“SIENTO UN GRAN ORGULLO QUE SALVADOR MEDINA HAYA SIDO MI ALUMNO”
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Nosotros, como redactores de Antimafia Dos Mil de Sudamérica, al igual que nuestros colegas de Antimafia Duemila de Italia y entre ellos nuestro director internacional Giorgio Bongiovanni, no tuvimos la dicha de conocer personalmente a Salvador; la dicha de tratarlo; la dicha de compartir con él sus profundas inquietudes como periodista.
La vida nos colocó exclusivamente en el dramático punto de denunciar el crimen del que fue objeto, reclamando justicia con el sabor amargo de que la criminalidad de su país le arrebató la vida, tempranamente.
Por eso los sentimientos expresados en palabras por el docente Verón Gómez, con quien Salvador sí compartió horas y vivencias nos resulta halagador difundirlo. El Dr. Miguel Ángel Verón Gómez era profesor de la lengua guaraní de Salvador Medina en el Ateneo de Lengua y Cultura Guaraní. Hoy, es lingüista, Director de Planificación Lingüística de la Secretaría de Políticas Lingüísticas, miembro de número de la Academia de la Lengua Guaraní, regional San Lorenzo, y Director General de la Fundación YvyMarae`y. Además, es un conocido militante a favor de la revalorización y la normalización de su lengua materna, siendo también autor de más diez libros.
“Envío a ustedes una foto de la planta de una palmera y al lado está una planta de guayaba; ahí era el lugar exacto donde Salvador Medina vino a visitarme la última vez, un poquito antes de morir”.
“Ahí hemos charlado muchísimo; me apoyé por el tronco de la planta de la guayab y platicamos de muchas cosas y era la última que he visto a mi compañero”.
“A Salvador siempre le traté como un verdadero hijo y a varios otros estudiantes de la Residencia (Centro de Estudiantes Universitarios del Interior Residentes en Asunción). ¡Qué viva Salvador!, que tengamos siempre en nuestro recuerdo; un hombre inteligente, sabio”.
“Me acuerdo, no de todo, de los versos que había escrito; era un gran poeta, un gran locutor y un declamador innato; sin lugar a dudas, era muy inteligente. Es por eso que envío como recuerdo indeleble esta foto de la planta de guayaba, porque debajo de su sombra hemos compartido la última vez. Era como un presagio de su despedida y como dije en un principio, siempre le he tratado como un hijo en la época de sus estudios acá en Asunción”.
“Salvador era un tipo profundo, muy pocas personas poseen ese Don sobre la Tierra; Salvador era un hombre perspicaz, sabía arrancar desde la raíz las verdades, tenía una visión muy lejos de las futuras realidades. En nuestro sistema educativo, lastimosamente, se coloca un sistema perverso para cerrarnos nuestra visión, para no poder contemplar más allá del dedo gordo de nuestro pie, hasta ahí se nos permite mirar. Así se controla nuestra educación, para que seamos sumisos, para no saber diferenciar las cosas y, sobre todo, la meta es no tener una visión panorámica de las realidades del país. Y Salvador era un hombre que veía muy por delante las cosas. Tuve la suerte de discutir muchas cosas importantes con él; el único poema que me acuerdo y no quiero decir en público, porque muchos pueden agarrar mal, ya he dicho en otras ocasiones. En su escrito hablaba de la existencia, de gran contenido sobre tema filosófico y no sólo uno, sino varios poemas, de la cual rescato dos a cuatro versos que recitaba él con nosotros y se quedó grabado por siempre en mi mente. Se quedó en mi mente por la profundidad del contenido; hablaba sobre temas sociales; las cosas que ocurren y su análisis del porqué ocurren, detalles que no decimos en público, por la única razón de que nunca comprenderán en su real dimensión. Lo que más anhelo es rescatar esas obras, si es que alguien tiene guardado, para difundir a todos los medios y para que conozcan la gente, porque un hombre como él hay pocos”.
”Los políticos puercos, que nos gobiernan, tienen la firme intención de acabar con personas de la clase de Salvador, para liberarse de las molestias ocasionadas a ellos a través de sus escritos. Salvador Medina era un brillante tipo. Siento un gran orgullo de haber sido mi alumno; tenía varios buenos alumnos y, a todos, le trataba como hijo y Salvador formaba parte de ese grupo selecto”.
“El ser humano es un misterio, venimos sobre la tierra para dejar nuestras huellas y Salvador, a pesar de que su paso sobre la tierra fue fugaz, nos dejó muchas enseñanzas e iba ser mucho más, pero, lastimosamente, los puercos no veían con buenos ojos y mandaron a sacarle la vida”.
“Es importante escribir sobre la vida de Salvador, él luchó mucho por la supervivencia del Guaraní, día a día buscaba perfeccionarse, como tal fue profesor del Dulce Idioma, ejercía la docencia y hablaba con una fluidez única, en síntesis, era espectacular. Mi abrazo a todos; que siempre Salvador esté con nosotros y en nuestro recuerdo; mis abrazos también a toda la familia”.
Ante semejante testimonio de vida sobre un justo, como lo fue Salvador Medina, nuestro profundo agradecimiento al docente universitario Miguel Ángel Verón Gómez.
Estimado doctor, sus recuerdos hacen que Salvador viva entre nosotros señalando eternamente a sus asesinos, a los ideólogos y a los cómplices del atentado; pero por sobretodo lo honran a él, como periodista y como ser humano.
Sin perjuicio, seguiremos denunciando a la criminalidad política del Paraguay, porque hacerlo también es honrar a Salvador Medina, a su hermano Pablo Medina, asesinado en años posteriores, y a todos los periodistas que corrieron igual suerte en esas tierras, solo por levantar el dedo acusador contra la mafia.
Desde la Antimafia, sentimos que ese es nuestro deber.
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-Salvador Medina el joven que confrontó a la narco política:
*Fotos gentileza de Miguel Ángel Verón Gómez.
*Foto de Salvador Medina: Antimafia Dos Mil