas que encajan en la vieja cultura política donde la corrupción era un engranaje modular. Entonces el acuerdo era, `yo no te veo porque ese es un asunto federal.... tú no me ves, todos contentos. No me meto contigo, tú no te metes conmigo y se acabó`".
El mandatario se muestra contrario a esa visión "que todo el mundo dice rechazar", pero teme que la tentación "prevalezca en algunas partes de la cultura". Si las cosas son así, sugiere entonces el presidente mexicano, "el único arreglo posible entonces sería un presidente que dé las llaves a los criminales y les diga `mira, haz exactamente lo que quieras, pero con ciertos límites`".
Fuente. El País de Madrid