Viernes 29 Marzo 2024
El resultado de la indagatoria permitió el procesamiento con prisión de tres hombres mayores de edad: dos de ellos involucrados directamente en la red de explotación sexual y un tercero por consumo y comercialización de drogas, por cierto dentro del ámbito de las menores e inclusive – y quizás- de los “clientes” de las menores.
Oportunamente -nos estamos refiriendo a un año atrás- las autoridades ya habían iniciado una investigación respecto a la prostitución infantil, pero la misma no tuvo resultados positivos. Ocurrió lo contrario unos 365 días después, vale inaudecir en los meses de marzo y abril, del corriente año, cuando la Justicia recibió denuncias concretas de autoridades del Instituto Nacional del Menor (Inau) del departamento.

Tal parece que una jovencita, que había ingresado al sistema del Instituto habría sido la punta de la madeja que hizo despertar sospechas a los jerarcas del Inau, estableciendo que muchas jovencitas igualmente internas, de retorno al hogar donde se encontraban, lo hacían con objetos nuevos que difícilmente podrían adquirir por sus propios medios.
Pero a las denuncias formales de los responsables del Inau se sumaron las alertas que recibió la Policía de parte de vecinos, especificando –muchas veces telefónicamente- que reiteradamente personas mayores pasaban a buscar a las adolescentes, por el hogar donde estaban internas, para llevarlas a diferentes puntos de la ciudad con la finalidad de ser abordadas por clientes.

Siguiendo las pautas de nuestro sistema judicial vigente y por el tenor de los delitos a investigar, las denuncias en cuestión –si bien radicadas en el departamento de Paysandú- fueron derivadas para su investigación a la sede judicial especializada en el crimen organizado de Montevideo, tomando intervención el Juez Jorge Díaz. Precisamente –y en relación al caso de prostitución- el magistrado dijo a los medios de comunicación, en particular a un colega del diario El Pais :”tuvimos una reunión con la Dirección de Investigaciones de Paysandú. Se dispuso un sistema de vigilancia con filmaciones. Algunas fueron un poco dificultosas porque había que realizarlas de noche. También se ordenaron seguimientos, primero a uno de los ahora procesados y luego a otro”
El Juez Diaz agregó que la siguiente etapa fue interceptar las comunicaciones telefónicas de los presuntos involucrados “y esta situación permitió probar todo lo que venía sucediendo y en tal sentido se decidió intervenir. No se podía dilatar más. Había chicas en situación de riesgo”
En consecuencia, los días lunes 27 y martes 28 de julio prestaron declaración ante la Justicia –es decir ante el Juez Díaz y el Fiscal Ricardo Perciballe- un total de 11 menores: dos varones y nueve mujeres, entre los 13 y 17 años. Cabe consignar que los menores involucrados en esta red superan los veinte y varios de ellos estuvieron en algún momento de su vida vinculados de alguna manera al Instituto Nacional del Menor. Algunos cometieron infracciones y otros se encontraban en situación de amparo. Dos adolescentes que declararon ante el Juez, por ejemplo, estaban internadas en un hogar de Paysandú y una tercera fue restituida por orden judicial.

prosti2prostitucion1Precisamente una de estas adolescentes era quien tenía por cometido atraer a las demás chicas a la red, para concretar luego su respectiva explotación sexual. En la indagatoria judicial todos los involucrados testimoniaron que las adolescentes se prostituían voluntariamente, de ahí que el Juez Díaz llegó a decir: “no constatamos casos de violación, aunque aún nos resta ubicar a otras jóvenes”

En ese marco de indagatorias y noticias, siempre relacionadas con la explotación sexual de las adolescentes, trascendió que casi todos los menores involucrados tenían historias de vida muy duras y que la mayoría no vive con su familia y que algunas chicas estaban en situación de calle y dormían donde las sorprendía la noche.
Se pudo saber además. que dos hombres de los tres que resultaron procesados eran quienes comandaban el sistema de “distribución” de adolescentes, por zonas claves de la ciudad de Paysandú, y que las iban a buscar en auto o camioneta para llevarlas a sitios “estratégicos” donde ejercían la prostitución. Esos lugares “estratégicos” eran plazas de la ciudad o la zona del puente internacional e inclusive algunos bares, aunque en ocasiones eran trasladadas a una chacra, propiedad de uno de los proxenetas. Parte del dinero que obtenían las adolescentes era retirado por los proxenetas.
En definitiva las instancias judiciales derivaron en el procesamiento con prisión de un hombre identificado como Wilton Gualberto Pérez Bonilla, de 56 años, poseedor de antecedentes penales por proxenetismo, y de otro hombre, identificado como Daniel Hugo Henning Fernández, de 59 años Al primero se le caratuló en el expediente “un delito de violación a los artículos 4 y 5 de la Ley 17.815” y al segundo:”un delito de violación al artículo 4to de la Ley 17.815”. Ambos delitos se refieren a la “retribución o promesa de retribución para prostituirse”.
Asimismo se dio a conocer que como resultado de las actuaciones se concretó un allanamiento en una vivienda de la calle Baltasar Brum al Norte y allí se incautaron 12 gramos de cocaína, dinero, una pistola y celulares. En definitiva allí se detuvo a un hombre de 36 años, quien más tarde fue igualmente procesado con prisión por haber incurrido en un delito previsto en el artículo 31 del Decreto Ley 14.294, en la redacción dada por la Ley 17.016, en la modalidad de tenencia para su consumo en calidad de autor.
Pero de acuerdo a una reciente versión del Juez Díaz, el caso no finalizó con la resolución en cuestión. Se supo que ahora la investigación se centrará en identificar a los clientes de los menores –y a más proxenetas- y que esta tarea –trascendió también- se encontraría bastante avanzada a raíz de la vigilancia e interceptación de llamadas, realizadas durante los últimos meses.
“Todos hablan pero nadie se compromete”
“Inau detectó tres redes más de menores prostituidos” es el titular de una nota publicada en el matutino El País, con fecha 31 de julio, profundizando en relación a la red de prostitución desbaratada por las autoridades policiales y judiciales en la ciudad de Paysandú y puntualizando en su acápite que las autoridades del Instituto Nacional del Menor (Inau) denunciaron a la Justicia la existencia de tres redes más de prostitución infantil en el Interior del país, consignándose además que en la ciudad de Montevideo –capital del Uruguay- un diez por ciento de los adolescentes que asisten a la ONG “El Faro” son víctimas de explotación sexual.
“La explotación sexual infantil es un problema que siempre existió pero que ahora se hizo más visible” fueron las afirmaciones, a periodistas de El País, del Director del Inau Jorge Ferrando. Y casi en similares términos se pronunció Edgard Marzarini, en calidad de presidente del Comité de Erradicación de la Explotación Sexual.
Marzarini entiende que “la gente está advirtiendo que atenta contra los derechos humanos de los jóvenes y está recurriendo a los mecanismos que el Estado tiene. Ahora la sociedad quizás perciba que se esta dando prácticamente frente a sus narices”.
En la nota de El País, que aludimos, se precisa además, que tras las actuaciones judiciales y policiales de la ciudad de Paysandú, directores del Inau pusieron en conocimiento de la Justicia que hay más redes de prostitución, en el Interior del país, quizás no de la dimensión de la que se desbarató en la zona del litoral.
Jorge Ferrando dijo también que la problemática de la prostitución infantil es compleja y que tiene que ver con estrategias de sobrevivencia de algunos grupos familiares, que utilizan la prostitución como una forma de generar ingresos. Eso aparece fuertemente vinculado con situaciones de maltrato y abuso familiar. Muchos de los hechos que han salido a la luz en los últimos tiempos han tenido que ver con padrastros o acuerdos dentro del grupo familiar que usan a hijos o hijas para el ejercicio de la prostitución. Se configura allí una doble situación: abuso en la familia y prostitución”.

prosti3En la nota se consigna la opinión de Adriana Imperial, responsable de Promoción Social de la Intendencia de Paysandú. Puntualmente señala “son familias que viven hacinadas, sin control y en promiscuidad, a los 4 o 5 años, los niños dejaron de ser niños, el abuso pasa a ser normal para ellos y asocian el sexo con dinero”
Refiriéndose a los hechos del departamento de Paysandú, por ejemplo, la edila del Frente Amplio, integrante de la Junta Departamental y de la Comisión de Promoción Social, Estela Mieres –y con experiencia de siete años, de trabajo en hogares del Inau- ha sido más precisa :”todos hablan y nadie se compromete al momento de hacer una denuncia”

Mieres agregó –consigna la nota de los colegas Friedman y Sanovich, de El País-:” este tipo se situaciones existieron siempre”, dijo además que las mismas internas “relataban la forma en que eran entrenadas para el trabajo y mostraban la ropa que les daban. Alguna denuncia llegó a la Justicia, pero se encontraban que no se podía probar la situación. Y todo quedaba en la nada”
Por su parte, Andrea Tuana de la ONG “El Faro” especificó que de las 120 adolescentes que asistimos por mes en la ONG, un diez por ciento son víctimas de explotación sexual comercial (fundamentalmente prostitución y pornografía infantil) y que los casos de explotación sexual infantil se dan en plazas de algunos barrios como Colón –en Montevideo-, locales dentro de asentamientos donde venden tragos, calles y algunos circuitos donde conviven varias adolescentes.
“Lo que hemos visto son adolescentes que se fugan de su casa por maltratos o abusos graves y son captados por adultos varones y otros por familias. Se van a vivir con ellos y allí se concentra la explotación. Son casas donde viven adolescentes y hay adultos que ofician de proxenetas”, fueron las explicaciones de Tuana. Después, la especialista fue más allá en sus apreciaciones:“en el Uruguay no hay instituciones especializadas en asistir a estas víctimas y creo que el país las necesita”. No obstante, en la ONG “El Faro”, se trata a estos menores con terapia psicológica e individual.
Andrea Tuana añadió luego “para mi el daño más grave es que no se constituyen en sujetos de derecho, como personas. Han vivido siempre como objetos de otro y con un daño emocional importante. En general, vienen de abusos sexuales o maltratos importantes en sus familias y luego vuelven a ser víctimas”
En resumidas cuentas, todo este conjunto de situaciones relacionadas con la explotación sexual en particular de menores, a nosotros como periodistas y al ciudadano común, sin duda nos genera repulsión y un sentimiento de impotencia, que podríamos calificar de indescriptible. Y no en vano, el criterio de rechazo y de análisis, en procura de salidas que neutralicen tan repudiable comercio, del cual son víctimas indefensas almas, no tiene fronteras ni obstáculos, porque –nos resulta honesto decirlo- compartimos plenamente la reflexión que formula Andrea Tuana, en el sentido de abrir la conciencia ciudadana de que la no existencia de clientes podría ser una válvula de salida para poner punto final a todo ese desmesurado e inescrupuloso abuso, lamentablemente ya de uso corriente en nuestra y otras sociedades del planeta.
Tuana dice que es necesario “hacer un llamado de atención y a la reflexión social. Convivimos con clientes, son hombres que viven en nuestra sociedad. Las propias gurisas te dicen que son de variada condición social, casados, solteros. ¿Qué está pasando? Como sociedad en cierta medida se está legitimando esto. Tiene que estar claro que el que tiene sexo con un adolescente al que le paga está cometiendo un delito. Si no existieran clientes no existiría explotación sexual”
Pero también, ésta especialista, advierte un cambio en positivo, al haberse dado intervención a los juzgados especializados en el crimen organizado. Ha dicho:” nos dan mucha esperanza de que podamos empezar a investigar y a combatir la impunidad. Lo que sucedía antes era que la prueba quedaba demasiado depositada en el adolescente, que tenían muchos miedos y a veces relaciones ambivalentes con sus explotadores. Que hoy se hagan, como en el caso de Paysandú, escuchas y seguimiento nos parece un avance muy importante”
En la nota del 31 de julio, de El País, también se da cuenta de otros tres casos de explotación sexual de menores, en el Interior del Uruguay, que fueron oportunamente investigados y que ahora están en la lupa de la Justicia competente. Se trata de redes de prostitución detectados por funcionarios del Inau, en la ciudad de Paso de los Toros, en el departamento de Florida y en la ciudad de Aceguá, departamento de Cerro Largo. 
El director del Inau, Jorge Ferrando informó:”en Paso de los Toros había una ruta de locales donde se producía la actividad de explotación sexual, también algún centro turístico involucrado y taxis que llevaban a las chiquilinas. Hubo procesados y las víctimas fueron puestas a disposición del Inau para su protección. En Florida había sucedido algo similar en el año 2007,con el saldo de dos procesados, decenas de detenidos, más de 12 allanamientos y tres bares cerrados, siendo las víctimas adolescentes entre los 15 y 16 años. Entretanto en Aceguá, departamento de Cerro Largo, fue desbaratada de cuatro hombres y una mujer –que todavía permanecen en la cárcel- por prostitución de menores y proxenetismo”
Es obvio –como periodistas de Antimafia- que nos oponemos tenazmente a éstas prácticas repulsivas de explotación sexual de menores, fuera y dentro de fronteras del territorio uruguayo, porque su sola existencia, da una idea clara de la aberrante indiferencia e insensibilidad, que gobierna a los hombres del civilizado mundo de hoy, en cuyo extremo insalubre y repugnante, parece no dudar de abusar de los más débiles entre los débiles: niños y adolescentes de ambos sexos, desamparados de padres, calidad de vida, hogar, afectos y posibilidades de educación: los menores en situación de riesgo. ¡! Vaya mundo el que nos ha tocado en suerte ¡!