Viernes 19 Abril 2024

magistratura500EL PEOR CONSEJO SUPERIOR DE LA MAGISTRATURA,  DE LA HISTORIA
Por Giorgio Bongiovanni - 6 de Agosto de 2014
Han pasado cuatro años desde que el CSM eligiera como vice Presidente a Michele Vietti. A pesar de la prórroga del Quirinal (sede de la Presidencia de la República, ndr.) que concedía al actual Consejo, ya que el Parlamento todavía no ha procedido a la elección de los ocho miembros laicos del nuevo Consejo del Palacio de los Mariscales (sede del CSM), seguramente éste es el momento de analizar el accionar a lo largo de estos cuatro años y, a la luz de los hechos, no se puede decir que el Consejo Superior de la Magistratura pasado haya brillado por la defensa de los magistrados. Es más, incluso se podría decir que se ha tratado del peor CSM de la historia.
La última acción de su Presidente, que además es nuestro Jefe de Estado, bastaría para demostrarlo. La carta enviada al Consejo Superior de la Magistratura en la que se le pide a los consejeros que cubran “prioritariamente” los cargos de los altos puestos de los despachos judiciales que desde hace mucho tiempo han quedado acéfalos y según el criterio cronológico parecería ser una intervención “prepotente” o que de hecho ha dado el vía libre burocrático, hipócrita y fariseo, sancionando de hecho el freno a la elección del nuevo Procurador de Palermo. Un freno absurdo, si se tiene en cuenta que la Fiscalía de Palermo es una de las más importantes de Italia, que llegó a pesar de que la Comisión para los cargos directivos ya hubiera dado una opinión de su parte expresándose a favor de Guido Lo Forte (hoy Procurador en Messina) con 3 votos, a favor de Sergio Lari (Procurador en Caltanissetta) con un voto y a favor de Francesco Lo Voi (Eurojust) también con un voto. La acción del Presidente Giorgio Napolitano podría tomarse además como un mensaje para el “sucesor” de Francesco Messineo, en miras del próximo interrogatorio del Jefe de Estado en el proceso judicial sobre la tratativa Estado-mafia. Además el CSM ya ha dado demostración, en el pasado reciente, de dejarse condicionar en más de una oportunidad por los “deseos” del Jefe de Estado, que es el Presidente del CSM pero que de hecho no tendría que tener poderes. Es suficiente con pensar en las innumerables medidas disciplinarias abiertas (y la mayoría de las veces archivadas o que se han concluido con la absolución) en contra de magistrados como Antonino Di Matteo, Antonio Ingroia, Roberto Scarpinato y el mismo Jefe de la Fiscalía, Francesco Messineo. Instrumentos utilizados para hacer presión sobre quienes se han encontrado o se encuentran aún hoy investigando y representando a la acusación en investigaciones tan importantes como la que se lleva a cabo sobre la tratativa Estado-mafia, o el proceso Mori y Obinu*, sobre los atentados del ’92 y ’93 y otras más.
Un condicionamiento evidente y continuo que ni siquiera se logró cumplir durante los años ’80 y ’90, cuando predominaba el poder político demócrata cristiano y socialista, y que vio el ‘impeachment’ en contra del Presidente de esa época, Francesco Cossiga, por estar acusado de intentar impedir que el CSM planteara como orden del día argumentos políticos que no eran de su competencia. Un CSM que también ha sido el autor de aberraciones jurídicas como la circular del pasado 5 de Marzo que modifica el artículo 8 de la circular sobre las Direcciones Distrectuales antimafia en las Fiscalías. Con este medio se planteaban nuevos criterios mucho más rígidos para identificar los “casos excepcionales” que permitan la designación de magistrados que no pertenezcan a la DDA para eventuales procesos judiciales que asignar a ese grupo de trabajo.
Ha sido un verdadero “operativo” en contra del “pool que investiga sobre la tratativa”, considerando que los Fiscales de dicho pool, Nino Di Matteo, Roberto Tartaglia y Francesco Del Bene no pertenecen a la DDA. Solo la intervención de Francesco Messineo que planteó la cuestión al CSM destacando: “en obsequio al principio de continuidad en la asignación de las investigaciones por un mismo hecho”, destacando la importancia de no desperdiciar el patrimonio cognoscitivo de los magistrados que no forman parte de la DDA, logró evitar la disolución del mismo permitiendo la asignación de las próximas investigaciones sobre la negociación.
Un juicio que, queda claro, provoca miedo en todos los niveles. Y desde hace tiempo el Consejo Superior de la Magistratura ha dejado en claro cuál es su posición al respecto. Es suficiente con pensar en lo ocurrido a finales del mes de diciembre pasado, cuando una delegación del mismo fue a Palermo para manifestar su solidaridad hacia los magistrados de la Fiscalía amenazados por la mafia, y no se reunió con ninguno de los Fiscales que habían sufrido amenazas. No hubo ninguna reunión con Antonino Di Matteo, objeto del dictamen de muerte lanzado desde la cárcel directamente por Totò Riina, pero tampoco la hubo con Francesco Del Bene, Vittorio Teresi, o Roberto Tartaglia, que junto a él son los titulares de la investigación sobre la tratativa Estado-mafia.
Y el motivo es claro. Nadie ha invitado a los magistrados a reunirse con los miembros del CSM. “Si Di Matteo hubiera estado aquí habría estado dispuesto a demostrarle con un abrazo mi cercanía, pero no lo veo” se justificaría en dicha ocasión el abogado Michele Vietti, quien además es el vice Presidente del CSM. Un gran papelón pero que en realidad representa un mensaje claro. Sería algo así como decir “nos solidarizamos con los magistrados amenazados pero no con Antonino Di Matteo y con los demás miembros del pool antimafia”. Una forma clara de expresar su contrariedad en cuanto al proceso judicial sobre la tratativa.
Notas:
Proceso Mori Obinu:
http://www.antimafiadosmil.com/index.php?option=com_content&view=article&id=2720:sentencia-de-absolucion-de-oficiales-mori-obinu-una-verdadera-canallada&catid=132:mafia-italiana&Itemid=662

EL PEOR CONSEJO SUPERIOR DE LA MAGISTRATURA,  DE LA HISTORIA

 

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Por Giorgio Bongiovanni - 6 de Agosto de 2014

Han pasado cuatro años desde que el CSM eligiera como vice Presidente a Michele Vietti. A pesar de la prórroga del Quirinal (sede de la Presidencia de la República, ndr.) que concedía al actual Consejo, ya que el Parlamento todavía no ha procedido a la elección de los ocho miembros laicos del nuevo Consejo del Palacio de los Mariscales (sede del CSM), seguramente éste es el momento de analizar el accionar a lo largo de estos cuatro años y, a la luz de los hechos, no se puede decir que el Consejo Superior de la Magistratura pasado haya brillado por la defensa de los magistrados. Es más, incluso se podría decir que se ha tratado del peor CSM de la historia.

La última acción de su Presidente, que además es nuestro Jefe de Estado, bastaría para demostrarlo. La carta enviada al Consejo Superior de la Magistratura en la que se le pide a los consejeros que cubran “prioritariamente” los cargos de los altos puestos de los despachos judiciales que desde hace mucho tiempo han quedado acéfalos y según el criterio cronológico parecería ser una intervención “prepotente” o que de hecho ha dado el vía libre burocrático, hipócrita y fariseo, sancionando de hecho el freno a la elección del nuevo Procurador de Palermo. Un freno absurdo, si se tiene en cuenta que la Fiscalía de Palermo es una de las más importantes de Italia, que llegó a pesar de que la Comisión para los cargos directivos ya hubiera dado una opinión de su parte expresándose a favor de Guido Lo Forte (hoy Procurador en Messina) con 3 votos, a favor de Sergio Lari (Procurador en Caltanissetta) con un voto y a favor de Francesco Lo Voi (Eurojust) también con un voto. La acción del Presidente Giorgio Napolitano podría tomarse además como un mensaje para el “sucesor” de Francesco Messineo, en miras del próximo interrogatorio del Jefe de Estado en el proceso judicial sobre la tratativa Estado-mafia. Además el CSM ya ha dado demostración, en el pasado reciente, de dejarse condicionar en más de una oportunidad por los “deseos” del Jefe de Estado, que es el Presidente del CSM pero que de hecho no tendría que tener poderes. Es suficiente con pensar en las innumerables medidas disciplinarias abiertas (y la mayoría de las veces archivadas o que se han concluido con la absolución) en contra de magistrados como Antonino Di Matteo, Antonio Ingroia, Roberto Scarpinato y el mismo Jefe de la Fiscalía, Francesco Messineo. Instrumentos utilizados para hacer presión sobre quienes se han encontrado o se encuentran aún hoy investigando y representando a la acusación en investigaciones tan importantes como la que se lleva a cabo sobre la tratativa Estado-mafia, o el proceso Mori y Obinu*, sobre los atentados del ’92 y ’93 y otras más.

Un condicionamiento evidente y continuo que ni siquiera se logró cumplir durante los años ’80 y ’90, cuando predominaba el poder político demócrata cristiano y socialista, y que vio el ‘impeachment’ en contra del Presidente de esa época, Francesco Cossiga, por estar acusado de intentar impedir que el CSM planteara como orden del día argumentos políticos que no eran de su competencia. Un CSM que también ha sido el autor de aberraciones jurídicas como la circular del pasado 5 de Marzo que modifica el artículo 8 de la circular sobre las Direcciones Distrectuales antimafia en las Fiscalías. Con este medio se planteaban nuevos criterios mucho más rígidos para identificar los “casos excepcionales” que permitan la designación de magistrados que no pertenezcan a la DDA para eventuales procesos judiciales que asignar a ese grupo de trabajo.

Ha sido un verdadero “operativo” en contra del “pool que investiga sobre la tratativa”, considerando que los Fiscales de dicho pool, Nino Di Matteo, Roberto Tartaglia y Francesco Del Bene no pertenecen a la DDA. Solo la intervención de Francesco Messineo que planteó la cuestión al CSM destacando: “en obsequio al principio de continuidad en la asignación de las investigaciones por un mismo hecho”, destacando la importancia de no desperdiciar el patrimonio cognoscitivo de los magistrados que no forman parte de la DDA, logró evitar la disolución del mismo permitiendo la asignación de las próximas investigaciones sobre la negociación.

Un juicio que, queda claro, provoca miedo en todos los niveles. Y desde hace tiempo el Consejo Superior de la Magistratura ha dejado en claro cuál es su posición al respecto. Es suficiente con pensar en lo ocurrido a finales del mes de diciembre pasado, cuando una delegación del mismo fue a Palermo para manifestar su solidaridad hacia los magistrados de la Fiscalía amenazados por la mafia, y no se reunió con ninguno de los Fiscales que habían sufrido amenazas. No hubo ninguna reunión con Antonino Di Matteo, objeto del dictamen de muerte lanzado desde la cárcel directamente por Totò Riina, pero tampoco la hubo con Francesco Del Bene, Vittorio Teresi, o Roberto Tartaglia, que junto a él son los titulares de la investigación sobre la tratativa Estado-mafia.

Y el motivo es claro. Nadie ha invitado a los magistrados a reunirse con los miembros del CSM. “Si Di Matteo hubiera estado aquí habría estado dispuesto a demostrarle con un abrazo mi cercanía, pero no lo veo” se justificaría en dicha ocasión el abogado Michele Vietti, quien además es el vice Presidente del CSM. Un gran papelón pero que en realidad representa un mensaje claro. Sería algo así como decir “nos solidarizamos con los magistrados amenazados pero no con Antonino Di Matteo y con los demás miembros del pool antimafia”. Una forma clara de expresar su contrariedad en cuanto al proceso judicial sobre la tratativa.

Notas:

Proceso Mori Obinu:

http://www.antimafiadosmil.com/index.php?option=com_content&view=article&id=2720:sentencia-de-absolucion-de-oficiales-mori-obinu-una-verdadera-canallada&catid=132:mafia-italiana&Itemid=662