ESPÍRITU ANTIMAFIA
Por Patricio César Alod (Enviado Especial a Palermo)
Tras el frío mármol de las paredes del Palacio de Justicia de la ciudad de Palermo en Italia, como si de un sueño se tratase, aún se escuchan los pasos de dos jueces justos que hoy fisicamente no están con nosotros. Por las galerías del enorme edificio se puede oir el murmullo de sus voces y el sonido de los miles de expedientes que pasan por las manos de Falcone y Borsellino, representantes de una lucha que hace 22 años parecía haber acabado a favor de la mafia que con dos bombas cortaba las cabezas de una revolución que habría cambiado la historia.
Hoy en el 2014 algunos pasan por esos corredores como no queriendo ver que detrás de ellos está la vida y la sangre derramada por estos hombres en Capaci y Via D’Amelio.
Hoy en un mundo vacío de justicia, cuando todo parece perdido y ante la inoperancia de algunos jueces tibios, de periodistas que traicionan sus principios por dinero y de un pueblo que por miedo o por ignorancia no reacciona ante el colapso socio-económico que está viviendo, un rayo de luz y esperanza ilumina nuevamente los salones de la justicia. Este resplandor de verdad son los jueces que toman el camino de lucha que han dejado Falcone y Borsellino. Uno de ellos es el juez antimafia Nino Di Matteo que junto a pocos abogados, periodistas y gente de bien avanza hacia la verdad desenmascarando el fraude político que gobierna y al Estado corrupto que en una simbiosis putrefacta se alía a la mafia para consumir la vida de las personas y acabar con la esperanza. 
Cada día que pasa es una nueva batalla donde estos hombres sacan a la luz la hipocresía absurda en la que vivimos, en donde la televisión nos muestra el paraíso y afuera se desata el infierno. Donde los políticos con risa burlona se mofan del pueblo cambiando leyes a su antojo y por conveniencia, mientras el monstruo del hambre y la crisis se acerca cada vez más tomando poco a poco y por sorpresa a los más pobres y desprotegidos.
En la semana que va del 14 al 20 de julio se vivieron días intensos en Palermo. La conmemoración a Paolo Borsellino recordando el atentado de Via D’Amelio convocó a miles de personas que en esa calle se juntaron para pedir una vez más por justicia. En el escenario se contó con la presencia de Salvatore Borsellino, el hermano de Paolo y fundador del Movimiento de las Agendas Rojas. Al correr la tarde contamos con la presencia del juez Nino Di Matteo y otras personas de renombre que se dedican a esta dura misión de luchar por la justicia. Tambien se hicieron presentes familiares de las víctimas y varios grupos antimafia, entre ellos el grupo de jóvenes de Our Voice que presentó un espectáculo emocionante.
Durante esa semana también se realizó una manifestación en la Facultad de Jurisprudencia de esta ciudad donde se presentaron el ex magistrado Antonio Ingroia, el fiscal Giuseppe Lombardo que combate la mafia calabresa ‘Ndrangheta, el periodista, y director de la revista AntimafiaDuemila Giorgio Bongiovanni, Salvatore Borsellino hermano de Paolo, Francesco Del Bene, fiscal del pool antimafia y Margherita Atria, familiar de víctimas de la mafia. Se contó también con la participación especial de Juan Alberto Rambaldo, juez de la Argentina y director de la revista AntimafiaDosmilArgentina y nuevamente del grupo de jóvenes y niños de Our Voice. 
Fue emocionante ver a una ciudad tomando la bandera de la justicia y pedir por su derecho a saber la verdad. De toda Italia e incluso de otras partes del mundo, desde países sudamericanos como Argentina y Uruguay hasta del norte de Europa como Inglaterra y Noruega se unieron a esta marcha social, demostrando que el combate antimafia está tomando un carácter mundial.
La semana de conmemoraciones llegó a su fin y las manifestaciones terminaron pero el trabajo de estos hombres y mujeres que luchan día a día contra la mafia sigue. Es entonces cuando me pregunto ¿qué es luchar contra la mafia? y enseguida obtengo la respuesta: es entregar la vida por completo. Es utilizar todas nuestras fuerzas y nuestro ser para arrancar de raiz a esta hiedra venenosa que destruye nuestro espíritu. Luchar contra la mafia es caminar por el valle de tinieblas, es soportar insultos, amenazas, traiciones, es ver incluso como las personas por las que se lucha nos dan la espalda y a pesar de todo seguir adelante. La lucha contra la mafia es una forma de vida, una disciplina y una revolución que han iniciado Falcone y Borsellino junto a otros mártires y que hoy continúan hombres como Nino Di Matteo, 
Antonio Ingroia, Giuseppe Lombardo y otros pocos y que sin titubear, nosotros, el pueblo, debemos acompañar. Nos pueden matar pero siempre vamos a volver, siempre va a haber alguien que siga gritando, porque la carne muere pero el espíritu de lucha y de libertad vive por siempre. Ese espíritu hoy más que nunca viene grabado en las células de las nuevas generaciones, de los nuevos hombres libres que nacen en este mundo para reclamar lo que nos pertenece, un planeta donde la justicia sea la base de la sociedad y de nuestra vida. No hay frontera ni religiones, ni política ni economía que pueda vencer la sed de justicia que corre por las venas de las nuevas generaciones. Pero debemos entender que los hombres justos que luchan incansablemente contra esta enfermedad llamada mafia necesitan un pueblo unido, culto, informado, que se interese por lo que le está sucediendo en nuestro mundo, necesitan una juventud activa, entusiasta, que con pasión dedique su tiempo a crecer firmes y dignos con el espíritu antimafia de Falcone y Borsellino en nuestros corazones, haciendo todos una muralla impenetrable para que nunca más se repita la masacre de Capaci y Via D’Amelio. Es hora de hacer un cambio para dejar de vivir en la mentira y comenzar a luchar por la verdad.
8 de agosto de 2014