Foto_1_Norcorea_atentaFoto_2_norcorea_atentaBeijing, aliado del régimen comunista de Pyongyang, sugirió que los seis países que participan en las negociaciones sobre el programa nuclear norcoreano (las dos coreas, EE.UU., Japón, Rusia y China) se reúnan a principios de diciembre y advirtió que la comunidad internacional está “profundamente preocupada” respecto a la situación actual en Corea, según declaró Wu Dawei, principal negociador chino en esta materia.

Pero Corea del Sur respondió con cautela a la propuesta. El Ministerio del Exterior dijo en un comunicado que la iniciativa debía ser “revisada con mucho cuidado” y destacó que el reciente anuncio de Corea del Norte de una instalación nueva para el enriquecimiento de uranio tenía “repercusiones negativas” en los esfuerzos tendentes a la reanudación de las conversaciones.

Foto_4_norcorea_atentaFoto_3_Norcorea_atentaLa crisis escaló el martes pasado, cuando Corea del Norte bombardeó la isla de Yeonpyeong, que pertenece a Seúl según la frontera marítima establecida tras la guerra de Corea (1950-1953), pero que Pyongyang no reconoce.

El ataque dejó cuatro muertos surcoreanos –dos militares y dos civiles– y una veintena de heridos. Seúl respondió a la agresión con fuego de artillería. Fue el ataque más feroz desde la guerra.

Cinco días después, Seúl y Washington comenzaron ayer maniobras militares conjuntas en el mar Amarillo, que se extenderán hasta el miércoles. Ante estos ejercicios –en los que participa el portaaviones nuclear estadounidense George Washington, que puede transportar 75 aviones–, Pyongyang prometió responder “sin piedad” a cualquier intrusión en su espacio marítimo soberano. Y advirtió de las “consecuencias imprevisibles” de estas operaciones en sus costas.

Fuente: Seul.AFP/ANSA/DPA