El “vicio de la memoria que los jóvenes corren el riesgo de perder” retumba fuerte en la introducción del moderador del evento, Padre Salvatore Resca, sacerdote decididamente “progresista” además de fundador y animador de Cittàinsieme.
“Las intuiciones y los temores de Paolo Borsellino – destaca Resca - son los temores de los sicilianos a los que les importa nuestra isla.” Por su parte el rector de la facultad de Lenguas , Nunzio Famoso, comienza deseando un buen trabajo al nuevo fiscal Giovanni Salvi, quien trabajará “en una ciudad terrible como Catania”.
“La mafia – subraya el profesor Famoso - vive en sintonía con el Estado”, adentrándose luego en una amarga consideración sobre un Estado que está siempre listo “para delegar a otros la lucha en contra de la mafia” de la misma forma que favoreció la soledad y el aislamiento de Paolo Borsellino. Recordando a un verdadero “profeta” y maestro del periodismo como Pippo Fava, Giorgio Bongiovanni comienza su ponencia retomando algunos pasajes iluminadores de la última entrevista al director del periódico “I Siciliani”, realizada por Enzo Biagi. “Los mafiosos están de seguro en otros lugares y en asambleas muy diferentes - decía Pippo Fava el 28 de diciembre de 1983, una semana antes de ser asesinado -. Los mafiosos están en el Parlamento, a veces son ministros, banqueros, son quienes en este momento están en los puestos más altos de la nación”. Palabras proféticas que le costarían la vida. “Cuando veo al señor Saverio Romano o al señor Marcello Dell’Utri – subraya con fuerza Bongiovanni – pienso nuevamente en Pippo Fava y en el hecho de que él tenía razón.”
El sentimiento de rabia y profunda indignación aumenta de nivel a medida que el director de Antimafia Duemila profundiza su análisis sobre la negociación y sobre lo que define como un “Estado-mafia” que se disputa el poder con Cosa Nostra, asesinando a sus más fieles servidores. La referencia a los últimos violentos ataques hacia el fiscal Antonio Ingroia “reo” por haberse definido “un partisano de la Constitución” introduce la fuerte provocación de Bongiovanni, marcada por una efectiva toma de posición de disociarse de un “Estado-mafia” como éste, para poder ser él también un “partisano” de nuestra Constitución.
A continuación, el co-autor del libro sobre Paolo Borsellino explica el génesis del perverso “pacto” entre Totò Riina y el Estado que tenía como objetivo dividir a Italia en tres partes dejando al Sur y a su economía en las manos de la mafia. Posteriormente Bongiovanni hunde el dedo en la llaga de un Estado sospechado de haber hecho matar a la mujer de Nitto Santapaola para evitar que el boss de Catania se llegara a arrepentir, revelando así sus conexiones con el mundo político-empresarial y la “cobertura” de la cual gozaba en el pasado por parte de un sector de la magistratura de Catania.
Según la reconstrucción de Bongiovanni si Santapaola hubiera hablado la economía de la capital etnea habría colapsado. Y esto no era, (y no es) admisible. “Cuando conozcamos toda la verdad sobre el atentado de Via D'Amelio - concluye el director de Antimafia Duemila - este País se derrumbará, pero nosotros seremos libres y frente a la libertad habrá valido la pena”.
Toma la palabra Lorenzo Baldo que retoma un fragmento de la última editorial escrita por Pippo Fava para “I Siciliani” en noviembre de 1983 titulada “Gli invulnerabili” (Los invulnerables). “El clima moral de la sociedad es éste – relee el vice director de Antimafia Duemila -. El poder está aislado de todo, ha llegado a una dimensión en la cual todo lo que ocurre fuera, en la nación real, ya no lo toca, ni siquiera lo ofende, ni acusaciones, ni denuncias, dolores, desesperación, revueltas. Él está allá, periódicos, espectáculos, cine, requisitorias pasan sin hacerle daño: políticos, caballeros, empresarios, jueces aplauden. Los justos y los inicuos. Al fin de cuentas estos últimos probablemente ya están convencidos de ser invulnerables”. El análisis de Baldo se desliza a través del paralelismo entre el poder identificado por Fava y el actual, para luego afrontar el misterio de la desaparición de la agenda roja de Paolo Borsellino.
El emblema de la historia de Rita Atria (la hija y hermana de un mafioso, que a pesar de su juventud, 17 años, decidió salir de los círculos mafiosos para colaborar con la justicia. Una decisión que su madre no le perdonó. Rita Atria, que deposita su confianza en el Juez Paolo Borselino y que se siente protegida, una semana después del asesinato del magistrado se suicidó) relacionada con la de Paolo Borsellino aparece nuevamente en el discurso de Graziella Proto, directora del periódico “Casablanca” y estrecha colaboradora de Pippo Fava.
Graziella afronta el tema de la información mantenida “bajo capa” por medio de una reflexión sobre el papel del “Berlusconi de Sicilia”, alias Mario Ciancio, capaz de “transformar la información en negocios” dentro de un cerco mediático en el cual el “dominus” de la información siciliana tiene literalmente poder de vida y de muerte. Asi mismo recuerda los ataques padecidos por la publicación en el blog “Erroneo.org” de un expediente sobre el “Caso Catania” y reaviva así las luces sobre un sistema de poder inoxidable capaz de reciclarse a lo largo de los años (el fiscal general de le época le escribió a Graziella una carta bastante “pesada” definiendo esos expedientes como un conjunto de “fabulas”).
Ataques indiscriminados y “transversales” que Riccardo Orioles conoce perfectamente. A tal propósito el histórico redactor del periódico “I Siciliani” recuerda posteriormente la fuerte polémica relativa a la foto publicada en el blog de Pino Finocchiaro y por el periódico “Il Fatto Quotidiano” en la cual aparecían el actual fiscal adjunto de Catania Giuseppe Gennaro (ya candidato al puesto de fiscal de Catania) junto a otras personas entre las cuales el empresario de San Giovanni La Punta (Catania), Carmelo Rizzo, afiliado al poderoso clan mafioso Laudani.
Para Orioles la publicación de noticias de tales características representa la continuación de ese tipo de periodismo puro y auténtico encarnado por Pippo Fava. Un periodismo independiente que revivirá inevitablemente en la reedición de “I Siciliani” que será publicado el año próximo, fruto de la determinación y la testarudez del mismo Riccardo Orioles. Rabia, dolor, desengaño y sin embargo aún esperanza y una ardiente sed de justicia, son sólo algunos de los sentimientos de un hombre como Salvatore Borsellino, llamado a realizar el cierre de la presentación de este libro. La pretensión de la verdad sobre el atentado de Via D'Amelio del hermano de Paolo Borsellino sacude a todos los presentes. Es un reclamo que no tiene miramientos ante nadie. Sobre todo ante los representantes de las instituciones que sólo a distancia de años, y sólo después de que Massimo Ciancimino, el hijo de un mafioso, habló con los magistrados, han recordado detalles fundamentales a los fines de la investigación, inexplicablemente callados durante años.
La amargura de Salvatore llega a su punto máximo cuando afronta el tema central de la negociación entre Estado y mafia y que su hermano estaba al tanto de este pacto perverso. “Muchas veces – susurra el hermano del juez – he pensado en que a Paolo le habrían dado ganas de morirse al haber sabido sobre esta negociación. ¿Pero qué Estado es este?… Creo que Paolo perdió las ganas de vivir al haberse dado cuenta de esta mafia insinuada dentro del Estado…”.
La gente se pone de pie, conmovida, en un larguísimo aplauso, casi al punto de rodearlo. Salvatore mantiene en alto su “agenda roja”. El director de Antimafia Duemila se acerca y lo abraza con la promesa de alcanzar la verdad. A cualquier costo.