marihuanaPor Félix Vera-1 de junio de 2017

Nombre Científico: Cannabis sativa

Las plantaciones de marihuana aparecieron en Paraguay en la década del 60 en dos regiones fronterizas con el Brasil. Medio siglo después, según el informe de la policía, la producción de cannabis alcanza 8000 hectáreas y está presente en 8 departamentos. Los principales son: Amambay, San Pedro, Canindeyú,  Caazapá y el centro y norte del país. Los expertos en droga no descartan que los traficantes de marihuana sigan extendiendo su cultivo en todo el país. Según la SENAD (Secretaría Nacional Antidroga) anualmente salen de Paraguay 30.000 toneladas de hierbas.

Los extensos campos verdes paraguayos de la región oriental esconden entre los cultivos comunes de la agricultura, como maíz y mandioca, grandes plantaciones de marihuana en las que trabajan cientos de campesino y han llevado a estas comunidades a dedicarse a la actividad ilícita. La marihuana paraguaya es un producto muy preciado en el exterior; su comercialización crece en el mes de febrero, principalmente en Brasil, a causa de los carnavales en Rio de  Janeiro y San Pablo.

En cuanto al  tráfico de cocaína, éste  es mucho más rentable que la marihuana, porque  en el envío de polvo blanco los traficantes  ganan tres y hasta cuatro veces más de lo que podrían obtener con una carga de marihuana. Colombia es un gran productor de clorhidrato de cocaína y exporta esa mercancía hacia varios puntos. Paraguay, nunca fue gran comprador de ese estupefaciente, pero los pocos  controles de las autoridades hacia el cielo paraguayo hace que sea la ruta más apetitosa para los narcotraficantes, quienes enviaban narco avionetas cargadas de cocaína al Brasil, a través de Paraguay.

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Los ingenios malignos de los traficantes, siempre están innovando sistemas para burlar a las autoridades. Entonces, se comenzó  a cambiar la estrategia de traer mercancías de otros países, para ir produciendo la cocaína en el país. Al principio se hicieron pequeños e improvisados laboratorios a modo de prueba, para decidir si conviene (si es rentable)  producir la droga en Paraguay, para luego sacarla acortando la distancia y riesgos de los vuelos. Parecería que la respuesta fue positiva y se comenzaron a instalar laboratorios en más lugares de producción, cada vez más grandes y modernos, para dar abasto a la demanda internacional.

La SENAD llegó a descubrir 12 laboratorios en el año 2012 y las zonas elegidas para instalar sus carteles fueron las fronteras, donde se elaboran las drogas y rápidamente son sacadas en camiones o avionetas. De esta manera Paraguay le daba el valor agregado a la simple producción de marihuana. Y ahora ya ingresa en el mercado más exigente y más poderoso. En consecuencia, se da un considerable el aumento  de los ingresos económicos fruto de  los negociados de la cocaína. Como mencionamos la marihuana paraguaya tiene un elevado costo internacional, pero el polvo blanco le supera y apunta a las grandes estructuras de los narcos.

Desde los primeros hallazgos de improvisados laboratorios, pasando hasta los más grandes y modernos se puede notar que los narcotraficantes apuntaban siempre al frágil sistema de seguridad, para ir procesando la mercancía y sacarla del país de diferentes maneras. Las grandes extensiones de fronteras seca, la escasa presencia del estado y la complicidad de las autoridades en estas regiones han facilitado y se han convertido  en  un gran aliado de los carteles de las drogas. A todo este panorama se suma la gran corrupción que existe y que se doblega ante la fuerza de la mafia.

Por todo esto, el Paraguay vuelve a ser calificado internacionalmente como el paraíso de las drogas y es uno de los mayores países productores de marihuana en América Latina. Esto trae aparejado, como consecuencia, un campesinado explotado en condiciones lamentables, corrupción a todo nivel, guerra de organizaciones criminales por control de la frontera y hasta semillas mejoradas para multiplicar la producción. Son varios los motivos y las secuelas conocidas de violencias elevadas, tasas de homicidio, asesinato, impunidad y abusos en situación de pobreza extrema y negocios controlados por brasileños. La falta de políticas agrarias, la fragilidad y la ausencia del  Estado para la población rural hicieron que poco a poco y cada vez con menos disimulo,  jóvenes campesinos se vayan vinculando al cultivo de marihuana.

El agente de policía Abel Cañete reveló que según datos de inteligencia, el PCC (Puesto Comando Capital, organización criminal que opera en las triples fronteras) está capacitado en diferentes áreas, tales como tráfico de drogas, armas, asaltos a entidades financieras, movimientos activos y envíos de sicarios. Por lo tanto, la producción de drogas sigue gozando de buena salud gracias a las organizaciones criminales y carteles que operan en las fronteras del país  y en complicidad con las autoridades de turno.

*Foto de Portada: www.ea.com.py

*Foto 2: www.ultimahora.com.py