MarianaZaffaronielrostrodeunahistoriafoto1La periodista Ileana Da Silva y Claudio Zabala conversaron con ella sobre su historia y el presente. Con 36 años, casada y con tres hijos, docente de Derecho, Zaffaroni confesó: "Nunca había creído que yo era esa nena que buscaban, que se habían confundido, porque la verdad que en la foto, en la famosa foto que tenían de bebe, yo nunca me vi parecida. Ni hoy me veo parecida a esa foto. Entonces cuando a mí me dijeron que los que yo conocía como papás no eran mis papás, para mí en realidad no cambiaba nada".
En ese sentido, narró su relacionamiento con la hoy fallecida María Esther Gatti y su familia biológica: "Durante mucho tiempo les eché en cara la forma en que habían encarado la búsqueda, aunque con el tiempo entendí que era la única manera que tenían, en aquellos años y con los protagonistas de la historia", reconoció.
MarianaZaffaroniPero "con María Esther, el vínculo en un principio fue bastante difícil. Porque las dos tenemos, o teníamos, un carácter bastante parecido, y chocábamos. Pero con el tiempo llegamos a tolerar esas diferencias y a tener un vínculo más fluido".
Zaffaroni les contó a los periodistas que está en la búsqueda de un posible hermano ¬tal como había adelantado a LA REPUBLICA tiempo atrás¬ que pudo haber nacido en cautiverio, según versiones que recibió por parte de su tía y allegados, aunque al principio, comentó, "tuve la idea de que probablemente lo habría perdido, por las circunstancias por las que le tocó pasar. Hasta que al tomar contacto con otros chicos que pasaron por la misma historia que yo, empecé a ver que había una reiteración de la metodología. Que a las mujeres que estaban embarazadas se las dejaba vivas hasta que tuvieran MarianaZaffarroni36aosdespusfamilia. Así que apunto a la posibilidad de que la hayan dejado vivir" hasta el momento del nacimiento, reflexionó. Actualmente Zaffaroni mantiene vínculos con sus apropiadores, hecho que le genera la incomprensión de familiares y amigos. "Es algo muy difícil de explicar. Yo entiendo que nadie pueda comprenderme, porque de hecho, ni mi marido me entiende". Pero "elijo creer que él no tiene que ver con todas esas cosas. Porque me parece más sano. Porque, no sé, si el día de mañana llego a la conclusión de que realmente él hizo todo aquello de lo que lo acusan, no lo veré más. Pero por ahora no me siento lista para hacer eso. Yo tengo cariño con él, me cuesta mucho dolor creer que él haya podido hacer todo eso. Sé que es una actitud totalmente irracional y de avestruz. Pero no puedo hacer las cosas de otra manera (distinta a) cómo las siento. Yo ya no me cierro a ninguna posibilidad".
Fuente: La República