Viernes 29 Marzo 2024
Es la mafia de los “cuellos blancos” la que sigue sin aparecer en la agenda de la actualidad. Tiene que haber un motivo. Han intentado descubrirlo dos personas que por varias razones se han ocupado de los misterios más recónditos de la organización mafiosa, el magistrado Luca Tescaroli y el escritor Ferruccio Pinotti. Han decidido hacer juntos un viaje a lo largo de la Italia de los “cuellos blancos”.
Los que ellos han llamado «Cuellos sucios», el título del libro que lleva su firma, para la colección «Futuro Pasado» de Bur. El volumen será presentado esta noche, por iniciativa de la asociación cultural “Falcone Borsellino”, en el aula magna de la facultad de Jurisprudencia (20:30 horas). Esa pregunta, el por qué del silencio alrededor de los crímenes cometidos por los cuellos blancos, será formulada a los magistrados de la Fiscalía de Palermo Roberto Scarpinato, Antonio Ingoia y Nino Di Matteo, comprometidos en varias investigaciones y procesos respecto a las relaciones peligrosas que unen personas insospechadas con los intereses mafiosos.
Esa pregunta será formulada al hermano de Paolo Borsellino, Salvatore. Después a Giorgio Bongiovanni, director de la revista “AntimafiaDuemila”. El debate es coordinado por Enzo D’Antona, jefe de la redacción palermitana de La República.
“Cuellos sucios” cuenta la historia profesional de Luca Tescaroli, que empezó su carrera de magistrado precisamente en Caltanissetta, pocos meses después del atentado de 1992. Permaneció en Sicilia hasta el 2000 y se ocupó del proceso por el estrago de Capaci y de las investigaciones sobre los ideólogos ocultos de las masacres creadas por Riina.
Después Tescaroli ha continuado su profesión en la fiscalía de Roma, donde se ha ocupado de la lucha contra el blanqueo y de delicadas investigaciones de mafia, como la del homicidio del banquero Roberto Calvi.
El libro no es solo el relato de una larga experiencia en el campo. Es también un estudio de los varios métodos utilizados por los insospechados cómplices de Cosa Nostra. Tescaroli y Pinotti analizan muchísimos documentos que llegan de los procesos. Después encuentran a los protagonistas de las investigaciones a cargo de cuellos blancos. Y a este punto el libro se convierte de verdad en un viaje que mira a una Italia que ha olvidado la mafia.
Dice Nino Di Matteo, que hoy es fiscal en Palermo después de haber vivido en Caltanissetta la difícil frontera de las investigaciones y de los procesos sobre los estragos: «Un primer factor bastante problemático es la desatención de la política hacia el fenómeno mafioso, sobretodo en lo que se refiere a los cuellos blancos (…). Una actitud objetivamente grave que se manifiesta en la elección de los partidos de seguir candidateando en sus listas electorales a individuos que –aún prescindiendo de los resultados de las investigaciones y de los procesos de los que son objeto- han tenido ciértamente significativas relaciones con exponentes mafiosos, aceptando su interlocución, incluso respecto a temas de relevante interés público».
El fiscal jefe Gian Carlo Caselli hoy en Turín ha declarado: “Hasta que los procesos conciernan mafiosos de un cierto nivel, el ala militar, no hay problemas. Cuando se empieza a ir a fondo, ejerciendo la acción penal obligatoria –según el principio de que la ley es igual para todos- es evidente de que no se puede no ocuparse de ciertos delitos, si existen a los presupuestos. Afirmar lo contrario es un pretexto: como si las relaciones entre mafia y política nos las hubiésemos inventado nosotros”.
Que extraño destino, recuerda Caselli: «Esto ha sucedido a Falcone y Borsellino, que cuando empiezan a ocuparse de Ciancimino, de los primos Salvo y de los así llamados “Cavalieri del lavoro” (Caballeros del trabajo) de Catania, se acaba con ellos con los estragos y sus métodos acaban por ser borrados. Nos sucederá también a nosotros: mientras nos ocupemos de Riina vamos bien, pero cuando empezamos a ocuparnos de Andreotti, Musetto, Carnevale, Contrada y en una fase sucesiva de Dell’Utri, ya no vamos bien”.
“Cuellos sucios” es un análisis sobre en que se ha convertido la mafia hoy.
Las palabras del fiscal Ingroia son iluminadoras: “La mafia, en la última década, habiendo sido golpeada por las acciones de presión del Estado en el territorio, ha visto disminuir progresivamente sus ingresos. Por lo que se ha visto en la necesidad de tener que utilizar y reinvertir mejor los capitales que tenía, el capital de todo lo que ha acumulado en las décadas anteriores y que tiene de reserva”. Por esta razón el que ahora es cada vez más importante no es el mafioso que está en el territorio, sino el asesor financiero, capaz de manejar el dinero y de hacerlo fructificar.
Esto es lo que propone el análisis de Ingroia dialogando con Tescaroli y Pinotti. El que cuenta cada vez más es el cuello blanco. Es él el que custodia los secretos que los padrinos se han llevado a la carcel.