
Desde hace varios años funciona en Uruguay el Comité de Erradicación del Trabajo Infantil (CETI), integrado por organismos públicos,

Según Ferrando, las iniciativas que presente este consultor deberán apuntar a dos objetivos: la formalización del trabajo de los recolectores de residuos con la intervención de organismos estatales, y elaborar un plan de apoyo a sus familias para que puedan enviar a adolescentes y niños a los centros de enseñanza.

El problema del trabajo infantil y la falta de oportunidades para miles de niños y jóvenes empleados en esta actividad informal fue discutido en un foro realizado el viernes 1° en el Salón de Actos del IMPO. El taller, que fue cerrado por los ministros Eduardo Brenta (Trabajo) y Ana Vignoli (Desarrollo Social), se denominó: "Plan de Acción para erradicar el Trabajo Infantil en los clasificadores de residuos".
A partir de datos elaborados por el Instituto Nacional de Estadística, se calcula que trabajan el 7,9% de los niños y adolescentes -unos 40.000-, de los cuales un 5,4% lo hace cumpliendo tareas cerca de su casa y el porcentaje restante lo hace cumpliendo jornadas afuera de la vivienda.

El reciclaje de restos domiciliarios y, por ende el trabajo infantil, ocurre en el Área Metropolitana. En los barrios periféricos de Montevideo se clasifica basura que recolectan los carritos. "El fenómeno de la capital también se repite en San José, Canelones y hasta en Maldonado", dijo Roballo.
Indicó que, en el interior del país, la recolección de residuos se visualiza en los vertederos municipales.
Según constataron funcionarios de la Intendencia de Montevideo, en muchos asentamientos hay criaderos clandestinos de chanchos para aprovechar la basura orgánica donde también se emplean menores entre 5 y 17 años de edad.

"Se dejará de lado los planes individuales y de impacto relativo hechos por distintas entidades por una estrategia interinstitucional de alto impacto a mediano plazo que compromete recursos del Estado", advirtió.
Roballo señaló que, con la mejora de los indicadores económicos y sociales del país, se transforma "en un imperativo ético impostergable" el abordaje por parte del gobierno del problema de la recolección de residuos con un impacto real que "no se resuelve" solo con erradicar el trabajo infantil.
Según el Instituto de Estadísticas, 51.000 personas dejaron de ser pobres y otras 16.600 abandonaron la indigencia en 2010, cuando la economía local registró una expansión de 8,5%.
Fuente: El País/Eduardo Barreneche