INFORMACIÓN INTERNACIONAL

ESTAMOS EN PAZ, PERO HUBO 2.138 PALESTINOS MUERTOS Y 500 ERAN NIÑOS
Por Jean Georges Almendras

El pasado martes 26 de agosto los diarios y los noticieros de radio y televisión del mundo dieron a conocer  que se había firmado una paz entre el gobierno israelí y el movimiento islamista Hamas, por lo que en Israel, Cisjordania y la Franja de Gaza se comenzó a vivir en un relativo clima de normalidad. El enfrentamiento dejó su saldo de muerte y de destrucción inevitable e imaginable: en los 50 días de guerra, en el enclave palestino Gaza murieron , por la ofensiva israelí, 2.138 personas , la mayoría civiles y 500 de ellos menores de edad, según las estadísticas de la ONU. La cifra de heridos es muy elevada. También en la zona de Gaza unas 17.000 familias quedaron  sin hogar, porque sus viviendas quedaron literalmente destruidas y más de 5.000 inmuebles deberán ser reparados. Del lado israelí, se contabilizaron 64 bajas en filas militares, dentro del territorio palestino y 5 bajas en la población civil, entre ellos un niño, en territorio israelí. Estadísticamente hablando estos resultados  muestran a las claras, lo que en un primer momento siempre se observó, que la guerra era desproporcionada. Un bando era uno de los ejércitos más poderosos del planeta. La muerte, en toda su magnitud, entonces, se  cobijó cruelmente en el bando opuesto, el más débil. Y la población civil, como es habitual en la historia de la humanidad, pagó todas las  cuentas, con todos los impuestos incluidos. Fue una palestina de dolor y de sangre.

Los titulares de los diarios del mundo regocijan la paz firmada. ¿Pero habrá que regocijarse? ¿No será muy prematuro lanzar las loas por esta tregua?. Bueno, obviamente, el haberse detenido el combate, o mejor dicho el asedio israelí, es un motivo de alegría para quienes viven en el escenario de la guerra. No puedo ignorar ese pequeño gran detalle. ¿Pero el después?.¿Esta tregua que garantías ofrece?.

Según las informaciones que recorren el mundo, lo que Palestina quiere es ponerlo fecha al fin de la ocupación de Israel. Y es lógico. O digámoslo mejor. Es la verdadera esencia del conflicto: definir los territorios saludablemente. Sin las hipocresías diplomáticas de siempre.

Dicen los diarios que el 15 de setiembre se presentará al Consejo de Seguridad de la ONU una propuesta para que se ponga una fecha de fin de la ocupación israelí en Cisjordania y para la proclamación del Estado palestino. Se ha dicho además que si esa solicitud es rechazada, la Organización para la Liberación de Palestina llevará ante la Corte Internacional  una denuncia para que se responsabilice a las autoridades de Israel por la devastación de la Franja de Gaza.

Pero hay más. Se ha consignado por todos los medios que el presidente palestino Mahmud Abbas y el primer ministro israelí Benjamin Netanyahu mantuvieron un encuentro cara a cara, previo a la firma del alto el fuego y que en esa reunión  el primer ministro de Israel aceptó el establecimiento  del Estado. Según trascendió, el presidente palestino dijo que Netanyahu le dijo que por delante solo quedaba que los negociadores delimiten en detalle las fronteras de 1967. Asimismo Abbas aseguró:"No aceptaremos que la negociación sea parcial, sino un acuerdo global sobre las fronteras”. Y agregó que los palestinos esperarán “un día, una semana o un mes, pero no 20 años”.

Ahora bien, el contrapunto resultó ser otro. En un comunicado de prensa el Primer Ministro israelí negó que él hubiera aceptado la creación del Estado palestino con las fronteras del 1967. A todo esto el líder de Hamas, Khaled Meschal advirtió que si fracasan  las conversaciones entre israelíes y palestinos, que comenzarán en un mes como parte del acuerdo al que se llegó para el alto el fuego, el movimiento islamista palestino volverá al enfrentamiento armado.

Aún, tal como están planteadas las  cosas,  en cuanto a negociaciones y diplomacias se refiere, el logro inmediato ha sido bienvenido: la interrupción de los ataques. Un claro alivio para los residentes palestinos, particularmente, que siempre llevaron las de perder en estos 50 días de sangre, avasallamiento y fuego.

Se ha informado también que rige la apertura  -por parte de Israel- de ciertos pasos fronterizos con Gaza para permitir un mayor flujo de productos en el enclave costero, además de ayuda humanitaria y materiales de reconstrucción.

¿Y en el plano territorial, que han dejado estos acuerdos de alto el fuego?. Se ha dicho por ahí y por allá que Israel se comprometió a ampliar de tres a seis millas la zona permitida a los gazatíes para las labores de pesca. En este sentido no hay  que olvidar que según los Acuerdos de Oslo que datan de 1993, esta área llega a las 20 millas náuticas, pero por motivos de seguridad Israel la fue reduciendo hasta las tres. Ahora aseguran, desde el Estado de Israel que la ampliará a seis y luego a doce. ¿Una victoria de Hamas?, posiblemente, pero no hay que olvidar que el reclamo palestino no es un reclamo banal carente de fundamento. Al final de cuentas los palestinos “reclamaban” algo que les perteneció hasta hace relativamente poco tiempo.

Corresponsales de prensa han informado a sus medios de comunicación que para el mes de setiembre han quedado aplazadas otras discusiones, no menos relevantes: el reclamo de Israel de que Hamas deje las armas y el reclamo insistente de los palestinos de que los  hebreos les construyan un puerto y un aeropuerto internacional. A partir del 26 de agosto han cesado los ataques pero estos últimos reclamos no han sido contemplados en absoluto. La comunidad internacional se pregunta : ¿Se cederán estos puntos?.

 Un diario montevideano titulo la noticia del cese del fuego de una manera por demás sugestiva. De hecho, por demás acertada: “Un alto al fuego más frágil que permanente.” Y verdaderamente el acuerdo huele más a una estrategia israelí, dotada de una fragilidad pavorosa, que preocupa, y mucho, si lo miramos en el contexto histórico de los acuerdos que anteriormente firmaron israelíes y palestinos, sin dejar de atender todos los hechos recientes. No en vano, no pocos analistas políticos y observadores esparcidos en la región y en el mundo coincidieron en afirmar que cualquier chispa alcanzara en un futuro para volver a hacer estallar el polvorín.

¿Verdaderamente es una paz frágil?. Los poderosos del Estado de Israel dejaron de tirar de la soga y tanto ellos como Hamas ahora viven horas y días en que necesitan justificar las pérdidas y atribuirse ganancias. Y en este sentido, una versión ha ido tomando cuerpo en los últimos días. Una versión relacionada estrechamente con la lectura que hace el Estado de Israel de la paz firmada el pasado 26 de agosto. Ha dicho la prensa internacional que el Primer Ministro de Israel Benjamin Netanyahu se congratula porque las pautas por las cuales se llegó a la tregua son prácticamente similares a las ofrecidas por Egipto hace unos 30 días, y que no fueron aceptadas por Palestina. Pero hoy fueron aceptadas y en consecuencia Israel logró su objetivo, no sin antes diezmar el poderío de Gaza: dando de baja al menos a tres líderes  militares y concretándose el lanzamiento de unos 4 mil cohetes, lo que significa para Hamas una notoria disminución de la capacidad de su fuerza militar. Esto significa, ha trascendido por ahí, que la esperanza de Israel es que Hamas tarde mucho tiempo en recuperar su fuerza militar y que cuando lo haga se de nuevamente el tire y  el afloje entre ambas partes hasta que se inicien otra vez las tensiones y quizás los enfrentamientos.   

¿Entonces se puede hablar con certeza de una paz armoniosa y definitiva? Todo apunta a que la fragilidad de este acuerdo es lo que verdaderamente se puede apreciar con nitidez. Cesaron los ataques pero el fantasma de la guerra sigue sobrevolando sobre la Franja de Gaza. Lamentablemente.

Pero más allá de los lamentos, este enfrentamiento, esta guerra de los 50 días, ha dejado marcas muy profundas en la comunidad humana mundial. Y han sido muy ruidosas las reflexiones por lo desproporcionada que resultó ser la violencia ejercida por las fuerzas israelíes contra los palestinos. Y tanto fue así que no pocos ciudadanos del planeta optaron por identificar sus automóviles, sus casas y sus prendas con una expresión que resume perfectamente el sentimiento que inspiró al mundo la lucha del pueblo palestino por sus territorios, por su vida y por su Estado: Todos somos Palestina. Así de simple. Así de revelador.
Porque la sangre derramada en la franja de Gaza nos llego a todos. Sin fronteras. Y fueron muchas las razones por las que nos pusimos del lado palestino. O mejor dicho, del lado de las victimas de un atropello, que no por lo moderno,  resulto novedoso.  Aunque las justificaciones diplomáticas que salieron del gobierno israelí sobraron, sobraron también los argumentos que literalmente deshicieron esas fundamentaciones. Porque la guerra se justificó con parámetros que en realidad eran fundamentalismos del extremismo sionista. Y que no buscaron otra cosa que el dominio territorial, el avasallamiento de un pueblo que no ha hecho  más que buscar  –y por años y años- su tierra prometida, como años y años también lo hizo el pueblo hebreo. Pero basta que éste haya demonizado al pueblo palestino, rotulándolo como terrorista –amparándose en el accionar de Hamas- como para que toda esa demostración de poder y de imperio se legitimara, sin medir consecuencias, aún internas. Porque lanzar un ataque como el que se  lanzó, no fue otra cosa que hacer todo lo imposible para asemejarse a quienes hace 40 años –los nazis- hicieron del pueblo judío, su objetivo bélico, racial y cultural, hasta conformar uno de los tantos holocaustos  que engrosaron la lista  de genocidios que tiene en su haber la humanidad.

Hoy, 2014, las estadísticas de muerte nos impactan, como hace 40 años nos impactaron las cifras de muerte que ocasionaron los nazis, en el pueblo judío. Han perdido la vida, en este tercer milenio, cerca de 2000 palestinos y lo peor de todo esto: 500 de ellos son niños. ¿Qué entienden estos niños del terrorismo de Hamas?¿Qué entendían los niños judíos de los campos de concentración alemanes, de la solución final impuesta por Hitler?. Los niños judíos lo único que entendían era el terror que sentían al ver a los soldados alemanes y los niños palestinos lo único que entendían –y no hace mucho- era pánico al escuchar las explosiones de los ataques aéreos  de los aviones israelíes.
 
Como reguero de pólvora se  expandió por el mundo que todo palestino es un terrorista deseoso de atacar al “inocente” Estado de Israel. Pero el mundo moderno, aún muchas veces condicionado por   el standar de la información, no se tragó esa píldora. El periodismo, vale decir algunos colegas, informaron lo correcto sobre el conflicto, y lo que es más,  relataron todo sobre los ataques cometidos por las fuerzas militares israelíes,  dejando en evidencia que en realidad el espíritu combativo de Israel, más se asemejaba a una ofensiva genocida que a una acción defensiva. Los enconos del  gobierno israelí salieron entonces a la luz pública. A los ojos de la comunidad internacional. Y quedaron expuestos para que los pueblos del mundo sacaran sus propias conclusiones. Conclusiones en muchos de los casos no complacientes con el Estado de Israel. Paciencia, es que no se pudo modificar el curso de la historia y de los hechos , que son tremendamente más elocuentes que las palabras oficiosas de un Estado que, desde hace tiempo –como otros imperios del planeta- vive demonizando y agigantando la imagen del terrorismo palestino para justificar una bestial embestida a un pueblo que quiere convivir pacíficamente. Un pueblo que no vivió la paz, sino que  vivió la guerra, por cincuenta días. Una guerra que trajo sus consecuencias: hombres, mujeres, jóvenes, adolescentes y niños, sumidos en el dolor de la muerte, sumidos en el desamparo de la destrucción de sus hogares, sumidos en el descreimiento de los acuerdos de paz  provenientes de los israelíes, y hasta sumidos en el odio. Porque tantas han sido las violencias que han sufrido, en los últimos días, que  ese odio difícilmente podemos suponerlo inexistente.
¿Ira también? Sí. Una ira incontrolable ante tanta hipocresía diplomática. Una ira incontrolable ante un genocidio descarado. Un genocidio nazi ejecutado por el Estado hebreo. Y me pregunto: ¿Todo el pueblo hebreo sabrá realmente el verdadero origen de ese genocidio?¿Su verdadera esencia?. Me parece que el pueblo de Israel está siendo manipulado por el sionismo. Esta siendo utilizado para justificar políticas tiránicas, despóticas, fascistas y genocidas, para con un pueblo que reclama sus tierras, sus derechos. Y diciendo esto, no debemos considerarnos (y mucho menos dejarnos rotular como) antisemitas.

Convengamos, que  desde hace muchos años la situación en el Medio Oriente es grave y que Israel ha avanzado sobre territorio Palestino apoderándose de sus tierras, de sus riquezas y de su agua. Y hay más ante este panorama. Ocurre que  los colonos judíos son verdaderamente los que ocupan las tierras palestinas luego de que el ejército israelí ataca a los habitantes de la zona. Entonces, cómo podemos calificar este comportamiento. ¿Acaso no se podría decir que es un acto de terrorismo?. Yo creo que perfectamente se puede decir que fue un acto de terrorismo. Y no me importan las sutilezas de la dialéctica del Estado de Israel. Una dialéctica gubernamental que no es transparente con su pueblo. Ese pueblo, en otrora masacrado en los campos de concentración nazis. Ese pueblo, hoy engañado. Hoy, una vez más manipulado, pero no por el nazismo, sino por los poderosos de su misma tierra. Por el poder sionista.

Vittorio Arrigoni, un periodista y activista pacifista italiano, mundialmente conocido por su compromiso con la causa palestina,  y que fuera asesinado en el mes de abril del año 2011, había escrito el 25 de diciembre de 2008:"Orgulloso de mi pasado, despreocupado de mi presente. Porque este es el momento de esmerarse, antes que de adueñarse de un futuro fácil, retorcido cómodamente. Por esas víctimas inocentes a cuyos gritos de dolor no hemos concedido atención durante un momento”. ¿Dentro de qué contexto escribía Arrigoni de esta manera?. En el sitio web “Rebelión” se nos da una respuesta clara. Allí escriben, en ocasión de darse a conocer su muerte: “Arrigoni, militante de izquierda, arribó a Gaza como representante del International Solidarity Movement en una embarcación del Gaza Freedom Movement que dos años después desembocaría en la “Flotilla de la Libertad”. Lo detuvieron en noviembre de 2008 soldados del Estado de israelí en aguas palestinas, lo encerraron durante seis días y luego lo expulsaron a Italia desde el aeropuerto de Tel Aviv. Todo por haberse manifestado junto a los pescadores palestinos contra el  bloqueo que estrangula la franja y sume a la miseria a cientos de familias. Fue cuando regresó a Gaza para escribir. Y en aquella oportunidad agregó: “desde las tinieblas del asedio”. En la narrativa del sitio “Rebelión” se relata además: “Y llegó la Operación Plomo Fundido, y Vittorio Arrigoni fue , con Alberto Arce, uno de los únicos periodistas que se quedó en Gaza. Sus crónicas para “Il Manifiesto” fueron una ventana que asomaba al horror del linchamiento que sufría el pueblo Palestino. Esos textos fueron recogidos en un libro importante que publicó “Il Manifiesto”. Terminada la matanza de Gaza, Vittorio no se fue de allí. Fue el único periodista occidental que se quedó en Gaza. Vittorio llevaba un blog”.

En el blog “Rebelión” se tradujo muchos de sus textos. Y en medio del infierno de Gaza, sus crónicas terminaban siempre con una frase preciosa: “Restiamo umani”. Quería decir algo así como “Sigamos siendo humanos” o “mantengamos la humanidad” o “seamos humanos”. Esta expresión fue el  título de un libro suyo que publicó “Il Manifiesto”.

Finalmente en “Rebelión” se concluye con una reflexión alusiva a su persona y a su expresión “Restiamo umani”. En estos términos:”Ninguna de las soluciones convencía, pues siempre se escapaba algo de la frase italiana, que encerraba herméticamente en dos palabras un salvavidas contra la injusticia, el dolor y el horror que sufría y sigue sufriendo Gaza y Palestina.”Restiamo umani” Adios.Viva la Flotilla de la Libertad”

La muerte de Vittorio Arrigoni, de abril del 20011, estuvo rodeada de misterio. De enigmas. Una muerte atribuida a un grupo terrorista desconocido, pero que en definitiva llevó inclusive a fortalecer las sospechas de que Arrigoni había sido secuestrado y asesinado por los servicios de inteligencia del Estado de Israel.  Un  tema aún no resuelto. Y tanto no resuelto que oportunamente se dijo de su muerte lo siguiente:” Han matado a Vittorio Arrigoni. Difundieron la noticia primero fuentes de Hamas y luego un activista del International Solidarity Movement. No está claro cómo lo mataron. Un portavoz del  ISM declaró que el pacifista italiano había sido estrangulado, aunque en la nuca presentaba varias contusiones: “tenía todavía los ojos vendados y perdía sangre de la parte de atrás de la cabeza. En las muñecas tenía marcas de esposas”. A Vittorio lo había secuestrado anteayer un grupo salafí, que había amenazado mediante un video en You Tube con matarlo si el gobierno de Hamas no liberada a algunos detenidos salafíes antes de 30 horas. Al parecer uno hubo intentos de negociación para liberarlo”

Poco a poco el lector ira comprendiendo que hablar de Vittorio Arrigoni no significa alejarnos del tema que nos ocupa, porque  hoy en día, todos los palestinos son Vittorio Arrigoni, de la misma forma que aún viviendo muy lejos de Gaza, decimos a los gritos: Palestina somos todos. Y porque así lo sentimos. Lo sentimos igual que Arrigoni.

Y también agrego: en un sitio web –Global Voices-  encontré algo sumamente particular sobre Vittorio, que considero muy oportuno  -y muy vigente-  reflotarlo para los lectores. Un periodista dijo, recordándolo sentidamente:”No encuentro ninguna razón que pudiese empujar a un “palestino” a matar a alguien como Vittorio. Un hombre que dedicó su vida a luchar contra la injusticia. Un hombre que renunció al confort  romano y que se vino a una de las regiones más problemáticas del mundo para denunciar las atrocidades que los israelíes cometían contra los palestinos. Un hombre que llevaba tatuada en su brazo derecho la palabra “Resistencia”. Un héroe cuyos ojos reflejaban sin reparos innumerables valores como el amor, la lealtad, la esperanza, el sacrificio, la verdad y el coraje. Vittorio ha hecho muchos más por los palestinos de Gaza y de Cisjordania que quienes le han asesinado. Vittorio era un hombre que amaba Gaza; amaba su tierra, su mar y su cielo. Había dos cosas que le encantaba hacer: enarbolar la bandera palestina y cantar “Onadikum” (“les llamo”). Vittorio solía entonar el “Onadikum” una y otra vez con gran entusiasmo; ponía todo su corazón. Probablemente esta canción es lo único que sabía decir con tanta fluidez en árabe. Ahora que has pasado a vivir en nuestros corazones  seremos más fuertes e implacables en nuestra batalla contra la ocupación, la humillación y la injusticia. Vittorio, eres una gran inspiración para todos nosotros, nos enseñaste que la vida no merece la pena si no estamos preparados para luchar contra sus injusticias, porque eso es lo que le da sentido, eso es lo que la hace bella. Ahora, alentados por tu recuerdo, seguiremos luchando juntos. Vittorio Arrigoni era una cara inconfundible en Gaza. Yo no lo llegué a conocer personalmente pero supe de su valentía a través del documental “Matar a un elefante”. Vittorio fue uno de los activistas que se quedaron en Gaza durante la operación “Plomo Fundido”. La suya fue una de las voces que contaron al mundo las brutalidades de la invasión israelí. Tristeza e ira son los sentimientos predominantes tras el asesinato del activista italiano. Aquellos que reclaman la responsabilidad por el secuestro y asesinato de Vittorio se consideran palestinos y musulmanes, y sin embargo el islam se lava las manos ante un acto tan brutal. Los activistas internacionales que visitan Gaza siempre han disfrutado de la calidez y hospitalidad del pueblo palestino. Esto no cambiará nunca, pues la única amenaza que comparten los palestinos y dichos activistas es la amenaza de la ocupación israelí”

De todas partes del mundo han llovido los rechazos a este enfrentamiento. Marchas contra el genocidio, declaraciones que acusan a los sionistas de cometer crímenes de lesa humanidad y hasta distintos gobiernos han dispuesto el retiro de sus embajadores en Israel, como una expresión de protesta. Tal fue el caso de Ecuador, Bolivia y Perú, entre otros.

En una reciente declaración de la Asociación Cultural Un Punto En el Infinito, del Uruguay, se ha  dicho textualmente:”..estamos convencidos que no es todo el pueblo judío quien está de acuerdo con esta masacre…Parecería que hoy más que  nunca, el gobierno Sionista estuviera endemoniadamente dispuesto a arrasar y exterminar al pueblo Palestino. ¿Pero por qué este apuro, deberíamos preguntarnos?¿Acaso no es más conveniente continuar con su política de colonos que no lo expone a la opinión pública mundial?¿Quién o qué está detrás de todo esto?¿Cuál es el verdadero propósito?¿Acaso si ya no existieran palestinos Israel viviría en paz, o se abrirían puertas para continuar la guerra más lejos, contra otros pueblos vecinos?”.

Y la declaración prosigue en los siguientes términos: “Todas las guerras en curso son obra del egoísmo y ambición de unos pocos potentes que por adueñarse del mundo y seguir con su alto nivel de vida y locura, provocan guerras y conflictos para luego intervenir. Por un lado venden las armas y por otro con sus empresas van a construir lo que las guerras han destruido, infraestructura, etc. Esto es diabólico y no se puede permitir más. No podemos ignorar tampoco el fondo espiritual de toda esta expresión de odio y que existen leyes universales que son inviolables. Una de ellas es la de causa-efecto. El gobierno de Israel y todos los que en el mundo lo apoyen con su silencio, o su indiferencia atraerán hacia sí las consecuencias, es decir el efecto, del genocidio contra el pueblo palestino”

La onda expansiva de una guerra monitoreada por internet y al alcance de todos, que contrasta con la guerra en la que  el nazismo exterminó millones de judíos, colocó sobre el tapete público  a los gobiernos del mundo. Por ejemplo, el gobierno uruguayo mantuvo una determinada postura. Revisando los dichos del primer mandatario José Mujica, en oportunidad de dirigirse a la audiencia en su emisión radial diaria de M24, encontramos una reflexión que no podemos ignorar. El presidente uruguayo, abogando por el derecho ineludible de Israel a defenderse recalcó: “Israel no debe perder el sentido de la proporcionalidad en un territorio que conoce metro a metro (porque) con todos los artilugios de información que permite la tecnología moderna una y otra vez se permite bombardear escuelas en Gaza. No se puede justificar por daños colaterales. No hay lugar a errores, sino a horrores”.

José Mujica,  en el entendido que la fuerza bélica de Israel derrotará al grupo extremista Hamas, advirtió enfáticamente que desde el punto de vista político •su fundamentalismo va a germinar inapelablemente en muchas cabecitas jóvenes en el mundo musulmán, y este es el mayor peligro, ese el asunto de fondo . Pero algo más dijo  Mujica: “la visión militar de imprimir el “terror para aplastar “tiende a sembrar reacciones por todas partes”. Mujica entiende que “la respuesta inevitable enferma cabecitas que se sienten agredidas y tienen el sentimiento de odio y venganza”. También insistió en que “la nación judía, por su tradición, por su historia, por lo que aportó al mundo, merece otro grado de consideración, de sutileza, de inteligencia”. Enseguida calificó a Israel como “una nación admirable” afirmando después que si “con todo ese bagaje histórico Israel no entiende estas cosas elementales, esta cometiendo un error de barbarismo por fanatismo. No se puede contestar a un fanatismo con otro fanatismo de la misma laya”. El presidente uruguayo reivindicó la existencia de un Estado Palestino:”Creemos que la vieja decisión de que deben existir dos Estados, uno palestino y otro israelí, definitivamente debe dibujarse y que no cabe la colonización de nuevas tierras como hace Israel en Palestina, ni el mundo de la mutua agresión”.

Las  voces son claras. Voces en repudio al proceder del Estado de Israel. Sin restricciones. Voces que apelan a la mesura. Voces que son recurrentes en el contexto mundial. Una manera de asumir el humanismo despojado de toda diplomacia. Un humanismo auténtico. Una corriente  impuesta por el dolor y por la tragedia. Un humanismo que contempla la sanción a los culpables. Y sin perjuicio de que en otras tierras esa sanción a los culpables fuere igualmente barajada, en el Uruguay ocurrió algo muy particular, con el Canciller de la República Luis Almagro.  Sus apreciaciones ocasionaron un profundo roce con las colectividades judías con asiento en el territorio nacional. Un roce que marcó las diferencias existentes. Diríamos mejor, las posiciones diametralmente  opuestas respecto a un enfrentamiento que no hizo otra cosa –día a día- que desenmascarar al Estado de Israel. Desenmascararlo como un Estado genocida; como un Estado sumido en el odio a un pueblo que lucha denodadamente por sus tierras, por su cultura, por su derecho a la vida. Un pueblo que fue  vilmente pisoteado por la soberbia  de un Estado que en los últimos años no ha hecho más que buscar justificativos diplomáticos y jurídicos para cometer el avasallamiento,  traicionando su propia historia, su propio sufrimiento y su propio pasado. Ese pasado de guetos, de campos de concentración, de cámaras de gas y de generaciones borradas de la faz de la tierra, por motivaciones sólidamente estructuradas por el autoritarismo nazi. Un pasado que el pueblo judío recuerda muy bien en cada ocasión posible. Un pasado que ahora se transforma en un presente, solo que esta vez, desde el otro lado del mostrador. Desde el lado del victimario, porque al pueblo palestino, parecería que conviene más exterminarlo, que respetarlo. Ocurre que el demonio de Hamas, ha sido subido al escenario de la diplomacia mundial y entonces, hay que rendirle pleitesía, para fortalecer los cimientos de la intolerancia y para justificar  todos los ataques posibles.

Luis Almagro, Ministro de Relaciones Exteriores uruguayo, a mediados del mes de agosto, condenó públicamente las muertes de los civiles en una escuela de la franja de gaza y en tal sentido el presidente del Comité Israelita del Uruguay, Sergio Gorzy dijo que el canciller era un atrevido. La respuesta de Almagro no se hizo esperar: “ ¿Ustedes creen que condenar la muerte de civiles en una escuela, la muerte de niños en una escuela, no una vez sino varias veces, condenar la muerte de 400 niños es un atrevimiento? Entonces mi atrevimiento va a continuar in eternum, va a continuar por siempre porque ninguna de estas circunstancias nunca van a ser aceptadas por mi”.
 
Pero Almagro no quedó con esa muy lúcida y muy preciada expresión. Sino que además dijo, en forma por demás categórica:” Yo llamé al juzgamiento por tribunales internacionales de los crímenes de guerra y las violaciones de los derechos humanos que había en Siria. Hacemos lo mismo para Irak y para Gaza. En cualquier lugar donde haya un inocente que sufre un ataque armado, que sufre las condiciones que le impone el combatiente a aquel civil indefenso, definitivamente como uruguayo me paro muy fácilmente del lado de la víctima y con el dedo acusador sobre aquellos que cometieron esa clase de crímenes”.  Agregó luego:” el ejército israelí se jacta de ser el más moderno del mundo, entonces estas situaciones son fácilmente controlables y cuando uno aprieta el gatillo sabe muy donde a donde dispara y sabe si hay niños o si no hay niños”

¿Todos los israelíes realmente apoyaron las medidas ofensivas contra el pueblo Palestino? No podemos respondernos afirmativamente porque  ocurrió, que más de medio centenar de reservistas israelíes firmaron un escrito por el que se negaron a engrosar las filas del Ejército de Israel en protesta por la ofensiva que su país llevó a cabo en la Franja de Gaza. En su declaración, los reservistas puntualizaron:” Somos más de 50, no apoyamos al Ejército israelí y la Ley del servicio militar obligatorio. En parte, porque rechazamos la actual operación militar, por esta razón nos negamos a prestar servicio y apoyamos a todos aquellos que se unan con nosotros” reza la petición que dio a conocer oportunamente el Washington Post.

Pero si la declaración de los reservistas israelíes causo sorpresa en el mundo, no menos sorpresa causo que cientos de judíos que protagonizaron el genocidio nazi firmaran una carta que fuera publicada  en el diario New York Times, en la que rechazaban rotundamente “la masacre de los palestinos”.
“Como supervivientes judíos y descendientes de las víctimas del genocidio nazi, inequívocamente condenamos  la masacre de palestinos en Gaza y la ocupación y colonización de los territorios históricos palestinos” es uno de los párrafos de la carta que fue firmada por 327 judíos víctimas del autoritarismo nazi.

Siempre refiriéndose a la carta, se ha dicho en el New York Times, que el motivo principal por el cual estas personas realizaron este movimiento de alcance internacional, es después de que el húngaro Eile Wiesel, también sobreviviente del Holocausto, culpa al movimiento de Resistencia Islámica Hamas, como el culpable de sacrificio de niños, incluso comparándolos con el régimen nazi. En consecuencia los 327 judíos han dicho en su carta: “Estamos indignados por el abuso de nuestra historia con el que Elie Wiesel ha tratado de justificar lo injustificable. Los esfuerzos israelíes por destruir Gaza y el asesinato de más de 2.000 palestinos, incluyendo a centenares de niños. Nada  puede justificar los bombardeos a refugios de la ONU, casas particulares, hospitales y universidades. Nada puede justificar la privación a la gente de agua y electricidad. Estamos preocupados por la deshumanización de los palestinos en la sociedad israelí, que ha alcanzado niveles extremos. En Israel los políticos y líderes de opinión de los medios de comunicación han hecho comentarios públicos a favor del genocidio. Además los israelíes de extrema derecha están adoptando como suyos símbolos nazis”.

Finalmente, en la carta, los judíos firmantes han condenado a los Estados Unidos y a los países occidentales por sus acciones que, según ellos, han permitido a Israel continuar con los ataques. Y por si fuera poco “condenamos a Estados Unidos por financiar a Israel para que pueda llevar a cabo los ataques y a los países occidentales en general por usar la diplomacia para proteger a Israel. El genocidio comienza por el silencio del mundo” . Asimismo en la carta se hace un llamado al cese del bloqueo contra Gaza, pidiéndose “el boicot económico, cultural y académico a Israel. Nunca más ha de significar, nunca más para nadie”.

Como uruguayo, y como sudamericano, no puedo evitar traer a esta rueda de reflexiones y compromisos en torno a la guerra entre palestinos e israelíes, al alma crítica de nuestra América Latina, el escritor y periodista uruguayo Eduardo Galeano. En uno de sus textos que tituló “¿Hasta cuando?” escribía así:” Caná se llamaba el lugar donde Jesús convirtió el agua en vino para celebrar el humano y Caná es el nombre del lugar donde el odio humano despedaza más de 30 niños en un largo bombardeo. La guerra sigue, como si nada. Hay quienes dicen que fue un error ¿Hasta cuando los horrores se seguirán llamando errores?. Esta guerra, esta carnicería de civiles, se desató a partir del secuestro de un soldado. ¿Hasta cuándo el plagio de un soldado israelí podrá justificar el secuestro de la soberanía palestina?¿hasta cuando el plagio de dos soldados israelíes podrá  justificar el secuestro del Líbano entero?. La cacería de judíos fue, durante siglos, deporte preferido de los europeos. En Auschwitz desembocó un antiguo río de espantos, que había atravesado toda Europa. ¿Hasta cuándo seguirán los palestinos y otros árabes pagando crímenes que no cometieron?”

“Esta matanza de ahora, que no es la primera ni será, me temo, la última ¿ocurre en silencio?¿Esta mudo el mundo?¿Hasta cuando seguirán sonando en campana de palo las voces de la indignación. Estos bombardeos matan niños: más de un tercio de las víctimas  y a veces bastante más, como en Caná. Quienes se atreven a denunciarlo son acusados de antisemitismo. ¿Hasta cuándo aceptaremos esa extorsión? ¿Son antisemitas los judíos horrorizados por lo que se hace en su nombre?¿Son antisemitas  los árabes, tan semitas como los judíos?¿Acaso no hay voces árabes que defienden la patria palestina y repudian el manicomio fundamentalista?”
No hay palabras ni calificativos elogiosos que puedan ser suficientes para estas apreciaciones con sabor a condena y a crítica, del escritor Eduardo Galeano, que resumen perfectamente el sentir de no pocos uruguayos y de no pocos ciudadanos del planeta, respecto al accionar del Estado de Israel.

Ahora la tregua está en pleno desarrollo. ¿Una frágil tregua? Dicen por ahí que solo un paso en falso podría hacer estallar nuevamente el polvorín  de la guerra. La comunidad internacional, embanderada en su sillón de preferencial platea no debería enmudecerse otra vez. Debería gritar, como todos nosotros: Palestina somos todos.