
Al cortar el acceso temporalmente, Estados Unidos redujo significativamente el número de empleados del gobierno que pueden leer mensajes diplomáticos de relevancia. Fue una medida extraordinaria, derivada de la publicación de los documentos esta semana por WikiLeaks, especializado en filtraciones.
Entre muchas otras cosas, los más de 250.000 cables divulgados revelaron que Estados Unidos sigue confundido en torno a las ambiciones nucleares de Corea del Norte, que cree que Irán ha recibido misiles capaces de alcanzar Europa occidental, y que el Departamento de Estado pidió a sus diplomáticos que recolectaran muestras de ADN e

Los abogados del gobierno estadounidense indagan si podrían enjuiciar por espionaje a Assange, dijo un funcionario de Defensa que habló bajo condición de guardar el anonimato porque no está autorizado a hacer comentarios públicamente.
P.J. Crowley, vocero del Departamento de Estado, buscó asegurarle al mundo que los diplomáticos estadounidenses no son espías, aun cuando ignoró las preguntas sobre por qué se les pedía recolectar muestras de ácido desoxirribonucleico, imágenes del iris, números de tarjetas de crédito, huellas dactilares y demás información personal de mandatarios extranjeros en las Naciones Unidas y en otros países.
A los diplomáticos en Asunción, Paraguay, por ejemplo, les pidieron en un mensaje secreto de marzo del 2008 proveer ``datos biométricos, que incluyan huellas dactilares, imágenes faciales, del iris y ADN´´ de varios políticos prominentes.

``Lo que me preocupa es la mezcla de tareas diplomáticas con las de espionaje´´, dijo el secretario general de la ONU, Ban Ki-moon.
Crowley dijo que unos cuantos mensajes no cambian el papel de los diplomáticos estadounidenses.
``Nuestros diplomáticos son diplomáticos. No son activos de inteligencia´´, dijo repetidamente a los reporteros. ``Recaban información. Si recaban información útil, la compartimos con otras instancias del gobierno´´.
Mientras tanto, los mandatarios extranjeros reaccionaban a las francas evaluaciones que hizo Estados Unidos de sus países.
El gobierno keniano estaba indignado porque en un mensaje filtrado, publicado por la revista alemana Der Spiegel, Kenia era descrita como ``un pantano de corrupción floreciente´´. El portavoz del gobierno keniano dijo que el Departamento de Estado llamó para disculparse.
En Brasil, las autoridades se negaron a responder preguntas sobre los cables de Estados Unidos que decían que el país cooperaba en privado en la guerra contra el terrorismo, aun cuando públicamente negaba que hubiera amenazas terroristas en su territorio.
WikiLeaks no ha dicho cómo obtuvo los documentos, pero el principal sospechoso del gobierno es el soldado raso Bradley Manning, quien está detenido en una prisión militar de máxima seguridad, acusado de distribuir documentos confidenciales.

``Ella debería renunciar si se demuestra que es responsable de ordenar a figuras diplomáticas estadounidenses que espiaran en la ONU, lo que viola los convenios internacionales suscritos por Estados Unidos´´, dijo.
En Francia, la oficina de la Interpol en Lyon colocó a Assange, de 39 años, en su lista de los más buscados y la envió a todo el mundo.
Su abogado, Mark Stephens, dijo que sigue pendiente una apelación de Assange en Suecia. El abogado espera que la fiscalía sueca los ``contacte y dé detalles de las acusaciones y evidencia´´.
El secretario de Defensa Robert Gates restó importancia a la revelación de los documentos y dijo que eso no complicaría la política exterior estadounidense.
``Lo cierto es que los gobiernos tienen tratos con Estados Unidos porque les conviene, no porque les agrademos, no porque confíen en nosotros y no porque crean que podemos guardar secretos´´, dijo Gates el lunes.
Crowley no aclaró cuánto tiempo estarían los documentos del Departamento de Estado fuera de su red confidencial.