La antesala de este nuevo ataque a la dirigencia comunitaria colombiana se sitúa en pasado día 3 de abril cuando el Consejo Comunitario de la Larga y Tumaradó denunció amenazas proferidas contra sus miembros.

Los autores de estas intimidaciones de ribetes amenazantes fueron personas ostentando armas de grueso calibre, al menos así fue informado por la cúpula del Centro de Investigación y Educación Popular (CINEP). En ese marco se pudo saber que algunas de las múltiples acciones de hostigamiento que sufrieron los líderes comunitarios de la zona fueron literalmente amenazas directas contra sus vidas, visibilizándose además la presencia de estos sujetos armados junto a sus domicilios, llegando incluso en ocasiones a destrozarlas, como así también cosechas y linderos.

Colombia se desangra 2

En torno a estos episodios se dio a conocer que la Jurisdicción Especial para la Paz (JEP) –creado por el Acuerdo de Paz entre el Gobierno colombiano y las FARC- acreditó al Consejo Comunitario de la Larga y Tumaradó como víctima colectiva, teniendo en cuenta hechos como la desaparición forzada, homicidio, masacre y desplazamiento forzado que se han sufrido, en las 48 comunidades que componen el Cocolatu.

En tal sentido debemos consignar (o mejor dicho, recordar a la opinión pública) que desde el pasado año 2019 el Consejo viene demandando al gobierno colombiano que se comprometa con las medidas de protección y de seguridad.

Un reclamo que es recurrente y que de hecho, la indiferencia gubernamental que la sido impuesta sobre el mismo, ha dejado un saldo trágico que no podemos ignorar, y que urge denunciar. Urge denunciar que según el Instituto de Estudios para el Desarrollo y la Paz (Indepaz), la friolera de uno 1.000 líderes sociales y defensores de los derechos humanos han sido asesinados en Colombia desde la firma misma del Acuerdo de Paz del año 2016, hasta el mes de agosto de este 2020, registrándose, en lo que va del año a la fecha, la cifra espeluznante de 45 masacres.

Colombia se viene desangrando de la mano de una hipocresía criminal instalada en el seno del gobierno (en el momento de la firma del Acuerdo de Paz y ahora mismo).

¿Será entonces que queda claro que las manos turbias de la actual administración se encuentran tintas en sangre? ¿Será entonces que además todo este concierto de hostilidades está estrechamente ligado a la criminalidad proveniente del país del Norte y de una criminalidad propia Instaladas y extendida en un país de belleza natural indescriptible, donde las violencias generadas por el hombre forman parte de su historia?

¡¡Vaya Acuerdo de Paz firmado!!

¡¡Colombia se desangra día a día!!

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*Foto de Portada: de Juan Bautista Díaz.REUTERS

*Foto 2: You Tube/ Caracol TV