El evento, donde también participó el abogado Darío Kosovsky, fue realizado por videoconferencia, propio a los tiempos de la pandemia. El mismo fue organizado por el Instituto Latinoamericano de Seguridad y Democracia (ILSED), y moderado por Tamara Peñalver.

El ministro Saín intenta una mirada crítica sobre la situación de inseguridad y narcotráfico que atraviesa la provincia. En particular sobre la violencia en ciertos barrios populares, dice: “El sistema de seguridad pública, es un sistema de seguridad que, lo que hace es proteger los centros integrados de la invasión de extranjeros, socialmente hablando, que son las poblaciones periféricas que sobran. Las poblaciones que no están dentro del conjunto de regulaciones de la población que si está integrada. El sistema de seguridad pública es un sistema de control de fronteras sociales”.

Este control social, hoy en día se expresa desde la propaganda capitalista, desde el consumo clasista, desde las diferencias abismales en el acceso a la educación, a la salud o al mundo laboral. Esta forma de ghetto social, se promovió, se sostuvo y se sostiene, gracias a un aparato represivo, que constantemente invierte en tecnología de guerra y se evade de invertir en conocimiento de pacificación.

Explica Saín: “El sistema de seguridad pública de la Provincia de Santa Fe, fue pergeñado en la década del 50 (…). Luego fue reformulada, y vuelta a reformular. Pero en la actualidad es ya un sistema obsoleto, prehistórico. El mundillo criminal se transformó, hay mercados ilegales extremadamente sofisticados. Hay estructuras criminales dedicadas a la extorsión a la siciliana de una envergadura enorme. Hay una cultura de evasión tributaria y de la ilegalidad de los factores de poder”.

“Santa Fe tiene una institucionalidad muy débil. Los factores de poder histórico que lo han gobernado necesitaban de un Estado débil para poder hacerlo. La iglesia, el poder judicial tradicional, la política tradicional muy vinculada al mundo productivo. Los gobiernos socialistas pactaron con la policía, hicieron todo lo que nosotros hemos criticado a los gobiernos de la derecha.”

Sobre este tema también se refirió Darío Kosovsky, quien es especialista en materia de seguridad y promotor de las políticas de desarme social. “En algunas provincias, el desgobierno político es un negocio para todos, y en donde no hay un contexto de violencia nadie reclama una conducción política de la seguridad”.

Agregó: “Debemos llegar a hacer una intervención quirúrgica en los mercados criminales, en lugar de arrasar con los barrios populares pidiendo Gendarmería a la Nación. Transformando el sistema federal que tienen fiscales que no entienden más que el sistema inquisitivo, y jueces que dilatan los procesos durante años, y dejen que las causas caigan por prescripciones”.

La ciudad de Rosario se ha convertido en un foco de violencia permanente. Donde la intervención del sistema criminal es ya estructural. No hablamos de un grupito de malhechores al sur de la ciudad, hablamos de un sistema criminal que crea cultura, una cultura delictiva, egoísta, superficial. Una cultura de marginación e indiferencia. Una cultura que no cuestiona el origen del progreso. Tenerlo todo a cualquier precio.

“Los medios han instaurado un discurso bajo la lógica de que: La sociedad es víctima del crimen (…). Tenemos un problema fenomenal de narcotráfico. Hay homicidios en situación de sicariato, un problema de narcomenudeo violento. Ahora, esto es producto de una competencia por un mercado que mueve entre uno y tres millones de pesos por fin de semana, por bunker. Es la actividad capitalista más rentable de la provincia de Santa Fe. Y esto es así porque muchos sectores medios y altos consumen muchas sustancias prohibidas. Entones, ya no es “la sociedad” víctima del narcotráfico, sino que hay sectores de esta sociedad que traccionan estos mercados ilegales”.

“¿Y todo este dinero a dónde va? Porque este dinero no queda en los barrios populares donde los muchachos se matan. Este dinero va a los centros financieros que están preparados para la evasión tributaria. Emprendimientos inmobiliarios, todo el mundo sabe que hay edificios enormes e inversiones inmobiliarias que son (económicamente) inexplicables. La utilización de recursos del narcotráfico para financiar sistemas económicos paralelos, o de la marginalidad económica, que han pedido una mano al narcotráfico porque cayeron los precios de los commodities. Entonces… ¿La sociedad es víctima del narcotráfico?”

Y agrega: “Desde hace mucho esta la necesidad de discutir la investigación de las organizaciones criminales. No es lo mismo investigar un robo, un hurto, que investigar una trama criminal compleja de muchos componentes. Donde hay un flujo de economía de crimen, donde hay estructuras de violencia, que forman parte de una planificación racional de los hacedores de esto. Hay una gestión de estas organizaciones desde las cárceles. Varios homicidios en Rosario, fueron ordenados por personas detenidas en el sistema penitenciario.”

Este desgobierno, intencionado, que denuncian los exponentes tiene uno de sus puntos centrales en la falta de Política Criminal: “Los fiscales aun no entienden lo que es la política criminal. No entienden que es una disciplina específica de producción de políticas públicas de la cual está a cargo la fiscalía general de una provincia, junto con una legislatura y que debe interactuar con la política de seguridad. Esto es el ministerio publico fiscal.”

Dentro de esto hay que destacar la falta de coordinación a nivel federal, para detectar, estudiar, comprender, legislar y gestionar en torno a las cada vez más complejas y penetrantes organizaciones criminales de tipo mafioso.

“En la provincia de Santa Fe, los dos grandes grupos de narcotraficantes más importantes, en cuanto a sus componentes organizacionales, a sus estructuras de lavado de dinero, sus estructuras de violencia armada y sicariato; junto a sus estructuras de protección policial, fueron desarticuladas por la justicia provincial. Y esto se logró sobre la base de delitos ordinarios (…). Las investigamos por asociación ilícita, homicidio, extorsiones, encubrimientos, coacciones, lavado de dinero. Fuimos creando las causas, sin la intervención de la justicia federal que se mantuvo ajena”.

La inseguridad es un patrón cultural que debe ser analizado y procesado judicialmente. Y también es importante continuar el estudio de los factores sociológicos que la generan. Pero debemos profundizar, en este concepto de política criminal que permitirá crear las herramientas, o utilizar eficientemente las ya existentes, para impulsar un proceso de conciencia cívica base fundamental para una necesaria reforma cultural.

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*Foto de Portada: www.agenciafe.com