Fuentes policiales citadas por la agencia oficial de noticias argentina Télam informaron que dos de los detenidos son Gustavo Juliá, piloto de la aeronave, y su hermano -cuyo nombre no fue revelado-, ambos hijos del fallecido brigadier general José Juliá, jefe de la Fuerza Aérea durante la presidencia de Carlos Menem (1989 - 1999).
El tercer hombre, también argentino, y que fue el copiloto en el vuelo que partió desde Buenos Aires y que hizo escala en Cabo Verde -donde habría sido cargada la droga- fue identificado como Gastón Miret, hijo del brigadier mayor José Miret, que fue secretario de Planeamiento de la Presidencia durante la última dictadura.
El avión, un jet ejecutivo Bombardier Challenger 604 incautado por efectivos de seguridad del aeropuerto catalán, pertenece a la compañía argentina Medical Jet, especializada en traslados médicos, de la cual Gustavo Juliá es accionista.
Su arribo al aeropuerto de Barcelona era esperado por los Mossos de Esquadra -la policía catalana- el domingo pasado, que tenía la orden del juzgado de instrucción de El Prat para inspeccionar la aeronave.
A las 15 horas de ese día, en una jornada de gran actividad en el aeropuerto por la cercanía con la festividad por el fin de año, los tres argentinos fueron arrestados, luego de que los perros entrenados para descubrir sustancias ilegales ayudaron a constatar a los efectivos de seguridad que la carga transportada por el jet era cocaína.
Una alta fuente de la investigación, que quiso permanecer en el anonimato, confirmó que el vuelo partió desde el aeropuerto internacional de Ezeiza el sábado pasado y que su destino final, luego de Cabo Verde y Barcelona, era Amsterdam.
En la estación aérea de Buenos Aires, el avión fue sometido a una revisión de rutina y, tras el examen, fue declarado "limpio" por los encargados.
Este dato es coherente con los suministrados por la Policía Nacional acerca de que la droga fue cargada en el avión en Cabo Verde.
No obstante, la falta de un comunicado oficial de la Policía España sobre el resonante caso, arroja dudas y alimenta las más diversas conjeturas sobre la maniobra desbaratada. La desinformación, además, resultó acentuada por la ausencia masiva de empleados en la policía y en las oficinas públicas que, debido al feriado nacional del seis de enero -cuando se dio a conocer el caso-, agregaron una gran cuota de misterio al hecho que más de un medio español consideró "uno de los más grandes golpes al narcotráfico de la historia española" por la enorme cantidad de droga incautada. Ayer seguía el hermetismo.
"Ninguna organización narcocriminal lleva 900 kg de cocaína por primera vez a Europa. Siempre hacen vuelos de prueba para conocer los mecanismos de controles de los aeropuertos. Nadie se arriesga a traficar casi una tonelada de cocaína sin tener experiencia. Hablamos de un cargamento que puesto en Europa puede valer 35.000.000 de euros", afirmaron en tanto los investigadores. Y agregaron: "La droga sin duda salió de América del Sur. Ahora tendremos que investigar cómo fue el tráfico hasta Cabo Verde. Posiblemente haya sido por vía marítima".
Juliá y Miret, y sus oscuras historias
José Juliá, que falleció hace cuatro años, fue convocado en 1998 ante la Comisión antimafia de la Cámara de los Diputados argentina por su presunta relación con uno de los mayores delincuentes de la historia Argentina, Alfredo Yabrán. El Congreso se interesó especialmente por
la vinculación del brigadier con una empresa aeroportuaria que Yabrán había reconocido como suya y desde la que se realizaron operaciones mafiosas. Juliá fue investigado también por un presunto fraude en la obra social de los jubilados, en la que ocupó un cargo importante tras su retiro militar. Por su parte, el brigadier José Miret, padre del copiloto detenido, estuvo también relacionado con el general golpista paraguayo Lino Oviedo, investigado hace años por la policía antidroga estadounidense por su posible vinculación con el narcotráfico.