Pero esto fue sólo el inicio, ya que a las pocas semanas de haberse subido ese video al sitio web, Wikileaks divulgó 77.000 documentos militares y meses más tarde, publicó 400.000 informes sobre la guerra en Irak. Personas desde cualquier punto del planeta pudieron ver imágenes de torturas y asesinatos deliberados a civiles por parte de los soldados norteamericanos.

La Secretaria de Estado de los Estados Unidos pidió que la Justicia condenara a Assange, pero de poco sirvieron esos pedidos y amenazas, ya que el hacker internacional al haber logrado la atención mundial no detuvo su marcha y comenzó a publicar información que dejaba muy mal parada a empresas muy poderosas. Toda esta información subida a su plataforma y su personalidad provocadora le valieron para ser el Hombre del Año según la revista Time en el año 2010.

Ese mismo año y enfocado en seguir publicando material que comprometiera a los poderosos de todo el mundo, Assange llega a Suecia interesado por sus leyes de protección para los informantes y ve la posibilidad de montar la base de Wikileaks en ese país, pero su permanencia empezó a correr riesgos luego de recibir denuncias de abuso sexual por parte de dos mujeres. Con el correr de las semanas, la causa se cerró por falta de pruebas y por presiones políticas se volvió a abrir.

En noviembre de ese mismo año y estando en Reino Unido, la Interpol emitió una orden de arresto en contra del hacker. Al mes, luego de que sus seguidores recaudaran 240.000 libras esterlinas, se le concedió una fianza y libertad condicional.

En 2011 Assange denunció algo inquietante: grandes corporaciones estaban vendiendo a diferentes gobiernos sistemas para vigilar y controlar la información de cada persona, sin importar quién fuera, a través de sus celulares, correos electrónicos y redes sociales.

Esto hizo sonar nuevamente las alarmas de diferentes países, principalmente de los Estados Unidos, quienes empezaron a intensificar por todos sus medios la captura de Julian para ser juzgado bajo los delitos de ese país. Esta información que publicó Wikileaks obligó a que voceros de los servicios de inteligencia, presidentes y CEO´s de las empresas de software a negar lo innegable: sus estrechas relaciones en materia de vigilancia global absoluta e ilegal.

La causa por las presuntas violaciones en Suecia mágicamente volvió a estar en boca de todos y, creyendo que los esfuerzos para extraditarlo eran parte de una conspiración más amplia para enviarlo a Estados Unidos, en junio de 2012, Assange transgredió su fianza y se refugió en el interior de la embajada de Ecuador en Londres, en donde al poco tiempo, el entonces mandatario Rafael Correa, garantizó el beneficio de asilo al australiano.

Con el cambio de gobierno en Ecuador tras la asunción de Lenin Moreno como presidente, la reclusión empezó a hacerse cada vez más dura para Julian. Su aislamiento fue cada vez más duro y empezó a ser monitoreado y grabado las 24 hs del día, incluso en las reuniones legales que tenía con sus abogados, algo que violenta el derecho fundamental al privilegio legal y derecho a la defensa.

El gobierno de Moreno empezó también a estar visiblemente más cercano a los Estados Unidos y al pasar el tiempo se le fueron suprimiendo otros beneficios como el acceso a internet, las visitas, la comunicación con el exterior, hasta que en abril de 2019 le fue retirado el asilo y la ciudadanía ecuatoriana. En ese momento ingresó la policía del Reino Unido a la embajada y detuvo a Assange, quien fue apresado y llevado a la cárcel Belmarsh de Londres donde cumple 50 semanas de arresto por haber incumplido su fianza.

Tras un pedido de extradición por parte de los Estados Unidos, un jurado inició una audiencia para determinar si Assange debe ser enviado para ser juzgado por la potencia de América, o si debe imponerle cargos por conspiración federal que podrían ser hasta 5 años de prisión.

Cabe destacar que en Estados Unidos se lo acusa de 17 cargos entre los que están conspiración para acceder a información confidencial y clasificada y violar la ley de espionaje del país norteamericano, un delito considerado gravísimo. Todo suma una condena de 175 años.

La audiencia tuvo lugar durante las primeras semanas de marzo y se reanudará después del receso a partir del 18 de mayo. El resultado no se prevé para antes de septiembre y el fallo podrá ser apelado.

Es la primera vez que un periodista ha sido acusado bajo la ley de espionaje y más allá de lo que pase en septiembre todo esto sentará un precedente para el periodismo en todo el mundo, el acceso y la libertad de información.

“Todos los organismos, todos, están metidos en actividades injustas. Entonces cuando intentas encontrar la información que es probable que dé lugar a un estado de justicia mejorada, buscas la información que el organismo no quiere que se conozca. Siempre he dicho que la censura, aunque sea algo condenable, siempre es una señal optimista, siempre es una oportunidad. Porque la censura revela el miedo a la reforma por medio del conocimiento” : Julian Assange.

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*Foto de portada: www.redeszone.net